Pitt Schubert, en base a treinta años de reportes de accidentes, escribió su libro
Seguridad y riesgo y en Estados Unidos hay un anuario llamado
Accidents in North American Mountaineering. Mientras tanto, en México los reportes son escasos y algunos tan superficiales que no se sabe cuales fueron las causas. ¿Es importante conocerlas? La respuesta es afirmativa porque con ello se analizan errores humanos, se mejora el equipo, los materiales y en general se va hacia una mayor seguridad en el deporte.
El Grupo Espeleológico Universitario emitió el pasado 27 de mayo el reporte sobre las labores de rescate de la cueva Oztoquito, en Puebla. Un informe largo que recomendamos leer porque a pesar de sus 24 páginas, está muy bien elaborado y hace un análisis detallado de lo que acaeció y las formas como podrÃan ser solucionados algunos aspectos.
En nuestra página hemos colocado sólo las conclusiones para aquellas personas que no desean abundar en detalles. Sin embargo, para quienes deseen todo el informe también pueden descargarlo del mismo artÃculo junto con otro archivo en donde están los nombres e instituciones que participaron en el rescate. Hay que hacer una aclaración: no todos los que estuvieron se registraron, por lo que lo que pareciera una omisión voluntaria es precisamente eso: quienes no están no se registraron.
Y para informes, también está el del accidente en el IztaccÃhuatl, reconstruido por reportes o comentarios de cuatro personas que estuvieron ahÃ, incluso la Cruz Roja de Amecameca.
Hay un punto que en lo personal me llamó la atención: al parecer las personas que recogieron la mochila del accidentado no lo acomodaron pues quienes llegaron con él para prestarle los primeros auxilios, lo encontraron con la cara hacia la nieve. Esto me recordó el libro de Joe Simpson
La vertiente oscura, en donde menciona:
Los pragmáticos pasan por alto la más básica y, para mÃ, obvia necesidad de tener en cuenta al prójimo. Aunque la vÃctima vaya a morir de manera inevitable, ¿tiene que suponer eso que no se le pueda ofrecer absolutamente nada, ni siquiera una gota de agua o una compañÃa reconfortante? ¿Cómo puede alguien pasar escalando junto a un moribundo y seguir pensando que alcanzar la cumbre sigue teniendo algún valor?Â? (p. 53)
Uno se imagina que por suceder en el Everest, el K2 o en montañas altas y difÃciles, pasa, pero no más abajo. Lo cierto es que ya hay un caso registrado en México. ¿Cuántos más habrá que no se dicen?
Estamos acostumbrados a estar aislados del mundo, pero si no tocamos a un herido los primeros auxilios o un paramédico no servirán de nada. SerÃa recomendable que la gente que está replanteándose su capacitación pensara que los primeros auxilios no son sólo teorÃa sino que deben ser aprendidos en la práctica que ellos mismos realicen en simulacros o en situaciones reales.