Hablar de entrenamiento es muy común hoy en dÃa pero llegar a
la práctica del mismo es, desafortunadamente, muy raro. En muchos campos
deportivos y lugares comunes para correr y entrenar, se puede ver a la gran
mayorÃa de personas haciendo los mismos ejercicios de hace cincuenta
o más años. La gente llega, corre y se va. Tiempos de andar de
prisa: el calentamiento y la relajación, dos de las partes más
importantes del entrenamiento, son pasadas por alto.
Pero, ¿qué es el entrenamiento? Se escucha decir que se corre
tanto tiempo y por lo tanto, se deduce, mientras más tiempo se corra,
más condición se tiene. Lo mismo pasa con el gimnasio y con cualquier
tipo de ejercicio. Pero no es cierto: el entrenamiento ha dejado de ser algo
empÃrico desde hace mucho tiempo y las pruebas de ello están en
las extraordinarias proezas que se realizan en las olimpiadas o los campeonatos
mundiales de cada deporte. En montañismo, el reciente campeonato de escalada
de competencia en Chamonix, es un claro ejemplo de personas que han llevado
un entrenamiento bien planeado.
El entrenamiento actual es cientÃfico por una sencilla razón:
todo lo que se realiza es susceptible de ser medido y, por lo tanto, repetido
si se crean las condiciones adecuadas para ello. Por eso es importante el diario
de entrenamiento y las pruebas
de campo, entre muchas otras cosas. Una prueba de control como la Prueba
de Cooper, que es sencilla, pero muy eficaz, puede ser el inicio de estos
cambios.
Las razones que se tienen para entrenar son distintas en cada persona. Entrenar
de una forma cientÃfica es muy diferente de hacerlo para mantenerse en
forma o por socializar, por ejemplo. Lo primero que se debe hacer es plantearse
el por qué se quiere entrenar. Este es el primer paso. Después
hay que buscar el camino adecuado para que las metas sean alcanzadas por quien
se ejercita.
En nuestro deporte no existe una metodologÃa del entrenamiento, salvo
en escalada de competencia. Para ello hay que asomarse al libro de David MaciÃ
y encontrar un texto que es capaz de cambiar el rumbo de la escalada. Y no porque
David sea un profeta sino porque lo expone todo de una manera tan sencilla que
hasta los metodólogos deportivos mencionan que "le hace falta algo".
Y como no existe una metodologÃa y hay muy pocos entrenadores especializados,
tendemos a volcarnos sobre los libros y sobre lo que otros han hecho antes que
nosotros, pero hay que tener presente que una cosa es entrenar para competencias
"extremas" leyendo libros como "Cómo correr mejor"
y otra realizar una planeación detallada del entrenamiento, con el mismo
fin. Si la meta por alcanzar es una competencia fuerte o una montaña
difÃcil, el único medio que nos hará llegar a la meta es
el entrenamiento cientÃfico: planear, escribir, anotar y comparar para
saber cómo vamos en el entrenamiento y no sólo pensar que estamos
corriendo más y que por eso somos mejores.
Eso, es historia.