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Montañismo y Exploración
La epopeya del Everest
10 junio 1999

El primer acercamiento a la montaña más alta del mundo con el propósito de escalarla se realizó en 1921 por la vertiente norte, en el Tibet. Esta es la historia de las primeras expediciones al Everest, de 1921 a 1924, es el descubrimiento de la ruta norte (otra exploración de montaña), el intento sucesivo por llegar a su cumbre y, finalmente, la desaparición de Mallory e Irvine en 1924 mientras subían a la cima, lo que supondría la creación de una hombre legendario.







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CAPÃ?TULO XXX


Los editores han creído conveniente completar la presente obra, con la reseña de las expediciones al Everest posteriores a la que costó la vida a Mallory e Irvine, culminando con la de la expedición británica mandada por el coronel Hunt que el día 29 de mayo de 1953, alcanzó la cima del célebre pico.

Hasta 1933 no se efectuó otra expedición al Everest. Esta tuvo que soportar un tiempo terrible y las ventiscas la obligaron a retroceder repetidamente de las pendientes del Collado Norte; luego, un tiempo peor, si cabe, la obligó a abandonar el quinto campamento, a 7,838 metros, donde algunos de los peones fueron víctimas de la congelación. Si los peones hubiesen abandonado la partida, apenas habría podido criticárselas, pero los "sherpas" del valle de Sola Khombu, en el Nepal, y los "bothias" del Tibet son mucho más que peones. Son aventureros; son asombrosamente tenaces; son alpinistas natos capaces de resistir el frío y todas las penalidades; son alegres, bravos, y en extremo leales. Pero los peones no sólo deseaban, sino que ansiaban volver al ataque. "Queremos instalar un campamento a mayor altitud que todos los precedentes. Luego, que los sahibs terminen la tarea." Tal era su espíritu. Y lo cumplieron.
Se instaló el sexto campamento a 8,357 metros, y desde él se asaltó dos veces la cumbre, primero por P. Wyn Harris y Lawrence Wager, y después por Eric Shipton y F. S. Smythe. Ambas tentativas fallaron a los 8,570 metros, o sea la altura alcanzada por Norton en 1924. El fracaso debióse también al tiempo, porque una capa de nieve en polvo cubrió las empinadas lajas e hizo imposible la ascensión. En el curso de su intento, Wyn Harris y Wager encontraron un piolet que pudo pertenecer solamente a Mallory o a Irvine. Se cree que uno de ellos resbaló, y que el otro dejó en el suelo el piolet para agarrar mejor la cuerda con ambas manos, a fin de detener la caída de su compañero. Pero no lo logró y el piolet quedó allí, como único testimonio de la tragedia.
Desde 1933 a 1938 se hicieron dos tentativas más y un reconocimiento, pero la suerte fue adversa porque unos monzones excepcionalmente prematuros impidieron que se llegara a la altitud alcanzada en las expediciones de 1924 y 1933. La de 1938 consiguió rebasar los 8,235 metros, pero a causa de la abundante nieve que acababa de caer y que no estaba aún endurecida, les fue imposible a los escaladores trepar por las lajas de declive muy pronunciado que preceden a la pirámide final.
Después de los largos años de interrupción impuesta por la última guerra mundial, el Everest vuelve a despertar general interés cuando los franceses Maurice Herzog y Louis Lachenal vencen al Annapurna en 3 de junio de 1950, primera cumbre de más de 8,000 metros hollada por el pie del hombre.
Se reanuda el intento de asalto al Everest en 1951 con la expedición inglesa de reconocimiento dirigida por Eric Shipton, quien descubrió el paso de acceso por la vía Sur.
En 1952 la expedición suiza dirigida por el doctor Wyss-Durant atacó por primera vez el Everest por la vía Sur. Instalaron un campamento a 8,400 metros, entre el Collado Sur y la cima. Y en el asalto final Raymont Lambert y el "sherpa" Tensing Bhutia, con sus aparatos de oxígeno, llegaron hasta los 8,610 metros, la mayor altura hasta entonces alcanzada.
En esta breve reseña de cuantas expediciones se han realizado al Everest sería prolijo narrar los innumerables obstáculos de toda índole que han tenido que superarse hasta lograr la hazaña total de su conquista, en la que la heroica colaboración de los "sherpas" ha sido decisiva y cuyos nombres son dignos de grabarse con letras de oro.
Pero el triunfo final de la ascensión al Everest, al que aspiraron figuras cimeras del alpinismo �los precursores, de diversas nacionalidades � le ha cabido en suerte a Inglaterra con la expedición dirigida por el coronel Hunt. El neozelandés M. E. P. Hillary, que en 1951, ya tomó parte en una victoriosa expedición al Mukut Parbat, formada sólo por neozelandeses, y Tensing Bhutia, el "sherpa" jefe de porteadores, veterano de las expediciones al Himalaya, son los que alcanzaron la codiciada cumbre.
El campamento-base de la expedición británica de 1953 se estableció en el glaciar de Khombu, logrando Hillary y Lowe hallar un camino a través de la catarata de hielo. Se fueron implantando campamentos hasta poder situar el octavo alrededor de los 8,500 metros, el de mayor altitud instalado hasta entonces. A partir de este momento, aquel esfuerzo de titanes sólo es patente en dos hombres: Hillary y Tensing, los dos únicos destinados a poner su planta en el "techo del mundo", que alcanzaron el día 29 de mayo de 1953. Pero los 8,883 metros escalados son la cifra elocuente de lo que el magnífico impulso de un puñado de hombres de corazón esforzado y extraordinarias condiciones físicas ha podido conquistar a la naturaleza.

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