La espeleología como deporte (y no el espeleísmo) se crea a partir de distintos factores. Puede ser la emoción, el reto, el placer deportivo o los descubrimientos naturales o ecológicos. Pueden buscarse tantos objetivos o satisfacciones deportivas como se desee: superar nuevos retos, impulsar la competencia, alcanzar logros individuales. Hay tantos grupos que hacen espeleología deportiva como hay variedad de argumentos para bajar a las cuevas.