Después de vivir el surrealismo patagónico estuvimos a punto de pagarlo con un poco de hiperrealismo, que finalmente sólo fueron dos días encerrados en la tienda esperando que saliera volando con nosotros dentro. Después trepamos a la Fonrouge en la aguja Guillaumet completamente en libre. Está graduada como 6b/A1. Esto fue el 21 de febrero y el 22 tuvimos un día de descanso obligado ya que a pesar de que el sol estaba brillando en el cielo el viento era incesante lo que además nos dio un pretexto buenísimo de descansar.

El 23 de febrero trepamos por la vía Brenner (6a+, 500 m). Yo la sentí mucho más difícil que la Guillaumet pero la disfruté mucho más que las otras vías, tanto por la dificultad en sí misma como por los problemas para mantenernos en ruta para ser premiados con un espectacular paisaje en la cumbre lo cual, por si fuera poco, estuvo coronado por un grupo de cóndores que planeaban a un lado de nosotros. Pocas veces me he sentido tan en comunión con la montaña como en el momento que ese primer cóndor planeaba sobre mi tanto que por un instante sentí que hizo contacto ocular. La cordada esta trabajando mucho mejor después de varias pruebas de fuego, se hace patente una diferencia de nuestra personal aproximación a la misma pero vamos progresando a pasos agigantados.
Finalmente la escalada que hicimos el día 14 es una ruta que termina donde inicia la vía que en realidad intentábamos el nombre de la vía es la Giordani y es 6b, 600m, así que el tablero va Patagonia 0 cordada GEU 3, después de esto tenemos 2 días de descanso delante de nosotros para tratar de sacudirme una molestia en el tendón de Aquiles del tobillo izquierdo y para planear lo que será el plato fuerte de la expedición, todavía no tenemos muy claro cual será pero muy probablemente Saint Exupery se encuentra en nuestro futuro y con menor probabilidad la franco-argentina del Fitz.
Les mando un saludo