¿QUIÃ?NES ERAN LOS XIXIMES?La zona visitada por los exploradores durante la Expedición Barranca de BacÃs, en el estado de Durango, corresponde a la parte más septentrional de lo que ahora se conoce como Mesoamérica, posiblemente uno de sus lÃmites.
Aunque ya a mediados del siglo XVI una expedición de Francisco de Ibarra habÃa penetrado en lo más profundo de la Sierra Madre Occidental, fue hasta el siglo XVII que comenzó a llegar la conquista, una conquista espiritual, por supuesto, porque la armada no habÃa tenido éxito.
Eran las extensas regiones dominios de los "chichimecas". Desde la entonces provincia de Sinaloa, llegaron misioneros jesuitas en busca de los "gentiles". Hallaron una diversidad de grupos étnicos (algunos consideran que hubo en la Sierra más de cien) que aún dejan atónitos a los especialistas. Dominaron sus lenguas y los "redujeron" a misiones en lugares adecuados.
Lo que vieron estos misioneros fue descrito en varias relaciones. La zona que nos ocupa comenzó a atenderla el padre Hernando Santarén y estaba habitada hacia principios del siglo XVII por los Xiximes, unos "voraces comedores de carne humana" con cualidades de supervivencia excepcionales.
Eran enemigos de sus vecinos del norte, los Acaxées, y con frecuencia establecÃan batallas contra ellos. Acaso sea erróneo calificarlos como antropófagos ya que no se tiene mucha información de ellos. Quizá ese tipo de alimentación era el equivalente de los sacrificios humanos entre los aztecas.
No lo sabemos y poco se puede deducir de la información que los cronistas nos dejaron, incluso las descripciones de las habitaciones de los "antiguos" son tan escasas y confusas que la gente ha optado por creer que ahà vivieron "enanitos".
Quizá lo que más nos dé información sea el medio en que vivÃan: una barranca que puede ser calificada entre las más abruptas de la sierra, considerando incluso las del estado de Chihuahua.
Durante el invierno, neva en las partes altas y el frÃo es intenso; en verano el calor es tan alto que muchas veces se pierde la cosecha de maÃz. Ahà dejaron todo lo que poseÃan: pinturas, petroglifos, habitaciones de adobe y piedra, cuevas funerarias.