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Montañismo y Exploración
Nutrición para deportistas
15 agosto 2003

Si se es deportista y se tiene en mente un objetivo alto, la alimentación es la base principal, por lo que hay que cuidar de ella. Pero si no, también es muy útil para conocer lo que uno come y la manera de mejorarlo. Nutrición para deportistas es un buen punto de referencia para conseguir mejorar como deportista a través de la alimentación.







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Nancy Clark. Nutrición para deportistas. Ediciones Desnivel, Madrid. 2002, 380 páginas. ISBN: 84-95760-85-1

Algunos deportistas creen que están exentos de comer alimentos bajos en grasas precisamente porque son deportistas. Asumen que, siéndolo, se encuentran más protegidos de posibles futuros problemas cardiacos. ¡Error! Nadie está a salvo.


Uno de los muchos temas intocables para casi cualquier persona es la comida. Cada uno de nosotros crecemos y maduramos con hábitos alimenticios bastante definidos, con gustos preferenciales a cierto tipo de comida sin intentar cambiar nada. Para las personas que practicamos ejercicio este se vuelve un punto de inflexión entre el buen rendimiento y la frustración porque si no se come sanamente el resultado quedará hasta cierto punto. Pero, ¿qué es una alimentación sana? Un montón de cosas.

Nutrición para deportistas delinea lo que es una alimentación sana. Se trata de nutrirse, no de alimentarse nada más y para ello el mejor inicio es conoce los seis tipos de nutrientes que necesita el cuerpo (no tres, como siempre nos han mencionado): carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua.

Una persona sedentaria tiene requerimientos muy distintos a los deportistas, pero el libro sirve igual para ambos aunque tiene una gran desventaja: se da uno cuenta que lo más difícil de hacer ejercicio es planearlo, cuando lo que la mayoría de la gente quiere es ocuparse menos de estos “detalles”. Pero son precisamente estos detalles los que hay que cuidar.

La alimentación sana aplicada a los deportistas... es entonces cuando el libro se vuelve interesante: cada tema que toca se convierte en multitud de detalles que hay que cuidar para nutrirse. Cómo elegir un buen lugar donde comer mientras se está de viaje, qué tipo de bebidas ingerir mientras se practica deporte y en qué cantidad, se deben o no tomar complementos alimenticios, qué tipo de carbohidratos, cuánta grasa y proteínas se puede comer y si hace bien o no, son algunos de los temas que se tocan.

Este no es, como muchos esperarían, un libro para leerse una sola vez y poder comer sanamente. Al contrario: es un punto de referencia al que hay que acudir constantemente para mejorar la alimentación. No es un libro con dietas específicas para adelgazar o subir de masa corporal; tampoco es, pese a la leyenda de la portada (“Más de100 páginas con recetas”), sólo un recetario. Es sólo la invitación a averiguar lo que uno come leyendo las etiquetas de los alimentos, por ejemplo. Al saberlo, se comienza a tener conciencia de los cambios que se deben hacer.

“Un truco básico para conseguir una buena nutrición consiste en evitar sentirse demasiado hambriento. El hambre te vacía de la energía que precisas para poder elegir la comida adecuada para tu programa de entrenamiento y para mejorar tu salud.” (p. 15)

Subrayo que el libro dejará un mal “sabor” (ya que hablamos de comida) a quien lo lea, pues en alguna parte de él se encontrará algún o algunos casos en que se vea uno reflejado. Y dije mal sabor porque nos deja la enorme tarea de leer de las etiquetas, considerar el peso de lo que comemos, considerar las calorías ingeridas, pensar para qué queremos comer y, sobre todo, planificar lo que comemos y cuándo lo hacemos para ser los propios responsables de lo que ingerimos como “comida”.

Pero si esto es lo más pesado es también lo más importante y las numerosas tablas que el libro tiene pueden ayudar mucho a comprender que, como el ejercicio, la nutrición es algo que puede mejorarse mucho si se tiene un poco de paciencia.

Como el libro está traducido al español de España, puede ser difícil para los no españoles comprender de qué tipo de alimento se habla, detalle que puede pasarse por alto. Lo que sí tiene como principal carencia es una tabla de unidades. Las diferentes unidades empleadas a lo largo del libro (gramos, miligramos, IU, CDR, Tbsp, etc.) pueden confundir al lector, sobre todo sabiendo que el libro no será leído de una sola vez. Y una última: no son 100 páginas de recetas, sino 79 (de la página 283 a la 367, menos cinco que están en blanco).



 



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