El 5 de mayo, Antonio �vila reportaba en el foro Xtremers un robo y una violación en las faldas del Iztaccíhuatl, en la zona de San Rafael. La reacción fue de indignación, pero no se detuvo en enojarse nada más. Los montañistas se organizaron y realizaron acciones específicas que tendían a eliminar la inseguridad en el Iztaccíhuatl. Rodulfo Araujo, vocal de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, se encargó personalmente de muchos trámites como acompañar a los afectados a levantar un acta hasta el ministerio público correspondiente, conseguir entrevistas con autoridades, organizar aún más a los montañistas y dar frente al problema.
El 14 de julio, Rodulfo enviaba un comunicado de prensa que daba los avances del trabajo conjunto y que mencionaba grandes avances, sobre todo porque habían detenido a los presuntos culpables. Sin embargo, parece que las cosas están más embrolladas se lo que se suponía. El día 31 de julio, en el periódico El Universal, apareció un artículo llamado �Operan cinco bandas en zona del Izta Popo� y en la que se señala:
�...Ante esta situación y al mismo estilo de los escuadrones de la muerte de Brasil, montañistas que escalan el volcán Iztaccíhuatl solicitan un justiciero anónimo para atrapar a los delincuentes. A través de Internet, Rodolfo [sic] Araujo, Vocal de la Federación Mexicana del Deporte en Montañas y Escaladas [sic], ha recibido la petición de que cada montañista coopere con 200 pesos para contratar a un justiciero anónimo y darle una «madrina» a los delincuentes.� (Sección DF, página C7)
La acusación es, por supuesto, grave, pues se mezcla a un Sitio Web de Internet y a la misma Federación de tratar de hacer justicia con la propia mano. Imaginamos que las protestas no serán publicadas de la misma forma en que el reportero dio su nota.
¿Qué es lo importante de todo esto?
Por supuesto, la organización de los montañistas, que han salido de sus clubes y han dejado de ser palabras escritas en correos electrónicos que opinan sobre algo para hacer algo y ese algo no es precisamente tomar la justicia en las propias manos, sino en hacerles ver a las autoridades correspondientes que deben hacer algo.
¿Revoltosos? Posiblemente. En España los montañistas se congregaron ante las puertas de La Pedriza parta protestar por su deporte. Bien, en este caso, también se trata de nuestro deporte, pero va más allá de los montañistas: llega a todos los paseantes que han sido o serán asaltados en la zona. Su número es de miles cada semana desde que el volcán Popocatépetl se cerrara por su actividad volcánica.
Visto desde lejos, parecería que se lucha contra algo más grande que los meros asaltantes y violadores. Pero la Federación, Rodulfo y los montañistas organizados no cejarán en su empeño de llamar la atención de las autoridades por la vía legal a que tomen medidas definidas y definitivas.