Con el propósito de concluir el proyecto de las siete cumbres continentales más altas, la alpinista Karla Wheelock reiniciará el próximo mes sus ascensos en el monte Kosciusko, y posteriormente intentará la cima del Vinson en la Antártida, poco antes de finalizar 2002.
Wheelock, quien inició el Grand Slam en 1999 (en el Everest), viajará a Australia este domingo acompañada de su marido-entrenador Iván Loredo y de su hija de sólo siete meses de edad.
“Iván será el guía y establecerá la ruta-estrategia para que posteriormente yo suba la montaña de 2 mil 228 metros y así podremos alternarnos en los cuidados de Valeria”, expresó la escaladora, quien tuvo un receso en su trayectoria deportiva por el embarazo de su primogénita.
La coahuilense señaló que “mi meta no es la cumbre, sino regresar con vida de cada una de las expediciones. Ahora el factor riesgo se ha incrementado porque tengo que volver por mi hija y por mi familia”.
Si bien destacó que el monte tiene un alto grado de dificultad por la acumulación de nieve, aseguró que Loredo Vidal realizará logística en el Kosciusko, “y subir a esa montaña, considerada junto con el Carstenz la más alta del continente, sería un bono extra”.
Para Wheelock 2003 será el año en que hará historia en el montañismo mexicano al conquistar las siete cumbres continentales, hazaña que sólo ha logrado Ricardo Torres Nava, quien le sugirió que subiera adicionalmente al Kosciusko para evitar algún imprevisto con el permiso que otorga Indonesia a las expediciones que intentan el pico Carstenz.
—Existe alguna competencia con otras alpinistas?
—Siempre he dicho que el compromiso es conmigo misma. En la montaña no compites con otros escaladores sino con la naturaleza, en mejorar el estilo y sobre todo regresar con vida.
“Siempre he buscado que a través de los medios se fomente el amor al deporte y es muy positivo que cada vez existan más mujeres que suban y bajen cumbres”.
Sobre la velocista Ana Gabriela Guevara, ganadora de la Liga de Oro, del Grand Prix y la Copa del Mundo de Atletismo, expresó que “es un extraordinario resultado y en eso comparto su forma de ser y su disciplina.
“Ella ha tenido continuidad, perseverancia y consistencia, y finalmente los resultados se reflejan en conjunto”, apuntó.
Ana Mónica Rodríguez
La Jornada
Septiembre 25 del 2002
