México es un paÃs de cavernas. Las condiciones geológicas
han generado tal cantidad y complejidad de sistemas hipogeos que bien podemos
hablar de una patria subterránea. La propuesta aparece como novedosa,
más no es asÃ, porque sociedades pretéritas encontraron
en las cavernas el entorno propicio para expresar su conciencia religiosa, y
que solo hasta ahora empezamos a valorar al confrontar los datos de ese pensamiento
que dirigió a la comunidad en múltiples manifestaciones culturales.
En este sentido, el estudio de las cavernas ofrece nuevas herramientas de interpretación
antropológica e histórica.
Cuando asistÃa a uno de los seminarios de la MaestrÃa en Historia
del Arte (IIE-UNAM) dictados por la Dra. Beatriz de la Fuente se me cuestionó
sobre la cantidad de cavernas existentes en México, y la proporción
que existÃa en estas de evidencias culturales. En ese momento, no pude
esbozar una respuesta homogénea, y creo que aún es muy aventurado
dar resultados. Esto es asà porque aún no hemos cuantificado y
explorado la totalidad del territorio nacional dada la extensión y la
cantidad de cavernas. Esto significa que el proceso de la investigación
subterránea ocupará a futuras generaciones de arqueólogos,
historiadores, antropólogos y espeleólogos. No serÃa aventurado
decir que el territorio nacional con sus 2,000,000 de Km2 alberga más
de 25,000 cavernas, de las cuales aún no hemos registrado ni el 10%.
Ensayemos proporciones con los resultados preliminares del Proyecto Arqueológico
Cerro de la Estrella en la Ciudad de México, que en una superficie de
apenas 11 Km2 ha localizado 100 oquedades, en todas ellas es evidente la presencia
humana, porque la ubicación y facilidad de acceso han permitido una influencia
cultural intensa (Montero, 1998ª), pero en regiones agrestes la presencia
es escasa, por lo tanto los resultados se tornan ambiguos. Según los
trabajos que por más de cinco años ha realizado la Sociedad Yucateca
de EspeleologÃa Aktunoob, en su proyecto Atlas Espeleológico de
Yucatán la penÃnsula ofrece más de 5,000 cuevas, de las
cuales un 90% pueden considerarse con restos arqueológicos (Vera Poot,
1995 comunicación oral). En Oxkintok, Yucatán, en promedio hay
una espelunca por cada 100 m2 (Bonor, s. f.), mientras que en la Sierra Gorda
en los estados de Querétaro y San Luis Potosà la proporción
es de una por cada 10 Km2; al occidente entre Jalisco y Colima en la Sierra
de Manantlán hay una por cada 4 Km2 (Lazcano, 1986, 1988). En este sentido,
la diversidad geográfica y cultural del paÃs ofrece paralelamente
una diversidad de posibilidades y resultados.
La composición de las siguientes lÃneas propone la reunión
de las partes del fenómeno subterráneo, es una suma en la que
el texto se aplica a través de "relaciones". En este sentido,
el concepto de relación intenta entender el comportamiento entre las
variables culturales y naturales, conectadas al nivel comunidad-caverna. Esta
correlación de cavernas y sociedad a través de la historia no
es solo un pasado con tradición que busca su conservación, y mucho
menos es una historia total; es más bien una historia de totalidad relativamente
homogénea de la cultura pero sin un sentido absoluto.(1)
Se puede concebir la historia desde la economÃa, el urbanismo, la religión,
los gobernantes, o los conflictos bélicos entre otros esquemas, pero
en esta disciplina nadie niega que un acontecimiento histórico es único
en el sentido de estar individualizado por dos parámetros fundamentales,
la cronologÃa y la geografÃa. Por lo tanto, en este artÃculo
se propone una cronologÃa a través del concepto modo de producción
y una geografÃa que es la cueva.
Respecto a la cronologÃa podemos apuntar las fechas (2) de la tabla
anterior para los diferentes modos de producción propuestos en este artÃculo:
Modo de producción | Inicio | EpÃlogo | Primario | 35,000 a.C. | 7,000 a.C. | Doméstico | 7,000 a. C. | 2,000 a. C | Tributario | 2,000 a. C. | 1,521 d. C. | Capitalista | 1,521 d C. | Al presente |
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Cada una de las relaciones expuestas a continuación, demuestran la importancia
de la cueva como un hecho histórico que establece su capacidad de condicionar
los otros hechos de un modo cualquiera, esto es, de producir en su curso variaciones
que puedan ser atribuidas de algún modo al hecho en cuestión.
1. RELACIONES PERENNES
Situaciones que a través del tiempo subsisten. Las relaciones examinadas
perduran durante toda la cronologÃa, mostrando tan solo variaciones en
su intensidad y alteraciones de carácter regional que responden a categorÃas
eco-técnicas transitorias.
RELACIÃ?N HABITACIÃ?N-CAVERNA
Evidencia | MODOS DE PRODUCCI�N | Primaria | Doméstica | Tributaria | Capitalista |  |  | Pre-clásico | Clásico | Pos-clásico | Colonial | S. XIX | S. XX | Múltiples | SI | SI |  |  |  |  |  |  | Con evidencia |  |  | SI | SI | SI |  |  |  | Sin evidencia |  |  |  |  |  |  |  |  |
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