En 1988, durante el Primer Congreso Nacional de Montaña, organizado por la Asociación de Montañismo y Exploración de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Club Exploraciones de México, A. C., hubo un dÃa donde se trató el tema "Periodismo de montaña" y en el cual participé. Después de las ponencias, alguien del público preguntó acerca de la validez de la información exagerada. El ponente de mi lado contestó que siempre que escribÃa exageraba un poco porque de esa forma quien leyera "se iba a espantar un poco y tomarÃa las cosas con más calma". En ese entonces, como ahora, sigo pensando que la información tiene que ser verÃdica: sin exageraciones.
En 1992, Harry Möller, creador y fundador de la revista México Desconocido, me comentaba que para escribir sólo hacÃan falta dos cosas: la primera, tener algo que decir; la segunda, tener la forma de expresarlo para que el público lo entendiera tal como lo querÃamos. Sin embargo, él no le daba mucha importancia al segundo punto, pues "para eso están los editores, correctores de estilo y redactores que hacen el trabajo de «carpinterÃa» por nosotros."
Sin embargo, el periodismo de montaña sigue teniendo mucho de exageración y todavÃa está por publicarse la novela de montaña que no termine en tragedia o con el personaje principal como héroe (precisamente a través de una tragedia). Lo cierto es que el montañismo tiene algo que llama la atención a todos y que en general es comprendido como "riesgo". Mucha gente comienza a practicarlo por reafirmarse en lo personal o, actualmente, por "sentir adrenalina". Pero la reafirmación personal o esa tensión excitante hace muy pocos montañistas buenos y que duren más que un tiempo breve.
Los escritos de montaña actuales no son ya tan heroicos como lo fueron a mediados del siglo pasado pero siguen apareciendo algunos con datos poco confiables. Es el caso de una crónica que apareció hace pocos dÃas de un ascenso al Nevado de Colima en bicicleta de montaña que daba datos que parecÃan exagerados, como "45 grados de inclinación en promedio". Por supuesto, no tardaron en aparecer las crÃticas a tales datos, pues 45 grados de inclinación significa una pendiente muy fuerte. Las objeciones al relato no negaban la ascensión, pero sà criticaban muy firmemente la exageración. Y, por supuesto también, surgió la defensa.
¿Cuándo debe creerse a una persona que dijo "subà a esa montaña"? En general, cuando se trata de una primera ascensión, todos los detalles de ella son puestos a revisión por el medio montañista y se validan o no. El Dr. F. A. Cook dijo haber subido al Denali (McKinley) pero hubo gente que no le creyó y actualmente es uno de los casos más clásicos de las mentiras en montaña, pues incluso se ha localizado el lugar donde se tomó la foto de "cumbre". La validación es buena, pero hay que recordar que también ha dañado a muchas personas: Cesare Maestri (de quien pocas personas están convencidas actualmente que subió el Cerro Torre) e incluso a Walter Bonatti con su ascensión al Pilar que ahora lleva su nombre.
En la editorial del boletÃn 67 se mencionaba acerca de la expedición al K2 que habÃa sido "a dos años después del primer ascenso mexicano a una montaña de ocho mil metros, el Kangchenjunga Oeste". Manuel Larios, uno de los montañistas mexicanos más respetables, nos escribió:
Estimado Carlos, te escribo este mensaje con todo respeto y la admiración hacia lo que has hecho, en especial en el área de exploración me quito el sombrero, y deseo comunicarte mi sorpresa al leer el boletÃn 67 parte 1 en el párrafo que dice: "De esa y posteriores conversaciones surgió una invitación formal de una expedición polaca que tratarÃa de ascender el K2 por una nueva vÃa en 1982, a dos años después del primer ascenso mexicano a una montaña de ocho mil metros, el Kangchenjunga Oeste.
Me apena decir esto, pues conocà a ambos Hugos [se refiere a Hugo Saldaña y Hugo Delgado, pero confunde a éste último con Alfonso Medina], pero si no existe testimonio fotográfico o de cualquier otra Ãndole (y considero que el testimonio de un sherpa que dijo que "los vio caminando hacia ella" no es suficiente) y más aún si los alpinistas que iban hacia la cumbre no Â?y repito: noÂ? regresaron de ella, en ningún lugar del mundo se considerarÃa como ascenso logrado, por lo que considerarlo como el primer ascenso mexicano a un 8000 es una pretensión que no beneficia a nadie.
Si esto no fuese cierto serÃa entonces el intento de Mallory e Irving considerado como el primer ascenso al Everest, y hasta el dÃa de hoy lo es el de Sir Edmund Hillary junto con el sherpa Tensing Norgay.
Como tú sabes, nosotros fuimos al G-I y después de la muerte de Jorge Brito intentamos el G-II en el que Javier Santos siguió él solo a partir de 7,600 metros aproximadamente; él dice que llegó a la cumbre pero no tenemos testimonio fotográfico ni abandonó pieza alguna para que otra cordada la recogiese por lo que, los que asà lo deseamos, le creemos, pero oficialmente no lo debemos afirmar pues no lo podemos comprobar.
Considero que en la medida que seamos congruentes se fortalecerá este deporte que tanto queremos.
Con todo respeto hacia tu persona, tus logros y los de la UNAM, que son muchÃsimos, me despido y si me equivoco házmelo saber pues sabré rectificar de igual forma.
Manuel Larios
Hay que recordar que el testimonio del sherpa no dice que "los vio caminando hacia la cumbre" sino que vio a Hugo Saldaña en la cima mientras Alfonso Medina seguÃa subiendo hacia ella. El gobierno de Nepal otorgó el certificado de cumbre pero hay que reconocer que un documento no deja zanjada la cuestión y que siguen existiendo los puntos que Manuel menciona: hay que ser congruentes y "los que asà lo deseamos, les creemos". A fin de cuentas, no se trata ahora de exageraciones sino de la validación, caso contrario al caso del foro Xtremers.
El caso de la validación de cumbre está siendo muy vigente en estos dÃas. Basta revisar la página de la Revista Barrabés donde aparece un artÃculo muy interesante acerca de este tema en los ocho miles.
REVISTA ALPINISMO (1950)
En octubre de 1950, la revista Alpinismo cumplÃa un año de vida. Es difÃcil imaginar a un montañismo mexicano donde no habÃa televisión y la gente escuchaba radio o iba al cine como pasatiempo preferido pero aún asÃ, el montañismo en México se desarrollaba paso a paso y al parecer no tan lentamente como uno creerÃa situados, como estamos, en este siglo XXI. El contenido de su número especial de aniversario (el número 13) es impresionante a lo largo de sus 26 artÃculos, de los cuales presentamos sólo seis pues no podemos enviar la revista completa por su amplia extensión. El resto de la revista puede ser consultado en nuestro Sitio Web y para ello presentamos un Ãndice.
Recordamos que se ha transcrito tal como aparece en la publicación, con algunas formas de escritura que entonces eran bien aceptadas, aunque se han corregido algunos errores mÃnimos en algunos casos.