Alain Guigny. La vuelta al mundo en bicicleta<\/em>. Ediciones Mart\u00ednez Roca (serie Aventura), Barcelona. 1984. 217 p\u00e1ginas. ISBN: 84-270-0950-X<\/p>\n\n\n
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\u201cUn viaje comienza siempre de la misma manera, en la cabeza, delante de los mapamundis, los escaparates de las agencias, las revistas, los relatos de otros. Te encuentras solo ante el sue\u00f1o, de cara a lo desconocido, a la aventura. Pero un viaje comienza sobre todo ante el extracto de la cuenta bancaria, lo que tiene el efecto inmediato de pasar del sue\u00f1o a la realidad. Hoy la aventura se paga con divisas.\u201d (p. 10)<\/em><\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n
Dar la vuelta al mundo es una idea que cruza la mente de mucha gente. Para Alain Guigny fue una cuesti\u00f3n de salirse de la vida mon\u00f3tona que ten\u00eda en Francia a principios de la d\u00e9cada de 1980. Junto con su esposa Babeth parte de Francia y aterriza en Brasil para tomar caminos poco transitados que los llevar\u00e1n a conocer el mundo pero por sitios poco conocidos.<\/p>\n
$\"\"$ <\/a>\u201cEn vez de llegar extenuados al retiro\u2026 o de no llegar en modo alguno\u2026 preferimos seguir la ruta del hambre, de las grandes soledades, de la desesperaci\u00f3n. Iremos probablemente hacia las caras ocultas de los folletos tur\u00edsticos.\u201d (p. 11)<\/p>\n
Pedalear en Am\u00e9rica Latina no es f\u00e1cil y aunque Alan lo hab\u00eda hecho ya, su esposa descubre que no es muy sencillo cuando cae enferma y pasan por la larga penitencia de cambio de diagn\u00f3stico, tratamiento y medicamentos, sin que ella se recupere. Doctor tras doctor. Finalmente, deciden que ella regresar\u00e1 a Francia para recuperarse. Alan se queda solo y cruza los Andes hasta Bolivia, donde le alcanza Babeth de nuevo.<\/p>\n
El libro est\u00e1 lleno de an\u00e9cdotas de viaje y retratan desde la magnificencia de los lugares hasta la miseria extrema, pero no olvida mencionar lo que ellos hacen junto con una cr\u00edtica personal hacia la sociedad de donde proviene.<\/p>\n
\u201cTras dos meses de viaje, nos preguntamos qu\u00e9 hacemos montados en nuestras bicicletas\u2026 No seguimos el camino f\u00e1cil, el m\u00e1s seguro, pero espero que tendremos la satisfacci\u00f3n de haber podido vivir una aventura que ser\u00e1 imposible para nosotros dentro de unos a\u00f1os.\u201d (p. 26)<\/p>\n
\u201cHemos adquirido la costumbre de hablar con todo el mundo., de dirigir la palabra a nuestros vecinos. Al viajar me doy cuenta de que en Francia nos estamos muriendo de aburrimiento, cada uno en su rinc\u00f3n, sumido en sus silencios y sus bloqueos. Somos cincuenta y cuatro millones de franceses que nos ignoramos, nos hablamos con brusquedad, estamos separados por jerarqu\u00edas, por primeras y segundas clases, encajonados en nuestro chovinismo provinciano y sumidos en una mezcla de orgullo y de timidez.\u201d (p. 69)<\/p>\n
\u201cY cuanto m\u00e1s viajamos m\u00e1s se acumulan los kil\u00f3metros recorridos por lugares tan diferentes. A fuerza de recorrer m\u00e1s y m\u00e1s, durante d\u00edas, meses y a\u00f1os, cre\u00eda que pronto estar\u00eda saturado, que sufrir\u00eda una indigesti\u00f3n. Es curioso, pero cuanto m\u00e1s avanzamos, m\u00e1s deseos tenemos de avanzar.\u201d (p. 150)<\/p>\n
El autor es bastante bueno escribiendo y uno queda atrapado con el relato, pero pese al t\u00edtulo, el viaje no es en bicicleta alrededor del mundo. En realidad, Alain Guigny hace tres finales. El primero es en China, donde deciden terminar de pedalear porque est\u00e1n en el inicio del invierno y les ser\u00eda dif\u00edcil continuar en esas condiciones (tampoco explica bien el por qu\u00e9 abandonaron su idea de ir por \u00c1frica).<\/p>\n
En China toman un tren que los lleva a trav\u00e9s de toda Asia hasta Polonia en s\u00f3lo seis d\u00edas y medio. Ah\u00ed es su segunda despedida, pues encuentran una Polonia devastada por los movimientos sociales. As\u00ed, su despedida es dram\u00e1tica:<\/p>\n\n\n
\n <\/iframe>\n <\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n\u201cTerminar un viaje en Polonia es recibir una ducha fr\u00eda. Nos dirigimos hacia el valle de zucha y llego al t\u00e9rmino de mi relato. No tengo valor para ir m\u00e1s lejos. Sin embargo, so\u00f1aba con un final chispeante de alegr\u00eda, de c\u00e1nticos y risas.\u201d (p. 206)<\/p>\nEl final del viaje real lo hacen en Francia, donde son detenidos por oficiales que les preguntan c\u00f3mo es que viajan as\u00ed. El regreso a su mundo.<\/p>\nEl libro est\u00e1 segmentado muy claramente: la parte principal trata de Am\u00e9rica del Sur, donde a fin de cuentas no son m\u00e1s que \u201cgringos\u201d, pero que saben salir adelante. En Centroam\u00e9rica la cosa cambia porque se encuentran pa\u00edses llenos de violencia y golpes militares. Cuando entran a Belice habla de \u201cotro mundo\u201d, un mundo que no los acepta y del cual quieren huir lo m\u00e1s r\u00e1pido posible.<\/p>\nM\u00e9xico y Estados Unidos son mencionados muy brevemente para pasar a Jap\u00f3n y China, donde abordar\u00e1n el tren de regreso a Europa.<\/p>\nSi uno se pregunta por qu\u00e9 m\u00e1s de la mitad de un libro alrededor del mundo trata de Am\u00e9rica del Sur, puede pensar que el resto no les llam\u00f3 la atenci\u00f3n (lo cual dudo, pues el mundo tiene bellezas y fealdades por todos lados) o que el autor, tuvo la urgencia de entregar el manuscrito a tiempo para su publicaci\u00f3n. Como sea, el viaje no se puede considerar una vuelta aut\u00e9ntica al mundo en bicicleta, que es lo que dice el libro.<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Viajar alrededor del mundo es una idea de muchos. Alain Guigny y su esposa lo hicieron en bicicleta a principios de la d\u00e9cada de 1980 por caminos no muy transitados donde encontraron “las caras ocultas de los folletos tur\u00edsticos” y una forma de vivir a lo largo de dos a\u00f1os y medio. <a href=\"http:\/\/montanismo.org\/2012\/la-vuelta-al-mundo-en-bicicleta\/\"><\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1001,"featured_media":18865,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1012],"tags":[10021],"jetpack_featured_media_url":"https:\/\/montanismo.org\/revista\/wp-content\/uploads\/2012\/05\/lect322a1.jpg","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-4Ug","_links":{"self":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/18864"}],"collection":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1001"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=18864"}],"version-history":[{"count":4,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/18864\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":18868,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/18864\/revisions\/18868"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media\/18865"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=18864"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=18864"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=18864"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}