Hace pocos dÃas, una muchacha perdió la vida al caer de una pared en los alrededores de la Ciudad de México. La noticia fue dada a conocer por varios foros en Internet sin más detalles y ello ocasionó una polémica en torno a la calidad de los anclajes que se usaban en la ruta o las fallas humanas. Ahora sabemos que no fue una falla de los anclajes, pues la ruta fue revisada al dÃa siguiente por otros escaladores. Lo que queda todavÃa es ese sentimiento doloroso de una muerte y las causas que la produjeron.
A este respecto, en el foro Xtremers se ha manifestado por la necesidad de la información de los accidentes:
Quien no aprende de los errores, esta condenado a repetirlos, no solo debe de investigarse que pasó en este accidente, se debe de documentar para que no ocurra en otros lugares; éste y todos los accidentes relacionados, es experiencia muy cara que no debemos desperdiciar.
Alfredo Pérez
Pero también se manifestó el otro punto de vista, el de "dejar las cosas como están":
Desde mi muy personal opinión y punto de vista creo que a menos que seamos parientes, familiares, amigos o personas cercanas a la vÃctima de este accidente, no somos nadie, ninguno de nosotros, para realizar una investigación en busca de las posibles causas que lo provocaron, y mucho menos con el Ãmpetu de "¡No poder dejar asà las cosas!" Respeto mucho el comentario, pero mi opinión es otra. El hecho de dejar o no las cosas como están creo que depende de la familia de la vÃctima. Debemos recordar primero que nada que estamos metidos en un deporte donde corremos un riesgo constante de muerte, ya sea por falta de conocimientos, por fallo de equipo, malas condiciones de la piedra... En fin... Y creo que todos los escaladores están consientes de esto, asà como igual lo deben estar las familias.
Héctor RodrÃguez.
Llama la atención la frase "corremos un riesgo constante de muerte", sÃmbolo Â?quizáÂ? del fenómeno de "deportes extremos", pero también de la información deformada que llega al público en general. Por supuesto, los accidentes pueden ser mortales en nuestro deporte si no se tiene la debida preparación pero, tal como enseña hábilmente Pitt Schubert en su libro Seguridad y riesgo, es preciso averiguar las razones que lo originaron y no precisamente por señalar con el dedo a alguien, cosa por demás frecuente en estos casos, sino porque es preciso aprender de los errores, sean propios o ajenos. Es precisamente éste uno de los puntos más importantes a combatir: el creer que lo que sucedió a otros no nos pasará a nosotros o, peor aún, la indiferencia. Mientras no nos preocupemos de la seguridad personal y de los compañeros, mientras no nos preocupemos por averiguar las causas, estaremos del lado de los accidentes, seremos cómplices.
Por supuesto, los espacios abiertos en los foros han hecho una gran labor al homogeneizar el concepto de seguridad, entre otras cosas, pero falta mucho por hacer. En la Ciudad de México se está organizando una serie de actividades para conducir a lo que se llamará la "Semana de la Seguridad", a mediados del mes de febrero y cuyo calendario enviaremos en fecha próxima para que asista la mayor cantidad interesados. Por supuesto, una serie de pláticas no curarán la ausencia de una vida perdida, pero sà mejorarán la situación para que no haya más accidentados.