Wickliffe W. Walker. El río prohibido del Tibet. Una dramática expedición al Tsangpo. National Geographic - RBA, Barcelona, 2000. 253 páginas. ISBN: 84-8298-214-1
No es que después cambiara el paisaje —seguía siendo el mismo—, pero estaba vacío.
Tom McEwan, cit. en p. 238
Todos los deportes realizados en aguas bravas implican una identificación con la fuerza de la corriente de agua...
El nuestro era un viaje de descubrimiento, en primer lugar para nosotros y después para el deporte, sin pretensiones de grandes servicios a una causa más elevada.
Con el desarrollo de nuevas técnicas y materiales en el descenso de ríos, el objetivo de este deporte era cada vez más ambicioso, pero ¿cuál? Nadie Pone en duda que el Everest es lo máximo en montañismo, pero a ello contribuye en gran medida su altitud. Sin embargo, en cuestión de descenso en aguas bravas no existe un canon objetivo estándar; «el más largo», «el de mayor desnivel» y «el de mayor caudal» son calificativos irrelevantes, y hasta el grado de dificultad de los distintos rápidos es un parámetro subjetivo que cambia radicalmente cada diez años. Cualquier palista es libre de elegir su propio «río Everest».Â? (p. 20-21)
Para entonces, el Nilo y el Amazonas ya habían sido recorridos. ¿Adónde dirigirse?
"El Tsangpo discurre en dirección sudeste por la vasta meseta tibetana, serpentea por las estribaciones orientales del Himalaya, circundando el Namcha Barwa, y se despeña desde las llanuras de Asma, en la India, donde recibe el nombre de Brahmaputra." (p. 43) Son "...225 kilómetros de gargantas ininterrumpida por la que discurre el río entre las cumbres del Namcha Barwa (7,756 metros) y del Gyala Pelri (7,151 metros) y los casi 5,000 metros de desnivel que salva." (p. 46)
El río prohibido del Tibet es el relato de una expedición estadounidense que se dirige precisamente al Tsangpo. No es sólo la dificultad lo que les llama, sino principalmente realizar su primer recorrido:
"Los grandes enigmas del siglo XIX se han resuelto mediante la exploración clásica, unida al moderno sistema de imagen por satélite... Sin embargo, a principios del siglo XXI persisten retos en una docena de disciplinas científicas y deportivas. Y todavía nadie ha logrado, con el medio que sea, una travesía completa de las gargantas de un extremo al otro." (p. 45)
Hay muchos problemas a resolver, desde la organización de una expedición costosa que pueda financiarse el permiso del gobierno chino hasta la misma exploración del río.
"Un primer descenso en aguas bravas es muchas veces —o quizá siempre— un ejercicio tanto logístico como deportivo. Hasta conocer el rumbo de acceso y salida, entender los efectos de los distintos niveles de agua y prever las dificultades que acechan a cada paso, se dedican enormes cantidades de tiempo y energía a factores que se dan por sabidos en rutas bien establecidas. Por mor de avanzar simplemente corriente abajo, el equipo de un primer descenso rodea muchas veces bote al hombro rápidos que después «trabajan» y superan rutinariamente equipos que sólo persiguen eso. En consecuencia, un primer descenso rara vez es una elegante progresión corriente debajo de principio a fin, y es frecuente que un descenso que ha exigido varios días acabe haciéndose en una sola jornada." (p. 31)
Sin embargo, un accidente hace que la expedición termine con una distancia navegada de 55 kilómetros y a pesar del título, el libro contiene poco de la expedición misma. La información que puede rescatarse es la historia del desarrollo del descenso de ríos en kayaks en Estados Unidos, la fascinante historia de "Kinthup, un sastre analfabeto de Sikkim, cuya primera exploración del Tibet concluyó a orillas del Tsangpo en Gyala." (p. 82) que realizó la primera exploración del río y la organización del grupo cuando la muerte de uno de sus compañeros acaece.
"Del mismo modo que definir el éxito de un primer descenso fluvial es algo subjetivo y ambiguo, sucede otro tanto al definir un fracaso." (p. 241)
El descenso al Tsangpo continúa y una expedición ha logrado pasar más allá del "Panther Beach", donde determinaron que "aun sin haberse producido la tragedia, lo máximo que habríamos logrado en 1998 habrían sido 15 kilómetros más de descenso.." (p. 241) Esta expedición puede encontrarse en la página de National Geographic.