Abel Reyes Díaz Bajo temperaturas extremas que rebasaron los -40º centígrados a la intemperie y los -80º cuando arrasaban las tormentas polares, el atleta diabético mexicano Erik González alcanzó un récord de caminata ártica de 79 millas, a lo largo de 20 días de expedición por la salvaje tundra canadiense. Durante esta última travesía, González, que caminó 298 kilómetros en el frío glaciar cercano al Polo Norte, se convirtió en el primer atleta insulino-dependiente del mundo en alcanzar una marca de mil 259 kilómetros (759 millas) en este tipo de disciplina deportiva. González tuvo que enfrentar el peligro de sobrevivir a tormentas de nieve, con vientos de 45 a 68 kilómetros por hora, signos de congelamiento en manos y cara, así como los latentes ataques de osos polares en la ártica región. Entre otras cosas, el mexicano perdió parte de los víveres que llevaba durante una tormenta y tuvo que sacrificar a dos renos y una foca para alimentarse. “Recuerdo que murieron cuatro perros durante la travesía, eso me recordó que, en dado momento, también podía perder la vida”, dijo González, quien remembró todas las dificultades que padeció al inyectarse la insulina necesaria para no sufrir los estragos de la enfermedad que conoció desde que tenía dos años de edad. “Tenía que aplicarme rápidamente la insulina. Si no lo hacía así, se podía congelar. Afortunadamente conté con el equipo necesario como el sistema satelital GPS (localizador[sic]) y mis medidores de glucosa para salir adelante en esta aventura”, afirmó [el] atleta diabético de 30 años. Para alcanzar el récord de caminata de 1000 millas por el ártico, González iniciará su siguiente expedición en el mes de agosto, una vez más en la zona norte de Canadá, en la isla Devon, muy cercana a Groenlandia. Reforma Abril 16, 1997