James A. Wilkerson (editor). Medicina para excursionistas y otras actividades en plena naturaleza. Ediciones Omega, Barcelona. 1996, 410 páginas. ISBN: 84-282-1039-X
"Todo aquel que participa en actividades de plena naturaleza y que requieren habilidad, conocimiento, fuerza y resistencia , como es el caso del montañismo, esquí de montaña y descenso de torrentes en piragua sabe que un día u otro deberá enfrentarse al hecho de un accidente, si no de él mismo, de otra persona. El resultado de estos incidentes suele depender del cuidado médico que reciben las víctimas. En el caso de accidentes o enfermedades que tienen lugar a una distancia considerable de un médico u hospital, no basta con los primeros auxilios habituales. Para que los enfermos se recuperen con las menores secuelas posibles, no vale aplicar aquí la frase "¡No hacer nada hasta que llegue el doctor!" ya que en lugares remotos el médico no va a llegar." (p. 11)
Pese a ser "un manual de medicina, no de primeros auxilios." (p. 11), está dirigido a los montañistas porque ellos son quienes usarán de estos conocimientos principalmente. Para quien espera encontrar recetas donde se diga qué hacer paso a paso en cualquier situación, este libro le resultará incomprensible, pues "La capacidad de analizar el problema o situación de forma racional así como seleccionar y llevar a cabo un curso directo y lógico hasta llegar a una solución es un don poco frecuente que a veces se conoce como "sentido común". En las situaciones de plena naturaleza, no existe otra capacidad más importante que ésta." (p. 11)
Su contenido es alto en nombres médicos que pueden causar confusión, pero esto se elimina por la explicación inmediata del término y un apéndice al final del libro que agiliza la lectura y la comprensión de cada capítulo. Sin embargo, muchos preferirían saber sólo de primeros auxilios para no tener que complicarse la existencia. Pero cuando se piensa que "Cuando un montañista sale un fin de semana y vuelve con la gripe o con un tobillo roto, se disculpa ante sus amigos. Cuando sufre un ataque de apendicitis aguda a tres días de viaje de una carretera, son sus amigos quienes presentan entonces las disculpas." (Harvey Manning, p. 7), entonces la lectura de Medicina para excursionistas y otras actividades en la naturaleza se vuelve lectura obligada.
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no queremos decir que un lego en la materia pueda llegar a extirpar un apéndice inflamado, pero puede aprender a distinguir esta condición de otras muchas que se le parecen y esto es ya muy importante. Los viajeros con suerte no deberán hojear nunca sus páginas, pero el llevar el libro en sus mochilas les ofrecerá una gran confianza y paz de espíritu." (Harvey Manning, p. 8)
Capítulos como el de medicación y procedimientos terapéuticos no son para leerse a la ligera y aplicarse en el sitio. "El tratamiento descrito para muchas condiciones incluye una medicación efectiva o sistemas terapéuticos sofisticados. Estos remedios son precisos para tratar muchas alteraciones, pero pueden llevar a mal fin si se usan de forma incorrecta." (p. 11)
Un capítulo muy importante es "Respuestas psicológicas a los accidentes", mismo que debería leerse con cuidado porque se toca un tema que quizá no sea abordado de lleno: ¿qué pasa con el rescatista después de participar en un accidente? O ¿qué sucede con el rescatado, sea durante la operación de rescate o posteriormente? Es importante porque es parte de la medicina prevenir lesiones futuras y no sólo arreglar lo que esté mal por el momento.
Algo llama la atención cuando se ve el capítulo "Problemas médicos debidos a la altura":
"...para subir a los volcanes de México... puede permanecerse de dos a cuatro días en la ciudad de México... seguidos por dos a tres días en el bien equipado refugio de Tlamacas en el Popocatépetl..." (p. 277-278)
Debe tenerse en cuenta que la presente traducción se trata de la cuarta edición (1992) de la obra de Wilkerson (publicada por primera vez en 1967) y que desde 1994, el Popocatépetl está cerrado a las ascensiones por su actividad volcánica.
El libro originalmente se llamó Medicine for mountaineering, tratando de llenar el vacío que había en Montañismo: la libertad de las cimas (de su primera edición). Pero el título actual responde a otras necesidades:
"El director, colaboradores y editor de Medicina para excursionistas han elegido un título para la cuarta edición que refleja el espectro de alteraciones médicas que pueden aparecer en plena naturaleza (y en zonas urbanas de países en vías de desarrollo). Entre las pocas adiciones requeridas para asegurar que el nuevo libro fuera apropiado Medicina para excursionistas y otras actividades en plena naturaleza, la más importante es la que se refiere a los ahogados. No se han incluido posibles problemas en ambientes de mar, en especial alteraciones hiperbáricas (descompresión y embolia de aire) así como envenenamiento por organismos marinos." (p 13)