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Montañismo y Exploración
HIDRATACIÓN : EL PRINCIPIO AIAU
25 marzo 2004

Si Ud. no toma suficiente agua para mantener un saludable balance de fluidos







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Como embrión en gestación, uno está anidado en una cama de agua y el peso del cuerpo tiene en promedio 80 por ciento de agua, que disminuye a un 74 por ciento al momento de nacer. Como adulto, el 62 por ciento de la masa corporal es agua y la sangre saludable, la marea roja de vida, tiene aproximadamente un 90 por ciento de agua. El agua esta presente dentro de cada célula y fluye entre los espacios microscópicos entre células. En agua, el oxigeno y nutrientes fluyen a todo el organismo, y los desechos son removidos. Cuando los riñones remueven los desechos del cuerpo, éstos deben ser disueltos en agua. Si los niveles internos de agua bajan demasiado, la tensión en los riñones puede ser dañina.
La digestión y el metabolismo son procesos basados en el agua, y ésta es la principal lubricante de las articulaciones. La transpiración, casi enteramente agua, se evapora en la piel ayudando a regular la temperatura del cuerpo cuando hace calor. El agua en la sangre se lleva el calor de las partes más calientes del cuerpo hacia las mas frías cuando hace frío. Incluso hace falta agua para respirar, ya que los pulmones necesitan humedad para la transferencia del dióxido de carbono desde la sangre.
Si Ud. no toma suficiente agua para mantener un saludable balance de fluidos �Agua Ingerida = Agua Usada (principio AIAU)� se puede alterar y dañar cada función fisiológica del cuerpo. Lamentablemente, como dijo un portavoz del Instituto Internacional de Medicina del Deporte, "muchas personas viven día a día en un estado de deshidratación, esto es, no toman suficiente agua."
El agua en el cuerpo, el fluido que nos mantiene vivos y sanos, se pierde a una velocidad alarmante. Una persona normal en un día normal pierde entre tres y seis litros de agua. Uno o dos litros se excretan como orina y un décimo de litro en defecación. (Nota: La diarrea severa incrementa la perdida de fluidos durante la defecación hasta unos alarmantes 25 litros por cada 24 horas). La humedad perdida en el proceso de respiración consumen entre uno y dos litros por día, y esto aumenta cuando el ambiente está seco.
Y después está la transpiración. El sudor totaliza uno a dos litros promedio por día, pero esta cantidad puede subir hasta los dos litros por hora durante ejercicios vigorosos. Comparado con ver televisión, una hora de ejercicio demando un incremento de un cincuenta por ciento del agua usada.
Como saber si estamos faltos de agua? Los primeros signos son sutiles. La orina se torna un poco amarilla. Puede aparecer un leve dolor de cabeza o empezamos a sentirnos cansados. Un déficit de un litro y medio nos disminuye el rendimiento en un 22 por ciento y el rendimiento pulmonar en un 10 por ciento. Recuerde que esto puede pasar en sólo una hora de ejercicio. Y el mecanismo de la sed no se dispara hasta que estamos faltos de un litro y medio de agua. Un déficit de 3-4 litros nos disminuye el rendimiento a un 50 por ciento y el rendimiento pulmonar en un 25 por ciento. Para este entonces, si observamos, la orina se ha tornado amarillo oscuro. Con la mente ocupada en otras cosas �como acarrear una pesada mochila en subida� podemos encontrarnos de repente seriamente deshidratados, desorientados, irritables, con el pulso rápido y completamente rendidos. Médicamente la deshidratación puede clasificarse en tres niveles :
Leve: mucosas membranosas secas (labios y boca), pulso normal, orina oscura y sed leve.
Moderada: mucosas membranosas muy secas, pulso débil y rápido, orina muy oscura y sed.
Severa: mucosas membranosas extremadamente secas, nivel de conciencia alterado (adormecido, letárgico, desorientado, irritable), sin orina, sin lágrimas, y shock (indicado por pulso débil y rápido, respiración rápida y piel pálida).
Entonces ¿qué hacer? Beber, por supuesto, es la respuesta �pero ¿qué, cuánto y cuándo? Bueno, ciertamente podemos tomar agua pura. Ha servido para mantener el cuerpo humano funcionado por incontables años. Ya que el uso interno de agua es mayor que la sensación de necesidad de reponerla, el agua debe ser consumida de una manera disciplinada. Hay un considerable beneficio en empezar el día con una ingestión importante de agua, como medio litro. El Instituto Internacional de Medicina del Deporte recomienda que después de eso, 1/2 a 2/3 de onza por libra de peso por día, ingerida periódicamente a lo largo del día. Traducido el litros, como tres o cuatro litros diarios para una persona de tamaño normal. Tome agua con las comidas, para mejorar la digestión y tome unos cuantos sorbos antes de irse a dormir para reemplazar lo que perderá en la noche.
Cuando hacemos ejercicios, debemos ingerir agua de una manera mas disciplinada. Ya que el cuerpo sólo puede absorber cierta cantidad de agua a la vez, la tasa de ingestión debe corresponder, en la medida de lo posible, a la tasa de absorción. Muchos de nosotros hemos sido clasificados por años dentro de �un cuarto-de-litro por cuarto-de-hora�. Estudios reciente dicen que podemos hacerlo mejor, absorbiendo un cuarto de litro por 10 minutos. Por lo tanto, para máxima eficiencia, ingiera un cuarto de litro cada 10-15 minutos durante los periodos de ejercicio intenso. Y el agua fría se absorbe mejor que el agua tibia. En ciertas condiciones, el agua se pierde más rápido de lo que puede recuperarse. En estos casos, los descansos para consumir agua son importantes.
¿Es el agua ideal para recuperar los fluidos perdidos? Tal vez no siempre. Ellen Coleman, RD, MA, MPH, del Instituto de Ciencia Deportiva Gatorade, dice que la bebida ideal para la recuperación de fluidos debe cumplir con cuatro prerrequisitos:

  1. No debe causar incomodidad gastrointestinal si se consume en grandes cantidades
  2. Debe ser absorbido rápidamente
  3. debe proveer energía a los músculos y
  4. debe tener buen sabor.

Desde hace diez años está ampliamente aceptado que una bebida que contenga más del tres a cuatro por ciento de azúcares disminuía importantemente la tasa de absorción. Estudios actuales muestran que, aunque el estómago puede tardar más en vaciarse, el intestino delgado absorbe más rápidamente las bebida ligeramente azucaradas. Algunas pruebas indican que bebidas con un seis a ocho por ciento de azúcares �especialmente glucosa, maltodextrina o sacarosa� se absorben mejor que el agua corriente durante periodos de ejercicio intenso con el beneficio adicional de proveer energía para mejorar el rendimiento. La fructosa no parece mejorar la absorción ni el rendimiento.
¿Y qué sobre los electrolitos (e.g. sodio y potasio) que se pierden en el sudor y se encuentran en muchas bebidas deportivas? Una dieta balanceada provee los electrolitos aun para la persona más activa, pero hay ventajas de tener un poco de sal en las bebidas deportivas. Por un lado, la sal ayuda a retener el agua en el organismo y por otro, estimula la necesidad de beber. Mucha sal, por supuesto, seria contraproducente causando mayor necesidad de agua que lo normal. Realmente, muchas bebidas deportivas son bajas en sal.
Hay algunas bebidas que, a pesar de contener agua, sencillamente no funcionan bien y pueden ser contraproducentes para la hidratación. Bebidas con cafeína, como el café, estimulan la pérdida de fluidos por la orina. Tres tazas de café suplen apenas dos tazas de agua para el cuerpo. El alcohol es una toxina que extrae el agua de las células para compensar la toxicidad de la sangre. Deben tomarse 8 onzas de agua para balancear una onza de alcohol. Los jugos contienen demasiada azúcar como para cumplir con las demandas de fluido del cuerpo durante el ejercicio.
Por lo tanto beba agua corriente o una bebida deportiva y recuerde el principio AIAU que puede monitorearse aplicando la antigua máxima: Beba lo suficiente para mantener la orina copiosa y clara.

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