El Chacraraju es una monta\u00f1a bastante dif\u00edcil. Se han realizado muchos intentos y de ellos s\u00f3lo un porcentaje muy bajo ha logrado subir la monta\u00f1a. Tiene pocas rutas pero todas ellas son de gran dificultad y su forma y fama atraen a los mejores monta\u00f1istas del mundo. Cuando se analizan las rutas se ve la tendencia de la t\u00e9cnica que se usaba entonces. Por ejemplo, la primera ruta a la cumbre Oeste se da por arista mientras que las \u00faltimas son ya sobre paredes verticales y complicadas.<\/p>\n

La monta\u00f1a tiene dos cumbres. La Oeste (6,108 metros) fue escalada el 31 de julio de 1956 por el equipo franc\u00e9s formado por Maurice Davaille, Claude Gaudin, Raymond Jenny, Robert Sennelier, Pierre Souriac y Lionel Terray a trav\u00e9s de la cara norte y arista noroeste. La cumbre Este (6,001 metros) fue alcanzada el 5 de agosto de 1962 por Ren\u00e9 Dubost, Paul Gendre, Guido Magnone, Jacques Soubis y Lionel Terray. Terray dijo de esta monta\u00f1a que era “el pico imposible”, pese a haber escalado a sus dos cimas.<\/p>\n

El primer intento mexicano (de que tenemos noticia) para escalar el Chacraraju fue en 1980 por cuatro monta\u00f1istas de la UNAM. Intentaron la cumbre Oeste pero no subieron mucho debido a la gran dificultad t\u00e9cnica. Pasaron los a\u00f1os y ning\u00fan otro grupo se aventur\u00f3 a la monta\u00f1a hasta que en 1993, un grupo de cinco escaladores mexicanos intentaron las dos cumbres del Chacraraju.<\/p>\n

En esta ocasi\u00f3n, la cima Oeste fue alcanzada por Luis Antonio Rodr\u00edguez Fern\u00e1ndez y Juan Carlos Gavilanes Ruiz, tras cuatro vivacs en la pared. El Chacraraju Este fue escalado tambi\u00e9n por la pared sur por Higinio Pintado Cortina, Juan Jos\u00e9 Venegas Mendoza (mexicanos) y dos argentinos. Ya muy arriba se dieron cuenta que era demasiado complicado y dif\u00edcil remontar la cornisa de la arista somital y decidieron bajar.<\/p>\n

A continuaci\u00f3n, Juan Carlos Gavilanes hace un relato breve del ascenso al Chacraraju Oeste con su compa\u00f1ero Luis Antonio.<\/p>\n

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La ruta francesa a la cara sur del Chacraraju (considerada una de las monta\u00f1as m\u00e1s dif\u00edciles del Per\u00fa) fue abierta por Ren\u00e9 Desmaison y sus colaboradores en 1984 y fue realizada en estilo pesado (cuerdas fijas), es decir: realizando escaladas cada vez m\u00e1s altas pero dejando cuerdas fijadas a la pared para bajar y subir por ellas despu\u00e9s. La escalada se alternaba con descensos al campamento base y participan varios escaladores. Actualmente este estilo carece de m\u00e9rito deportivo alto.<\/em><\/p>\n
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En comparaci\u00f3n, el estilo alpino consiste en subir y nunca bajar antes de llegar a la cima. Se hace por equipos ultra-ligeros (generalmente s\u00f3lo dos escaladores) que no instalan cuerdas fijas. Como carecen de ese “cord\u00f3n umbilical” que los conectar\u00eda a la seguridad y comodidad del campamento base, pueden cargar v\u00edveres para pocos d\u00edas adem\u00e1s de su equipo, se ven obligados a moverse m\u00e1s r\u00e1pido para reducir el tiempo de exposici\u00f3n a avalanchas, ca\u00eddas, efectos fisiol\u00f3gicos de la gran altitud y a las bajas temperaturas. El estilo alpino fue utilizado por John Bouchard y su novia Titoune Meunier cuando abrieron una ruta incre\u00edblemente dif\u00edcil en 1977 en el mismo Chacraraju.<\/em><\/p>\n
Luis Antonio y yo decidimos prepararnos por varios a\u00f1os para seguir su ejemplo en nuestra ascensi\u00f3n de 1993 al Chacraraju. Nuestro ascenso fue por la cara sur de la cumbre Oeste. Seguimos la l\u00ednea roja que aparece marcada en la foto. La primera parte es la de Bouchard-Meunier (1977). En esa secci\u00f3n vimos por qu\u00e9 se dice que es la m\u00e1s dura de las rutas (roca vertical pulida cubierta de nieve) de la cara sur a la cima oeste. Para evitar ese riesgo hicimos la traves\u00eda a la derecha pero result\u00f3 espantosa, imposible de proteger. Hab\u00eda un espacio de aire de m\u00e1s de 10 cm entre la roca vertical y la capa de nieve pegajosa de unos 30 cm de espesor.<\/em><\/p>\n
Al final de esa traves\u00eda nos sorprendi\u00f3 la noche y despu\u00e9s de buscar como una hora por un lugar para establecer el primer vivac encontramos donde cavar una cuevita donde cupimos parcialmente (todos los vivacs fueron con los pies o las piernas en el vac\u00edo). Ya est\u00e1bamos en la ruta de Desmaison et. al. (1984), en la cual habr\u00e1 varios pasos verticales, una traves\u00eda t\u00e9cnica y hielo muy duro.<\/em><\/p>\n
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Llegamos a la cumbre y bajamos r\u00e1pidamente. Hicimos 22 rapeles (algunos escalofriantes) de aproximadamente 50 metros para escapar de la pared. Cuando llegamos tropez\u00e1ndonos (por el cansancio y los congelamientos en los pies, pero esto \u00faltimo a\u00fan no lo sab\u00edamos) al campamento base no \u00e9ramos dos monta\u00f1istas victoriosos, sino dos humanos que regresaban de una lucha por sobrevivir. Entre otras condiciones de intenso estr\u00e9s, nos pasaban muy cerca rocas y pedazos de hielo que zumbaban durante su ca\u00edda.<\/em><\/p>\n
Recuerdo que nos recibi\u00f3 nuestro amigo Juan Jos\u00e9 Venegas y s\u00f3lo lo abrac\u00e9 y llor\u00e9 escandalosamente en su pecho como un ni\u00f1o. A la ma\u00f1ana siguiente Luis Antonio se quitaba por primera vez en seis d\u00edas las botas interiores y las calcetas y descubr\u00edamos las impresionantes lesiones de sus congelamientos de tercer grado. Inici\u00f3 entonces una carrera m\u00e1s, esta vez por salvar sus dedos.<\/em><\/p>\n
En el <\/em>American Alpine Journal<\/a> de 1994 tuvieron un error y escribieron que pusieron que hab\u00edamos subido la cara norte.<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n
Un ascenso exitoso se repetir\u00eda hasta el 2011, cuando Diego Wynter y Daniel Araiza llegaron a la antecumbre de la cima Este por la v\u00eda Jaeger.<\/p>\n
Es posible que haya habido m\u00e1s intentos y posiblemente ascensos exitosos pero no se reportaron en su momento o no aparecen en las fuentes de consulta m\u00e1s comunes. Si sabes de alguno de ellos, por favor inf\u00f3rmalo.<\/p>\n
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