Clint Willis. Hielo. Historias de supervivencia de la exploración polar. Ediciones Desnivel, Madrid, 2002. 246 páginas. ISBN: 84-95760-320
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Más de una vez en mi corta vida me ha admirado el valor del hombre que está ciego ante lo que parece ser de sentido común: él alcanza lo imposible.
Apsley Cherry-Garrard
¿Qué podía hacer? [Mawson] También se sentía muy debilitado por las privaciones y la mala alimentación. Desde luego, lo que no se podía hacer era instalar la tienda y rendirse. ¡No! No se limitaría a tumbarse en la nieve y a esperar largos días de agonía mientras la vida se les escapaba.
Lennard Bickel
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Después de Al límite, historias de supervivencia en las montañas más altas del mundo, Clint Willis se enreda en un mundo diferente con el mismo tema: historias de supervivencia, pero en regiones polares. En este libro hay historias realmente valiosas que hacen que el libro valga la pena, como la de Mawson, caminando solo en la Antártida después de que sus compañeros murieran uno tras otro, o el diario de los tripulantes del Jeannette, el barco que después daría a Fritdjof Nansen la pista para su legendaria expedición a bordo del Fram.
Si bien el tema es interesante, el compilador parece haberse dedicado más a llenar espacio que a reunir historias pues del viaje de Scott hay dos versiones y una entrevista a uno de los tripulantes hecha en 1973, una más de un hombre que quiso llegar solo a la Antártida y ni siquiera llegó al Círculo Polar porque su embarcación quedó inutilizada por la tormenta y él fue rescatado. El capítulo "Sueños árticos" es sólo una leve semblanza de exploradores polares, pero no de situaciones de supervivencia, lo mismo que el fragmento del relato de Richard Byrd, el primer hombre en invernar solo en la Antártida.
El libro tiene información interesante si uno quiere conocer un poco más de la exploración de los polos, como la entrevista a Charles Wright, uno de los hombres que no fue elegido por Scott para llegar al Polo, o el relato de Shackleton sobre el viaje que lo convertiría en uno de los hombres más respetados de la exploración polar.
Willis hace una introducción que se centra en el por qué el hombre va a esos ambientes tan "hostiles".
"...la fama, el dinero o incluso las observaciones meteorológicas, a menudo, parecen excelentes excusas para que los exploradores se dirijan allí donde esperan encontrar algo realmente diferente. En realidad no saben qué van a encontrar hasta que no llegan e incluso puede que no se den cuenta de lo que han alcanzado una vez han llegado allí. Pero está allí y les hará cambiar." (Clint Willis, p. 12)
Es curioso que uno de los extractos (del que bien podría prescindirse) responda a esta pregunta de manera similar a como se hace ahora en el ámbito del montañismo:
"Una de sus discusiones más frecuentes se centraba en el tema: ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué fuerza es la que nos impulsa a soportar condiciones severas de forma voluntaria?». La respuesta era: los intereses de la ciencia; es importante que los hombres conozcan todos los rincones del mundo en que viven. Aunque ésta no era una respuesta completa. Una vez hubo una discusión acerca de si les seguirían atrayendo las travesías polares en el caso de que, con ayuda de las invenciones modernas, se volvieran fáciles y confortables. Unánimemente dijeron que no." (Nancy Mitford, p. 49)
Willis no menciona lo más importante que se puede rescatar de una colección de historias de supervivencia (cuando lo son): el espíritu humano y es este el que está detrás de cada historia, sobre todo si se trata de un relato de primera mano, como por ejemplo Douglas Mawson, quien perdiera a todos sus compañeros y tendría que caminar solo hasta regresar a su barco en la Antártida:
"El aspecto más importante que se requiere a los miembros de una expedición como ésta es el carácter. Es imposible predecir cómo van a actuar los hombres hasta que las circunstancias llegan... En esta tierra de desolación, en esta tierra de gran soledad, se dan las condiciones que miden al hombre en su auténtico valor." (Douglas Mawson, p. 30)
Como en su anterior libro, en ésta hace falta una selección más amplia pues se reduce a los exploradores de habla inglesa. Hace falta ahí el relato En el país de la muerte blanca, de Valerian Albanov, o el de Humberto Nobile El Italia al Polo Norte.