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Montañismo y Exploración
Sobre las expediciones

Una de las funciones importantes de la Asociación de Montañismo y Exploración de la UNAM es realizar expediciones a sitios que representen siempre una novedad y un reto. El montañismo es un deporte y hay que tratarlo como tal, con …







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Una de las funciones importantes de la Asociación de Montañismo y Exploración de la UNAM es realizar expediciones a sitios que representen siempre una novedad y un reto. El montañismo es un deporte y hay que tratarlo como tal, con metas siempre superar. En el periodo de Semana Santa se realizaron dos expediciones. La primera fue al Sótano Akemati, una de las cavernas verticales que tienen más de un kilómetro de profundidad. Por correo electrónico llegó este mensaje mientras nosotros estábamos en la selva:

...este mensaje lo escribo ya de regreso de Akemati, (y me imagino, tú todavía en Guatemala), donde, a pesar de que no se concretó la sima, es decir, no llegamos hasta -1135, [José Antonio] Soriano y Víctor [Chávez Miranda] después de un tiro de 106 metros, pisaron los -1060, mientras los demás nos quedamos a -960 ya con bastantes horas de cansancio acumulado. El regreso, como habrás de suponer, en extremo agotador hasta que por fin vimos la luz del sol, el [que] menos, después de cinco días, y el [que] más, siete, pero felices.

Daniel Castro

Así, el Grupo de Espeleología, ha alcanzado nuevamente los mil metros de profundidad. La primera vez fue en 1982, en la Sima Berger, Francia, donde Carlos Lazcano se convirtió en el primer mexicano que llegaba a esa profundidad y alcanzaba la sima. La segunda ocasión fue el Pozo Verde, adonde llegaron bastantes universitarios a la sima después de un arduo trabajo. El año anterior, Antonio Soriano y Javier Vargas alcanzaron nuevamente los mil metros, en el sistema Cheve, convirtiéndose en los primeros mexicanos que llegaban a dos simas de "menos mil". Con este nuevo alcance, el Grupo de Espeleología de la UNAM sigue tras las huellas de las simas más profundas de México.

La segunda expedición fue del Grupo de Exploración y se situó en la zona de la Alta Verapaz, en Guatemala. Esta zona es una de las regiones históricas más importantes de la frontera de México con Guatemala y a partir de donde se llevó a cabo la "reducción" y posterior aniquilamiento del grupo originalmente conocido como lacandones (los que ahora conocemos por tal nombre no son los tales). El recorrido fue desde el poblado de Fray Bartolomé de las Casas hasta el de Cahabón, con un recorrido aproximado de 120 kilómetros en selva. Dentro del recorrido encontraron un sistema de cavernas horizontales inundadas que drenan hacia la cuenca del Usumacinta. El primer ramal era sencillo y tenía aproximadamente 200 metros de largo con una profundidad mínima de dos metros. El segundo ramal fue más largo y también más complejo, pues tenía diversas ramificaciones, una de las cuales desembocaba en el fondo de una caverna vertical de aproximadamente 100 metros de profundidad.

El hecho más importante de las expediciones es la participación de los estudiantes universitarios que han participado en los cursos previos. Así, en Akemati estuvieron presentes 23 alumnos para un proyecto de amplias miras mientras que en Guatemala asistieron 16. En una sola temporada, 39 universitarios participan en expediciones de importancia.

Estas expediciones son la razón de que este número sea transmitido con un día de retraso y de que contenga tan poca información. Sin embargo, en el próximo número aparecerán los relatos e impresiones de cada una de estas expediciones.

También comenzaremos a insertar relatos de expediciones anteriores que fueron una seña distintiva de nuestra organización. La expedición a la cordillera de las Rocallosas, en Canadá, representó un triunfo en todos sentidos. Era la primera expedición internacional de nuestro grupo y a pesar de que los objetivos eran más modestos que los que ahora nos proponemos, se puede encontrar en ella el objetivo principal: no se puede volar sin antes aprender a caminar.

Por otro lado, volvemos a insertar un libro (en capítulos, no nos queda más alternativa) con la idea primordial de que la gente suscrita al boletín tenga información que no se consigue fácilmente. El libro que inicia en este número es la expedición de reconocimiento al Everest, dirigida en 1951 por Eric Shipton. Para entonces, las expediciones que se habían hecho al Everest siempre habían sido del lado de China y se conocía bastante bien la ruta. Sin embargo, la política interna de este país cambió y las fronteras se cerraron para toda persona que fuera occidental. Así, encontrar una ruta de acceso a la cumbre se convirtió en algo imprescindible. Lo que les sucedió a los primeros hombres occidentales que entraron a esa cordillera del lado del Nepal es algo que poca gente conoce, pero que vale la pena de ser recordado y mantenido en la memoria.



 



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