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Montañismo y Exploración
ACTITUDES EN UN RESCATE DE ESPELEOLOGÍA
19 abril 2004

Las formas de ver un rescate son múltiples, desde la oficial hasta la técnica. Sin embargo, dentro de todas ellas, la menos acertada fue la de personas que se querían lucir ante las cámaras de televisión. Ramón Espinasa, espeleólogo de la SMES y quien estuviera en el sitio, emite su opinión al respecto de lo que debería ser un rescate en espeleología.







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La llamada llegó en la noche del jueves 8 de abril. Mariano Fuentes Silva, un espeleólogo que comenzara su formación en el montañismo universitario, se había �perdido� en una caverna. Con la señal de alarma emitida, ese mecanismo oculto se echó a andar y los espeleólogos estuvieron listos lo más pronto posible. Sin embargo, el resultado de una semana de trabajo no tuvo el final feliz que todos hubiéramos deseado y Mariano ya no está entre nosotros.
Por supuesto, los medios de comunicación volvieron a ocuparse del asunto. Se trataba nuevamente de espeleología pero esta vez de un mexicano atrapado. Quizá fuese la experiencia del asunto de los espeleólogos ingleses, apenas reciente y donde nadie quiere admitir una parte de responsabilidad, pero los medios fueron bastante moderados en su información. Sobre todo las televisoras fueron muy concientes incluso en sus entrevistas.
En este punto quiero insertar el comentario de Ramón Espinasa, de la Sociedad Mexicana de Estudios Subterráneos, que publicara en el foro Iztaxochitla y que de paso aclara muchas cosas:
Estimado miembros del Foro:
La presente tiene como objetivo, primero que nada, expresar mi pésame a los familiares y amigos de Mariano. Aunque no lo conocí personalmente, sé de su calidad como espeleólogo, espeleobuzo y ser humano por referencias de personas que sí lo conocieron.
Como algo bueno hay que tratar de sacar de todo esto (si ello es posible), quisiera también expresar mi enorme satisfacción y mis sinceras felicitaciones y admiración a los espeleólogos del Grupo Espeleológico Universitario (GEU), quienes coordinaron el rescate en todos sus aspectos. He de decir que yo personalmente no tengo mucha experiencia en rescate, pero definitivamente considero que todos ellos hicieron una labor extraordinaria, y quiero resaltar que en lo que respecta a coordinación y todo lo que fueron las maniobras verticales y demás actividades subterráneas, creo sinceramente que este rescate estuvo en las mejores manos posibles, que no hubo ningún incidente grave o peligroso, y que su nivel técnico es excelente. Si algún día tengo la mala suerte de requerir ayuda externa, yo ya sé que se puede contar con el GEU, y que no se puede tener mejor ayuda que la de dicho grupo.
No olvidaré destacar la participacion de Protección Civil y de los bomberos de Puebla pues creo que también fue encomiable.
Desgraciadamente, con todo lo bueno siempre hay cosas malas, y da vergüenza que las siguientes críticas sean a algunos de los espeleólogos y rescatistas de mayor tradición en México. He de decir que estoy indignado por la actitud de ciertos integrantes de la llamada Escuela de Rescate Agreste, dirigida por [Arturo] Montero, que sólo se dedicaron a crear problemas en la superficie al considerar que �no se les tomaba en cuenta�. En particular me parece indignante que dos miembros de dicho grupo (que creo es filial o tiene alguna relación con Cruz Roja Central), contra los deseos expresos de los familiares de Mariano, hayan realizado a escondidas filmaciones de las maniobras subterráneas de rescate y que éstas hayan sido puestas a disposición �en exclusiva� de algunos medios, supongo que a cambio de una jugosa oferta de dinero. Hay que mencionar que estos mismos elementos de Cruz Roja Central no fueron capaces de salir por sus propios medios del tiro de 122 metros con el que se inicia la cavidad, y uno de ellos tuvo que ser auxiliado directamente por un integrante del GEU, pues desconocía la técnica de cambio de dirección en la cuerda, maniobra que es básica en cualquier espeleólogo y/o rescatista.
Otras personas que sólo fueron a sembrar cizaña incluyen a miembros del Socorro Alpino y del GEK de Víctor Granados, quienes sin participar directamente en una sola de las maniobras, mostraron que estaban más interesados en difundir sus caras por televisión que por ayudar en el rescate. Discursos acerca de �aprovechar el rescate para que otras personas y grupos se integren, adquieran experiencia y se unan� muestran una enorme falta de perspectiva acerca de cuáles son, y deben ser, las prioridades durante un rescate.
Así como hace muchos años se fundó el Socorro Alpino de México cuando los alpinistas se dieron cuenta que los más capacitados para realizar un rescate en montaña eran los mismos alpinistas, es importante que los espeleólogos mexicanos nos demos cuenta que los más capacitados para llevar a cabo un rescate en caverna somos los mismos espeleólogos. No quiero menospreciar la ayuda brindada por ciertos miembros del Socorro Alpino, Cruz Roja de San Luis Potosí, Cruz Roja de Puebla y otros, pero es importante que estas agrupaciones se den cuenta que, aún tomando cursos especializados y realizando prácticas en el exterior, jamás van a tener la experiencia que da el contacto íntimo y frecuente con el medio subterráneo.
De acuerdo que, entre los espeleólogos, hay pocos o ningún personal capacitados como paramédicos, pero yo quisiera que estas agrupaciones específicas de rescate entendieran que, en lo que se refiere a las maniobras de ascenso y descenso por cuerdas, con o sin un accidentado, los más capacitados son los mismos espeleólogos, y en lugar de poner trabas y buscar salir en la televisión y otras cosas semejantes, entendieran que su deber es prestar ayuda a aquellos que sí están verdaderamente capacitados para llevar a cabo un rescate en caverna.
Ramón Espinasa
Sociedad Mexicana de Exploraciones Subterráneas

Nuestra página ha sido visitada con mucha frecuencia en busca de información sobre Mariano y hay quienes nos han escrito para exigir que actualizáramos la información. La respuesta del por qué no hemos proporcionado más información es sencilla: después del problema con los ingleses y, sobre todo, tratándose de un rescate, quienes tienen la mejor información son los rescatistas, no los medios de comunicación, aunque éstos sean especializados. Incluir información �de último momento� nos haría competir y lo que buscamos es la exactitud en la información, aunque tarde.
¿Publicaremos más? Claro que sí: el informe oficial del rescate, en el cual ya se está trabajando. Sólo con eso se pueden tener respuestas más cercanas a la realidad y no con noticias parciales que a nadie podrían beneficiar.

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