Sin embargo, trasladar todos los conceptos generados en la teoría del entrenamiento hacia la escalada en roca es un proceso ciertamente difícil porque no se pueden tener los mismos parámetros que en natación, por ejemplo, donde se puede medir en distancia y tiempo el rendimiento. El español David Macià, metodólogo del deporte, ha dado ese difícil paso de proponer a los escaladores que entrenen dentro de su deporte como lo hacen los atletas para que los rendimientos sean mucho mayores de los que se han dado hasta ahora. Sus libros reseñados en este número son clave para poder entrenar bien y mejor para obtener resultados superiores.

En un intercambio de correos con David, ha aparecido un tema nuevo y, quizá, inquietante: el entrenador. Sus dos deportistas, Ramón Julián y Edu Marín, fueron nominados por la revista Climbing para dos de sus premios, lo que a primera vista refleja un buen nivel dentro de la escalada española pero que, visto más de cerca, no es más que el resultado de la dinámica creada entre el entrenador que crea un programa de entrenamiento, analiza resultados continuamente y genera más variantes con las cuales mejorar.

Pero la gente no lo ve así. Según David:

...como ocurre en muchas ocasiones no existe el mismo reconocimiento hacia el trabajo del entrenador.

En parte de España —y por lo que sé, también en Europa— nadie relaciona demasiado los resultados de Edu y Ramón con el trabajo de su entrenador. Mucha gente cree que son buenos porque han nacido así. Sólo la gente que está a mi lado sabe las horas que nos pasamos en el plafón o en roca aparte de las que yo me paso a solas buscando nuevos métodos y estrategias para conseguir resultados a parte de equipar vías para ellos o de mantener la relación con la prensa.

Para la gente que no sepa las funciones de un buen entrenador, esto parece más un lloriqueo. Pero las palabras de David no pueden ser más certeras: se celebra a un atleta olímpico que gana una medalla de oro, pero todos se olvidan que detrás de ese ganador hay una persona que está constantemente vigilando y supervisando el trabajo hecho. Esa medalla olímpica o esa nominación de Climbing y todas las demás propuestas por los diferentes países se deben mucho a que las personas tienen esa habilidad especial que les hace descollar donde otros no pueden, pero hay gente que también merece ese premio, aunque no lo haya logrado físicamente.

El papel del entrenador es, quizá, una labor ingrata. Se ve en los deportes como el futbol donde los entrenadores son abucheados cuando se pierde el partido. El culpable es siempre el entrenador. Pero cuando se gana, pocos se acuerdan de él.

¿Hasta dónde llega la labor de un entrenador? Ciertamente, no sólo a la cancha de juego, si es que se trata de un entrenador responsable que desea que sus muchachos ganen.

Realmente hago las funciones de entrenador, profesor, psicólogo, coach, mánager y a veces hasta un poco de padre. En realidad no creo que mucha gente valore, como lo has hecho tú, el esfuerzo que representa tirar todo esto hacia adelante con la presión, además, de los resultados por conseguir.

A parte de lo que leíste en el libro [Planificación del entrenamiento en escalada deportiva], mi idea de relación entre entrenador y escalador es muy personal. Esta concepción me parece que no queda explícita en él pero creo que se puede leer entre líneas. Con ella quiero decir que, ante todo, considero a mis escaladores como amigos.

Eso significa que lo sé todo sobre ellos y ellos sobre mí. De esta manera, con una absoluta sinceridad y confianza es más fácil conseguir resultados porque nuestra relación no se basa sólo en un mutuo interés deportivo sino en un interés por la persona que es cada uno de ellos.

Te comento esto porque tal vez parece que el planteamiento expuesto en mi libro sea infalible pero, en mi opinión, no daría estos resultados si no se basara a nivel personal sobre esta relación directa.

Dentro de todas las nominaciones hechas este año, los premios otorgados por España, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y México, sería interesante conocer el papel real que juega el entrenador (caso de que haya) porque es posible que los resultados esperados no lleguen porque no exista un entrenador.