Pero aún faltaba más. Zian y yo nos preparábamos para ascender a la ruta normal, la misma que acababan de subir, pero esta vez con el propósito de hacerlo en un día (el récord es de siete horas).
A las 5:30 de la mañana siguiente estábamos escalando el primer largo. El largo 6 y el 7 son los mas difíciles (5.11+), y era ahí en donde teníamos que concentrarnos más para no perder tiempo. Esos dos largos son estupendos, el primero es una grieta en un techo sin pisaderas y acaba con una fisura de dedos. El segundo es también un techo que acaba en una grieta horizontal. Los superamos sin problemas y con mucha euforia.
Al mediodía nos encontrábamos en la Repisa de las Flores. Tras consumir cada quien una Power Bar seguimos ascendiendo sin parar. En los últimos largos era tal nuestro apuro que casi corríamos por la pared. Al final logramos la cima a las 5:45 de la tarde. Tiempo total: 12 horas y 15 minutos, lejos del récord pero ya está hecha en un día. Satisfacción total.
De igual manera la recompensa fue un grandioso atardecer que nos hizo derramar unas cuantas lágrimas y una gran sonrisa. Vale la pena este tipo de esfuerzos. La bajada fue bastante agradable ya que la luna casi llena nos alumbró el camino hasta el campamento base. La noche fue muy larga pues debido al cansancio no pudimos dormir muy bien.
Y bueno eso fue todo lo que logramos. Las fuerzas se agotaron y decidimos todos bajar a Huaraz a reponernos, pero creo que ha sido bastante bueno lo que hemos logrado, al fin todos logramos conocer la cima y ya sabemos lo que se siente estar allá arriba. Tal vez en otra ocasión regresaremos a ese hermoso lugar, o quizás a otra montaña por aquí, porque hay tantas que uno no sabe para donde mirar.