Back Milton y Rick Bennett. No te pongas enfermo. Medicina preventiva para tus aventuras en la naturaleza. Ediciones Desnivel, Madrid. 2003. 120 páginas. ISBN: 84-96192-01-6

Aunque viajemos principalmente a zonas en que las personas son tan raras como tréboles de cuatro hojas, no hay razón para esa falsa sensación de seguridad. La naturaleza se ve cada día más atacada por individuos o grupos que sí dejan huella.

Siempre que hacemos una excursión se remarca enfáticamente que la primera norma es la seguridad pero pocas ocasiones se pone atención a la seguridad preventiva. Claro: libros y cursos de primeros auxilios hay por montones pero de prevención, pocos. De hecho, cuando tomé el libro creía que se trataba precisamente de otro manualito de primeros auxilios pero grande fue la sorpresa cuando encontré medios preventivos de salud.

La salud, eso que todos queremos pero que descuidamos tanto. Eso que se puede mantener con constancia y que se pierde con bastante facilidad y un descuido. No te pongas enfermo es precisamente una ayuda para mantener la atención y constancia en los puntos elementales de la prevención sanitaria.

Mantener bien los alimentos, lavarse las manos, usar los métodos adecuados para limpieza, los tipos de desinfectantes y cómo funcionan y otros temas más, son los que se desarrollan de una manera sencilla a lo largo de las pocas páginas de este libro. Claro: pudiera parecer tedioso… si uno piensa en que se trata de algo “adicional”, como siempre se ha considerado a los primeros auxilios.

Aquellos que disfrutamos de cada salida, sabemos que todo es cuestión de darle oportunidad a un accidente o a una enfermedad. De ahí que el libro se muy útil y recomendable. Algo que llamó mi atención es que, sin pretenderlo, los autores lograron en este pequeño volumen un cierto vínculo con los principios de “No Deje Rastro”, donde uno se pregunta el por qué tiene que hacer tantas cosas para dejar limpio el lugar. La respuesta es esta: volveremos nosotros u otras personas.

Erratas

Página 29, cabeza de sección, dice: “Grietas en la armadura de los hongos”. Debe decir “protozoarios”.