Aprender un idioma indígena es difícil. No en el sentido de la dificultad de pronunciación de las palabras (aunque sí existen lenguas en que se requieren oídos y lengua muy capaces para que cada palabra sea reproducida), sino porque se trata de un idioma desconocido y poco o nada común en nuestra vida cotidiana.
Existe, además, una dificultad adicional: casi todas las lenguas indígenas carecen de una escritura y por lo tanto nos veremos frecuentemente en la necesidad de escribir con nuestro abecedario sonidos que tengan poca o ninguna relación con nuestras letras escritas. En este segundo aspecto, pocas veces se puede esperar ayuda de los mismos indígenas, salvo en las contadas ocasiones en que existan maestros rurales de enseñanza bilingüe.
Por eso, aprender una lengua indígena es convertirse en un reportero de idiomas. Para esto es necesario tener una lista de palabras más importantes para obtener una comunicación en todos los idiomas (que se proporciona a continuación) y tener paciencia para preguntar una tras otra, pero con un sentido en la plática, pues hay que recordar que las personas con quienes estamos hablando no nos enseñan su lengua de una manera académica, sino tal como lo harían con un niño pequeño, esperando que aprendiésemos a como diera lugar.
Se pueden utilizar varios métodos para aprender. El más rápido es el de preguntar en nuestra lengua o a señas cada palabra que nos interese. Este primer paso frecuentemente se hace con objetos como rocas, árboles, casas, etc., pero es más difícil hacerlo con verbos, que significan acciones, aunque también es posible con los más frecuentes.
Al pasarlas al papel, cada palabra debe ser escrita de la manera que nos parezca más correcta para poder reproducirla después. El abecedario que tenemos es muy limitado en su fonética en comparación con la riqueza fonética de las lenguas indígenas y como sería difícil aprender los símbolos fonéticos internacionales, deberemos aplicar un criterio estricto al escribir cada letra si queremos pronunciar bien la palabra. (Ver escritura).
Hasta aquí todo se basa en el papel, lápiz y la memoria y flexibilidad de quien escucha. Como auxiliar es recomendable llevar una pequeña grabadora para poder escuchar las palabras tal como son pronunciadas por los indígenas. Este paso es más complicado de dar, pues implica una entera confianza del (o los) informante(s) hacia el receptor.
Finalmente, es bueno preguntar la misma palabra a varias personas, pues con frecuencia muchos la pronuncian mal y sólo es entendible para ellos o quienes les rodean, pero no sería lo mismo si se tratara de un extraño.