Por la boca del Mar de Cortés
25 febrero 1999
De repente, una ola enorme llegó y nos inundó. Yo me hinqué y de manera automática tomé el achicador mientras veía que el agua alcanzaba los bordes. Completamente inundados, de nada me servía un recipiente tan pequeño y busqué la cubeta. Carlos decía mientras hacía lo posible por mantener el velero en posición: "Con cuidado, tocayo, que esto es serio".
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