T. Hepp, W. Güllich y G. Heidorn.
La Escalada deportiva. Editorial Paidotribo, Barcelona, 1996. 208 páginas. ISBN: 84-8019-066-3
“La escalada deportiva es, ante todo, un juego en la vertical. Un juego deportivo y creativo con el movimiento, con el cuerpo y la gravitación. Pero también es un deporte en contacto con la naturaleza. Diversión y alegría en la naturaleza, responsabilidad y respeto hacia la naturaleza. Para los mejores escaladores del mundo, sin embargo, es un deporte de alto rendimiento.... La escalada también significa aventura y nervios. Para algunos fanáticos de la roca, la escalada incluso se convierte en un estilo de vida.” (p. 15)
Con esto inicia el libro y uno se va adentrando poco a poco a algo más que páginas: al mundo de los escaladores que se compenetran en una pared vertical para dar origen a un “juego creativo cada vez, que ocupa el espíritu y la mente” (p. 16) y que no es peligroso porque “quien esté acostumbrado a seguir las medidas de seguridad puede llevar a cabo la escalada de forma relativamente libre de peligro”. (p. 63)
El libro está dividido en diferentes secciones: desde la historia hasta el entrenamiento, pasando por equipo, seguridad, técnicas de escalada, táctica y psicología, uno es un breve glosario de términos de escalada y el otro algunos consejos dados al lector por escaladores de gran experiencia.
La sección de historia tiene un defecto: considera de entrada que la escalada deportiva no proviene del alpinismo: “si se buscan las raíces de la escalada libre no se terminará en los Alpes, como más de uno se imaginará, sino en las torres del macizo de piedra arenisca del río Elbe, al sudeste de Dresden, porque la escalada deportiva no ha derivado del alpinismo, sino que principalmente es una disciplina propia, desde el punto de vista ideológico y de historia social.” (p. 23)
Esta aseveración equivale a decir que el hombre pudo construir un automóvil sin haber construido antes la rueda y haber pasado por todos los procesos mentales que eso implicó. Aquí no queda sino recordar el libro de Reinhold Messner (Séptimo Grado) como una buena referencia sobre el tema del origen de la ruptura de la escala de grados de dificultad y la aparición de la escalada deportiva, aunque vista de lejos.
Después de este capítulo, el libro se vuelve ágil y proporciona ideas excelentes en torno a las cuales se fundamenta este deporte. He aquí algunos ejemplos:
“A diferencia con el montañismo tradicional, no deben utilizarse medios de ayuda como son la cuerda, los mosquetones o anclajes para la ascensión activa o para el descanso” (p. 33)
“Un punto en la escalada puede salvarse con mucha fuerza y una mala técnica, pero también con poca fuerza y una buena técnica. Antes de lamentarse de tener poca fuerza, debería trabajarse para conseguir una buena técnica. ¡Sorprendentemente nadie se lamenta de tener una mala técnica!” (p. 86)
“Un punto en la escalada suele compararse con un problema de ajedrez. La comparación es buena. Como en el ajedrez, en la escalada se trata de pensar de forma estratégica, buscar soluciones y hacerlas realidad. Ningún jugador de ajedrez preguntará enseguida a alguien cómo debe mover las piezas, sino que pensará primero por sí mismo.” (p. 192).
Para quien tiene algún conocimiento previo de lo que es la técnica de la escalada, la sección de técnicas de escalada (la más extensa del libro) puede parecer aburrida. Los autores presentan movimientos narrados pero hace falta mucha imaginación para tener una idea de lo que quieren decir, por lo que los escaladores novatos tendrán dificultad en leerlo de un jalón. Sin embargo, esto se soluciona de una manera importante: si se lleva el libro al terreno de entrenamiento, se descubre que se puede usar con facilidad.
Quizá la parte más importante sean los capítulos dedicados a la táctica y a la “psique”, pues en ella se encuentran elementos que han sido desarrollados por los escaladores a lo largo de todo el siglo y que se resumen en los puntos que mencionan. Uno puede aprender los movimientos y las técnicas especiales de cuerdas, pero lo que generalmente no se aprende es la forma de encontrarse con la pared. “Una ruta no hay que escalarla lo más rápidamente posible, sino sin caerse.” (p. 170) o “Una motivación escasa constituye un problema evidente... La cosa se hace más difícil si la motivación es muy alta. Los escaladores motivados en exceso tienden a menudo a la obstinación.” (p. 182) o “El mejor método para escalar es el que consiste en probar de forma creativa” (p. 190).
Libro breve, pero importante para los escaladores, La escalada deportiva es un importante libro de consulta.