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Montañismo y Exploración
Nueva hazaña del mexicano Yuri Contreras
12 octubre 1997

Una buena dosis de suerte, fundada en el espíritu de la audacia y la determinación, acompañaron de nuevo al montañista mexicano Yuri Contreras. En condiciones climatológicas adversas, a un monzón que no terminó completamente y al que ha seguido el …







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Una buena dosis de suerte, fundada en el espíritu de la audacia y la determinación, acompañaron de nuevo al montañista mexicano Yuri Contreras.

En condiciones climatológicas adversas, a un monzón que no terminó completamente y al que ha seguido el famoso Jet Stream, flujo de viento de alta velocidad que azota con ferocidad las cumbres del Himalaya, y que obligó a que la mayoría de los expedicionarios renunciara a sus proyectos en el Cho Oyu, el montañista mexicano y el holandés Steven Le Poole tuvieron un buen día y alcanzaron el pico de 8,201 metros, el sexto más alto de la imponente cadena coronada en 14 cumbres de más de 8,000 metros de altura sobre el nivel del mar.

La conquista de Yuri y Le Poole ocurrió el 3 de octubre.

Ese día, los dos escaladores que tenían planeado salir del campamento III a las cuatro de la mañana tuvieron que hacerlo a las siete, cuando el viento huracanado que azotó la montaña disminuyó su fuerza.

Mexicano y holandés se encontraban entre la espada y la pared, pues el permiso de la expedición se les vencía el día primero de octubre. Con relación al mal tiempo y a que habían pasado 5 días en el campamento II a 7,000 metros de altura, se lanzaron a la cumbre ese 3 de octubre bajo el ataque de un viento de 60 kilómetros.

En un continuo dudar si seguir adelante o regresar, salieron hacia la cumbre seis montañistas. Cuatro de ellos se regresaron por el frío y el viento.

La perseverancia y la determinación de Yuri Contreras y el holandés Steven Le Poole dieron sus frutos. A las nueve de la mañana se abrió un claro y fueron tocados por los rayos del sol. Mejoró la temperatura. El sol los estimuló a seguir adelante en lucha constante contra el viento.

El intento se consideró peligroso y desesperado.

A las tres de la tarde, Yuri y Le Poole llegaron a la cumbre. Saborearon la fineza del aire del Himalaya. Únicamente estuvieron 10 minutos. Admiraron arrobados el espacio circundante, la obra del Creador del Universo. Contreras dejó clavada la bandera de México.

Regresaron lo más rápido posible al campamento II. Llegaron a las 19 horas en donde los esperaba sólo un escalador, el jefe de la expedición, Henry Todd, el cual les preparó líquidos y un poco de alimento.

El holandés sufrió congelaciones de primer grado en los dos dedos gordos de los pies que lo fuerzó (sic) a regresar, lo más pronto posible, a Amsterdam.

En mayo pasado, Yuri perdió una porción de sus dedos en su última expedición al Everest, a la cual ha subido dos veces. Ahora, sufrió congelaciones de primer grado en el injerto del dedo anular derecho. Pero esto no le impide un nuevo intento: el 13 de octubre se dispone a escalar el ama Dablam, una de las montañas más hermosas del mundo.

 

Excélsior
12 de octubre de 1997



 



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