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Montañismo y Exploración
El mundo del hielo

El legendario escalador británico Joe Brown afirmaba que si una ascensión resulta más fácil con crampones que sin ellos, puede considerarse con todo derecho una ascensión en hielo. Esta es la única definición suficientemente amplia como para dar cuenta de todo el espectro de actividades que suelen incluirse bajo el epígrafe de escalada en hielo.







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Jeff Lowe. El mundo del hielo. Técnicas y experiencias de la moderna escalada en hielo. Ediciones Desnivel, 1996. 254 páginas. ISBN: 84-87746-92-6


De esta manera. Jeff Lowe, uno de los mejores escaladores en hielo del mundo, abre una amplia disertación sobre lo que es esta actividad, desde una breve reseña de su historia en donde se nota fundamentalmente que los grandes avances se deben a la aparición de instrumentos nuevos, como el pico curvo en el piolet, rediseñado por Yvon Chouinard, o el Terrordactyl, diseñado por Hammish MacInnes, ambas herramientas ampliamente utilizadas. En esta breve reseña (uno siempre se queda con la sed de tener más datos históricos, pero la historia es inagotable) también salta a la vista el cambio de mentalidad en los escaladores.

Después de una introducción general a lo que es el terreno del hielo, sus tipos, nombres de cada sección de la montaña y términos generales, el libro abarca también la obligatoria sección de equipo, narrada brevemente y con un tono muy personal. Pero lo que más contiene son vivencias. En primer lugar una colección de escritos de escaladas realizadas por el autor y donde uno llega a preguntarse si realmente se trata de una persona con cordura. Pero él mismo se encarga de decirlo claramente:

"La escalada en hielo es una manera de aproximarse a un mundo aparte. Es un mundo más simple y dinámico que ese otro al cual estamos acostumbrados. La muerte anda cerca... La verdadera naturaleza del individuo comienza a emerger a medida que el instinto muestra su rostro antiguo y olvidado. Hay una cierta pureza en el hecho de comprometerse en lo que algunos llamarían una "actividad inútil"" (p. 253)

Es un argumento que aparece en Walter Bonatti (Montañas de una vida, Reinhold Messner (Séptimo Grado y Mark Twight(Alpinismo extremo), entre otros, pero que es muy válida siempre: "Escalar hasta aquí con tanta concentración para ahora gatear nerviosamente a lo largo del último tramo daría un tinte negativo a toda la experiencia. Cada paso —hasta el final— debía darse con tanto cuidado como los demás." (p. 61)

Las vivencias en las escaladas en hielo también aparecen en la sección de técnica. Uno se pregunta cómo es que se puede aprender la técnica de la escalada en hielo en un libro que seguramente será leído lejos de ese terreno. La solución fue simple: Jeff Lowe narra algunas ascensiones no con relatos, sino con fotografías y cada una va siendo explicada con una técnica y un equipo definido. De esta forma, más que un manual que siempre debamos seguir, se trata sólo de una apreciación de esa actividad por una sola persona:

"El éxito en la escalada en hielo depende tanto de la actitud como del dominio de cada técnica individual. El hecho de poder obtener la máxima satisfacción de este deporte mejorando lo más rápidamente posible depende en gran medida de cómo cada uno se visualiza a sí mismo. Deja atrás las ideas preconcebidas, sintoniza todos tus sentidos y sentimientos, trata de hacer algo nuevo sin enjuiciar tus propios esfuerzos o los de los demás para aprender." (p. 112-114)

Hay dos aspectos que son importantes mencionar y que Jeff Lowe no deja de lado. El primero es un comentario muy importante acerca del carácter competitivo de esta actividad: "La competición amistosa en el seno de un pequeño grupo de escaladores produce a veces resultados sorprendentes, porque la imaginación, creatividad, fortaleza y motivación de cada individuo se ven sutilmente impulsadas, reforzadas e inspiradas por los demás compañeros. Sin embargo, cualquier tipo de actitud excesivamente competitiva en el grupo suele ser contraproducente para todos excepto para el "machaca" que ha tenido éxito en los movimientos más difíciles y que se encuentra en situación de cosechar refuerzos temporales para su propio ego a costa de los demás. Es mejor cuanto todo el mundo se siente introducido en el secreto de cómo se realizó un movimiento determinado..." (p. 107)

Un segundo comentario que va aparejado con el anterior pero que tiene personalidad propia y que refleja mucho la filosofía de la escalada (y no sólo en hielo) es: "A las revistas de escalada les gustaría hacernos creer que existe un dios llamado 5.14 al que todos debemos rendir homenaje. Independientemente del valor personal de nuestros esfuerzos, a menudo se nos juzga —y nos juzgamos a nosotros mismos— por los números vinculados a las escaladas que realizamos. Pero en ese más amplio contexto de la vida al margen de la excelencia gimnástica, la calidad y el contenido de la experiencia alpinística se vuelve más importante que el grado." (p. 68)

El mundo del hielo es una invitación abierta a ascender por el terreno vertical del agua sólida: "Toma tus herramientas y parte en busca de la aventura que deseas. La gran escalada glaciar está aún por hacer." (p. 39)



 



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