Ricardo Coello
En la última década dentro del montañismo mexicano, los nombres de Carlos Carsolio, Ricardo Torres Nava y Karla Wheelock, consolidaron un nombre con base en éxitos personales, que los colocaron en la élite de México y del mundo.
Hoy en día, Carsolio se retiró y Torres Nava bajó considerablemente su actividad, mientras que Wheelock está a punto de ser madre, por lo que dejó para mejor ocasión las siete cumbres del grand slam.
Ahora, la nueva generación de escaladores y ascensionistas mexicanos, Leonardo Torres, Alejandro Pérez y Gustavo Montalvo, pueden llegar a colocar a México dentro de las potencias a nivel mundial, debido a sus logros como escaladores en roca, o cumbres en las diferentes montañas del mundo con rutas vírgenes.
Su mayor problema, a veces encima de las rutas o de las avalanchas de nieve, son sus constantes problemas económicos, ya que en muchas ocasiones ellos mismos tienen que poner de su bolsa para poder colocar el nombre de México en lo más alto del mundo. Literalmente.
Leonardo Torres está considerado como uno de los mejores montañistas nacionales, sólo que para demostrar su valía como tal, en el 2003 tratará de hacer cumbre en el techo del mundo: el Everest.
“He hecho ascensiones técnicas, es muy diferente un 8 mil que una montaña técnica, un 8 mil es un maratón y una montaña técnica son los 100 metros, no es la misma distancia, pero es muy difícil, son paredes muy verticales.
“El proyecto para irnos al Everest lo estamos haciendo apenas y pensamos salir en el 2003, lo que pasa que para hacer los trámites del Everest, tengo que conseguir el dinero un año antes para conseguir los permisos para irme”, señaló Leonardo.
Leonardo hizo referencia a los pocos apoyos que dan las empresas a los mexicanos que buscan triunfar en esta actividad, y que aún así, han logrado sobresalir.
“En la Federación (Mexicana de Montañismo) hay presidente nuevo y quiere hacer cosas, pero sin dinero no puede hacer nada y tampoco se trata que el gobierno lo haga, las empresas tienen una labor social, una responsabilidad con México, con el deporte, y se están yendo por otros lados y eso es triste”.
Dentro de los logros más importantes de Leonardo, se encuentra un ascenso 100 por ciento técnico a la cumbre del McKinley, conocida como la montaña más fría del mundo, en Alaska, y no por donde es la ascensión normal, en donde varios mexicanos han subido, pero sin escalar paredes de hielo.
“Es fácil subirla, pero como ascenso, caminando llegas hasta arriba, por donde nosotros subimos se llama West Rib (Costilla Oeste). Estuvimos Gustavo Montalvo, Alejandro Pérez, Emiliano Fernández y yo durante cuatro días, escalamos hielo, tramos mixtos y en estilo alpino, fue un “simulsolo” que significa que ni siquiera íbamos amarrados entre nosotros.
“Escalábamos todos juntos, pero sin cuerda, dejamos comida, dejamos sleeping bag, llevábamos los piolets y la ropa que traíamos puesta. Bajamos por la ruta normal, caminando hasta un campamento, pasamos una noche sin sleeping bag y al día siguiente fuimos por nuestras cosas”.
Reforma
Diciembre 11 de 2001