MOUNTAIN WILDERNESSParticipando de manera intuitiva en esta sensibilidad conservacionista, dentro del ámbito estrictamente montañero, en 1987 se reúnen en Biella (Italia) una selecto grupo de alpinistas y hombres de montaña, con la inquietud común de realizar algo para la protección de la montaña, especialmente la alta montaña, cada dÃa más amenazada por nuevas construcciones, estaciones de esquÃ, teleféricos o grandes infraestructuras. De allà surge Mountain Wilderness y la famosa Tesis de Biella que es el documento donde se recoge la doctrina de dicho movimiento. Quizás la esencia de dicha doctrina queda perfectamente reflejada en el siguiente texto: "...se considera por wilderness de la montaña el entorno de altitud no contaminado donde todos los que tengan la necesidad interior pueden realizar la experiencia de un reencuentro directo con los grandes espacios, vivir la libertad, el silencio, los ritmos, las dimensiones, las leyes naturales y sus peligros.
La calidad de la wilderness reside básicamente en su capacidad potencial de permitir una aportación creativa entre el hombre civilizado y el entorno natural. Es este el grado de autenticidad, de esta simbiosis que da un sentido no efÃmero a la aventura". Mountain Wilderness es una organización no gubernamental de carácter internacional que pretende proteger y salvaguardar la montaña en todos sus aspectos. Organizada a partir de un pequeño secretariado la figura de los garantes internacionales vela por el cumplimiento de sus objetivos. A pesar que nace en Italia pronto se crean delegaciones en Francia , Suiza , el Reino Unido y España . Su ideario es común a todas las delegaciones y cada una de ellas realiza las acciones más adecuadas para su territorio complementadas con acciones de carácter internacional. En Francia se realiza una espectacular acción en la Punta Helbronner para reivindicar la desmantelación del teleférico sobre la Vallée Blanche y se reclama insistentemente la creación del Parque Nacional del Montblanc. Asimismo se realizan acciones coordinadas para la protección del Olimpo, campañas para la protección de los grandes espacios en el Himalaya (expedición de limpieza al K2) la petición de una legislación europea contra el turismo de montaña en helicóptero, etc.
En España las acciones de las dos delegaciones básicamente han consistido en voluntariosas acciones de limpieza de zona de montaña y de concienciación social, pero sin poder incidir de manera efectiva ante actuaciones tan desafortunadas como la gestión del Parque Nacional de Picos de Europa o las restricciones crecientes a la escalada. Asà el fundamente de dicho movimiento es claramente seguir la corriente que da un valor moral a la montaña, desde una perspectiva occidental. Inicialmente los planteamientos de dicha organización eran francamente radicales, con un atractivo grado de utopÃa, pero rápidamente ha ido evolucionando a posturas más posibilistas y pragmáticas, intentando incidir más en la toma de conciencia de la sociedad respecto a los problemas y en el diálogo con todos los protagonistas. Algunas secciones han promulgado decálogos de actuaciones donde se propugna una acción abstencionista y autorestrictiva del propio colectivo montañero y a la vez se empieza a apuntar alguna tendencia hacia una especie de neo-wilderness o wilderness devaluada derivada de las dificultades coyunturales y materiales.
En España la Federación de Deportes de Montaña y Escalada promulgó en 1997 su famosa "Declaración de Cáceres", donde reivindicaba la libertad de acceso a la montaña, pero sin planteamientos conservacionistas.
CONCLUSIÃ?NEl fundamento teórico del movimiento wilderness es francamente rico y sugerente, con incursiones que traspasan el mero ámbito conservacionista y medio ambiental y entran en el terreno filosófico y moral, aunque con algunos puntos cuestionables. El movimiento "Mountain Wilderness" es el que mejor recoge dichos planteamientos en el continente europeo, pero su escasa incidencia social, la extraordinaria limitación de sus medios materiales y la falta de consistencia de alguna de sus propuestas ha impedido la consolidación de su proyecto. Al colectivo montañero le acechan tres grandes peligros que amenazan su futuro en este ámbito. En primer lugar algunas actuaciones de dentro del propio movimiento, agresivas con el medio y claramente antiecológicas, que a pesar de ser minoritarias y obra de unos pocos consiguen desprestigiar a todo el colectivo. En segundo lugar la imposición desde determinadas instancias oficiales de tesis conservacionistas que propugnan la expulsión de la presencia humana en determinados espacios, lo que de extenderse acabará limitando el territorio disponible para su actividad. Finalmente la miopÃa de determinadas actuaciones oficiales conservacionistas que se dedican a prohibir, limitar o vetar acciones de carácter anecdótico y puntual en el conjunto del medio sobre un colectivo como el montañero pero sin incidir en los verdaderos problemas medio ambientales y conservacionistas mucho mas graves y agresivos y en situaciones globales.
Es urgente que el colectivo montañero se conciencie de la necesidad de adecuar todos sus comportamientos a un planteamiento conservacionista riguroso, que se una en una sola voz para defender sus intereses y que se erija en un interlocutor válido y potente, actuando de manera coordinada, firme y contundente ante las instancias oficiales para ser un estandarte de la imprescindible conservación de la naturaleza.