Considerado hasta hace pocos años el abismo subterráneo más profundo del mundo el Sótano El Barro ha atraído a muchos espeleólogos y turistas que, al igual que nosotros, se maravillan al observar su inmensa entrada con un diámetro de 420 metros en su parte más ancha. Su descubrimiento para el mundo espeleológico es relativamente reciente, pues fue hasta 1972 cuando un grupo de espeleólogos norteamericanos lo descendieron por primera vez.