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Montañismo y Exploración
ALPINISMO
1 septiembre 2001

PREFACIO El presente artículo puede ser criticado desde muchos puntos de vista; ser tachado de sustentar un criterio malinchista de subestimar al montañismo nacional, etc., pero lo cierto es que analizando las realidades mexicanas y extranjeras, se llega a la …







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PREFACIO


El presente artículo puede ser criticado
desde muchos puntos de vista; ser tachado de sustentar un criterio
malinchista de subestimar al montañismo nacional, etc.,
pero lo cierto es que analizando las realidades mexicanas y
extranjeras, se llega a la Síntesis que expongo al final.
He dividido este artículo en varios capítulos a saber:


Orígenes

Evolución

Países y clubes que lo representan

Conclusión



ORÍGENES

Los dichos orígenes se pierden en la noche de los tiempos,
pues si bien no se practicaba el montañismo como en
la actualidad, sí ha sufrido una lenta evolución
paralela al hombre mismo.

Nuestros remotos antepasados de Neandertal, Cro-magnón,
Grimaldi, etc. vivían en regiones en que los riscos
y las escarpas abundan y su refugio lo constituían
las cavernas. En este contacto con la naturaleza, con la Montaña
baja, pero escarpada, se desarrollaron los primeros dramas
de la especie, El "Homo erectus" era débil,
en relación a sus enemigos, por tal razón su
fuerte instinto y su incipiente intelecto lo llevan a buscar
cuevas protegidas en los contrafuertes de la montaña,
tal como las ha encontrado en la actualidad el antropólogo.

Pasaron los años y el hombre, ya constituido en sociedad,
se enfrenta a sus enemigos; más cruel y astuto que
ellos, aunque débil, los derrota, expulsándolos
de las praderas, exterminando a unos y domesticando a otros,
queda al fin dueño de la campiña y el río.

Al abandonar su morada pequeña edificó su nuevo
hogar en un medio más benigno, que lo hizo evolucionar
rápidamente, olvidando su instinto de cazador y trepador.

Los pueblos Celtas, uno de los primitivos habitantes del
continente europeo, llamo alpe a toda montaña
escarpada, y, como todos los pueblos primitivos salidos de
la floresta, tenía un rotundo amor a los bosques, y
un inmenso terror por la montaña, por más que
lo intrigara y subyugara.

Al paso de la Historia, primero los pueblos mediterráneos
y más tarde los provenientes de las planicies asiáticas,
ahogaron por la fuerza de las armas, el comercio en torno
a ella una aureola de temor y misterio que era roto de muy
tarde en tarde por casos excepcionales, de origen militar
casi todos como el paso de Aníbal por loas Alpes, el
escalamiento del Popocatépetl por Ordaz, etc., sin
contar con el escalamiento de murallas torreones, etc., que
son actos militares.

Existió igualmente el móvil religioso y científico
pero en menor escala.


II. EVOLUCIÓN

Lo anterior es lo que pudiéramos llamar prehistoria
del alpinismo, empezando su época histórica
en el siglo XIX, en que el liberalismo se apoderó del
pensamiento universal, dando al traste con el tabú
que rodeaba de leyenda y misterio a toda montaña, abriendo
las puertas a los que llevados de una gran curiosidad científica
se adentraron en este mundo ignoto, rompiendo el secular hechizo
nos legaron el caudal de experiencias que son la piedra angular
actual del alpinismo.

Vinieron después una pléyade de pioneros del
deporte, ya propiamente dicho, que unidos a los científicos,
pudieron la base de un deporte muy extendido, fundaron los
ya casi centenarios clubes alpinos Suizo, Francés,
Austrobávaro, Inglés, etc.

De fines del siglo pasado son casi todas las conquistas de
montañas y picos notables, tanto en Europa como en
Asia, África, Oceanía y América, con
la excepción de la gran cordillera Himalaya, que recién
se empezó a explorar y conquistas por oficiales coloniales
ingleses, de servicio en la frontera norte de la India. Fué
necesario el genio organizador de S.A.R. Luis Amadeo de Saboya,
Duque de los Abruzzos, para poner la base de las modernas
expediciones Científico-deportivas, a las regiones
inexploradas de América, Asia, Oceanía y África,
que serán a partir de él, modelos en si género.

Del alpinista actual a los pioneros de montaña existe
una gran diferencia como la de una diligencia y un tetramotor,
y puede decirse que aún su proceso evolutivo está
a medias.

Nos da risa y admiración leer las crónicas
de las primeras conquistas, sus temores y, sobre todo, su
equipo, que incluía las cosas más disímbolas,
muy diferentes de lo actual, en que el equipo se hace meticulosamente
con lo mejor de los materiales de última invención,
para dar un máximo de confort, seguridad y ligereza
y reducir a un mínimo el peligro.

Como todos los deportes que llegan a su mayoría de
edad, el Alpinismo se ve en la necesidad de subdividirse en
múltiples ramas, de acuerdo con el estado evolutivo
o las condiciones especiales de la región en que se
practica.

Analizándola desde sus primeros escalones tenemos
esta escala:

LOS PASEANTES. Fauna heterogénea que lo mismo incluye
a los escolares en vacaciones, a las familias en plan turístico,
a los amantes de la floresta.

ESCULTISTAS. Ya sea agrupados en la asociación internacional
de Scouts, pioneros, etc., o en las organizaciones juveniles
de tipo semimilitar, así como las personas de más
edad que gustan de los bosques y praderas, sin incluir en
sus aficiones nada que denote peligro.

EXPLORADORES Y EXCURSIONISTAS. Grupos especializados en grandes
giras, largos paseos, incluyendo montañas, ríos
y grandes bosques.

ESQUIADORES. Tenemos el tipo últimamente desarrollado
de personas que practican el esquiaje, patinaje, trineaje,
etc., siendo los únicos de los deportes de montaña
en que la competencia, ya sea directa o contra reloj está
permitida y reglamentada. El grupo de los esquiadores está
así mismo muy dividido, pues incluye desde los vacacionistas
que pasan los fines de semana en las estaciones de montaña,
a los grandes corredores de fondo, los saltadores, los que
lo usan como medio de locomoción o las tropas alpinas;
estas últimas merecen capítulo aparte, ya que
incluyen una fusión condicionada de todos los tipos
de aficionados y profesionales de la montaña.

ALPINISTA. O trepadores, subdivididos en sus especialidades
de escaladores en roca o de hielo, técnicas que difieren
un poco y que casi siempre están mezcladas en montañas
que por su latitud presentan una capa de hielo o nieve, y
sólo en determinadas circunstancias dejan al descubierto
la roca; en los Alpes este fenómeno ocurre cuando sopla
el Foen, viento cálido que viene del África
derritiendo los restos de invierno.

El alpinismo es entre los deportes modernos el que ha tenido
un desarrollo muy especial, ya que la ausencia de competencia,
que es la condición intrínseca de su existencia
misma, aleja de su campo a personas que por su complejo desarrollo
psicológico megalomaniático, necesitan del aplauso
y la vanidad de sentirse héroes. Desgraciadamente en
nuestro medio no ha sido posible la eliminación de
algunas personas que confunden lamentablemente la montaña
con las plazas de toros, causando muy serios males al bien
nombre del deporte.

El centro de gravedad del Alpinismo está localizado
lógicamente en los Alpes, que por ser su cuna, es en
donde mejores condiciones ofrece, tanto por el terreno como
por las facilidades mecánicas que permiten sus modernas
instalaciones de hoteles, teleféricos, refugios y un
estupendo cuerpo de guías.

Como la cordillera alpina se extiende por varios países
es lógico suponer la internacional de este deporte,
amén de las demás cadenas montañosas
existentes en el planeta Tierra, así que, para enumerar
algunos de los países que lo practican, lo hagamos
analizando cada uno.


III. LOS PAÍSES Y CLUBES QUE LOS REPRESENTAN

SUIZA. Aunque el alpinismo se empezó a practicar
en territorio Suizo principalmente, no fueron los suizos los
principales pioneros, sino extranjeros que atraídos
por su gran belleza lo empezaron a desarrollar, fué
más tarde cuando los suizos la tomaron ya como un deporte,
pues era para ellos un modo agradable de ganarse la vida,
creándose así los estupendos guías profesionales
de esta nacionalidad.

Con el tiempo y las circunstancias mismas de su posición
geográfica el suizo aprendió a conocer y frecuentar
más y más hermosas montañas a través
de unos clubes de alpinismo (El Suizo) más viejos que
se conocen, ya que cumplió en agosto último
sus 89 años de vida, a lo largo de la cual ha sido
el organismo encargado de velar por el alto espíritu
de rectitud y honradez deportivas y sociales manifestadas
al organizar varias generaciones de alpinistas, guías,
porteadores, guardarefugios, etc.

El alpinismo en Suiza, a más de ser un medio de vida
para una pléyade de magníficos guías,
que han sabido poner muy en alto el nombre de sus pueblos
natales, en las expediciones de todo el planeta, es un deporte
muy desarrollado y la espina dorsal de sus defensas, ya que
2/3 de sus fuerzas armadas lo componen batallones alpinos.

El Club Alpino Suizo agrupa a más de cien mil socios
de todas categorías agrupados en un sin fin de secciones,
pasando la sede anualmente a cada una de las principales.

FRANCIA. En este país el deporte de montaña
ha tenido un desarrollo muy marcado a través del tiempo,
pues su situación geográfica la colocó
en la ruta a Roma, creando en las poblaciones alpinas y pirenaicas
una verdadera raza de montañistas.

Cuenta con grandes instalaciones turísticas como teleféricos,
hoteles, pistas y un sin fin de cabañas y refugios de primera calidad.

Su representante oficial es el Club Alpino Francés,
organización veterana que se fundó el 2 de abril
de 1874, y que en el transcurso del tiempo ha podido desarrollar
y encauzar la afición al alpinismo en el resto del país.

Al igual que en todos los países alpinos, el Alpinismo
Francés ha llegado a su mayoría de edad en una
forma brillante, pues lo mismo durante la última gerra,
en que sus tropas de montaña, formadas por cientos
de miles de soldados de primera clase, escribieron páginas
de gloria, como en la paz y en la postguerra, en que se han
cubierto de nuevas glorias en sus expediciones al Himalaya y Groenlandia.

Es la escuela francesa famosa por la prudencia, la elegancia
y donaire de sus escaladores y esquiadores.

(Continuará)


FE DE ERRATAS

El artículo considera que el alpinismo como deporte surge en Suiza y no en Francia. Esta noción estaba muy extendida en ese tiempo en México, o al menos en el círculo de los que escribían en la revista Alpinismo


© Alpinismo, revista mensual. Tomo 2, número 15, diciembre 16 de 1950. Páginas 17 Y 21-22.





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