{"id":14254,"date":"2010-10-06T00:00:00","date_gmt":"2010-10-06T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=14254"},"modified":"2012-03-19T18:29:16","modified_gmt":"2012-03-20T00:29:16","slug":"la_tienda_roja","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2010\/la_tienda_roja\/","title":{"rendered":"La tienda roja"},"content":{"rendered":"
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\"LaLa tienda roja<\/em> es una producción ruso-italiana que reúne a buenos actores para representar la historia del vuelo del Italia, el dirigible en el que Umberto Nobile llegó al Polo Norte en 1928. El dirigible fue atrapado por una tormenta y el hielo se fue acumulando en todo el dirigible y el Italia<\/em> se fue a pique hasta chocar. Los tripulantes fueron rescatados semanas después por un avión italiano y un rompehielos ruso. También había participado Roald Amundsen en la búsqueda pero después de haber partido, nadie supo de ellos.<\/p>\n

Esa es la línea general de la película, pero hace falta hacer un poco más de énfasis en los aspectos históricos para que quede claro qué es lo que pasa con los personajes de La tienda roja<\/em> y que se pueda entender en todo aspecto y no como una película de acción moderna.<\/p>\n

En 1903, los hermanos Wright conseguían que un aparato más pesado que el aire, se levantara del suelo: comenzaba así la historia de la aviación que, por cierto, ya tenía bastante tiempo de haber arrancado. Ya en el siglo XVIII se habían hecho pruebas con globos aerostáticos, pero su gran inconveniente era que no podían ser controlados. El problema fue solucionado cuando se crearon los dirigibles, enormes globos con motor y alerones que le permitían maniobrar en el aire.<\/p>\n

Los dirigibles se usaron mucho durante las primeras décadas del siglo XX. Su “edad de oro” comenzó en 1900 y todos fueron alemanes de la compañía Zeppelin. En 1937, en New Jersey,  sucedió un accidente aparatoso al que se le ha dado mucha difusión. El Hindenburg marcaba en lo general la desaparición de los dirigibles.<\/p>\n

La tienda roja <\/em>trata del accidente del Italia, un dirigible construido por Umberto Nobile, quien ya había construido para Noruega el Norge<\/em>, otro dirigible en el que el explorador Roald Amundsen, el conquistador del Polo Sur, quería alcanzar por aire el Polo Norte. Y no sólo eso: lo quería cruzar para llegar a Canadá. Finalmente lo hizo con Nobile como encargado del dirigible y con eso se había hecho el primer cruce del Polo Norte. Ellos no lo sabían entonces, pero ni Peary, ni Cook ni Byrd habían alcanzado el Polo, como habían afirmado. Y eso que Byrd salió hacia el Polo un día antes que el Norge y trajo consigo la noticia de haberlo alcanzado por aire antes que nadie.<\/p>\n

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El <\/em>Norge, construido por Nobile<\/em><\/p>\n

Para Nobile, italiano que trabajaba para Benito Musolini, el haber llegado al Polo Norte no era suficiente porque la nave llevaba la bandera noruega. Nadie dudaba que Amundsen era el triunfador. Así que tras algunos movimientos en el gobierno, se construyó otro dirigible, un poco más grande, y llevó por nombre “Italia”. A bordo de él, Nobile alcanzaría el Polo Norte y pondría pie en el hielo, cosa que Amundsen no hizo.<\/p>\n

Bueno, La tienda roja <\/em>trata precisamente de esta historia, una historia increíblemente real, pese a la aparición de una Claudia Cardinale corriendo en Spitzbergen con las piernas al aire. La historia comienza con el general Umberto Nobile convocando los espíritus que le atormentan: no puede dormir porque la desgracia cayó sobre él 40 años antes, al tomar el único avión (italiano, por cierto) que pudo llegar hasta ellos y dejar a sus hombres en el hielo. Abandonar a sus hombres le mereció el olvido de Benito Mussolini.<\/p>\n

En la película aparecen uno a uno y se reconstruye la historia, con el objeto de “juzgar” a Nobile y por quienes valía la pena: sus compañeros y quienes estuvieron involucrados en la historia. La reconstrucción es asombrosamente buena, lo mismo que los paisajes: se ve la banquisa de hielo chocar y brincar, abrirse canales en el hielo, caminar los osos polares… El Italia<\/em> llega al Polo Norte y desde una ventanilla lanzan una cruz y la bandera italiana:<\/p>\n

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El "jurado" que decidirá si Umberto Nobile es culpable.
\n En el centro, Roald AMundsen (Sean Connery).<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n

"…no se podía bajar al pack, pero teníamos que cumplir una promesa, un rito solemne: depositar en los hielos del polo la cruz confiada por S.S. Pío XI y, a su lado, la bandera tricolor… A la 1:20 me asomé fuera de la caseta y dejé caer la bandera de Italia… A la 1:30 mandé arrojar la cruz… Estábamos a una altura de casi 150 metros. Nos venció la emoción. No habíamos efectuado más que actos simples, ¡pero qué significativos!" (p. 165)<\/p>\n

A su regreso, chocaron. Una de las góndolas quedó en el hielo con la mayoría de la tripulación. La otra fue arrastrada por el viento con nueve tripulantes a bordo. Nunca fueron vistos de nuevo. Umberto Nobile, herido de una pierna, puede hacer poco más que dirigir en un medio que no conoce, pues no es explorador. En la película se le ve con un mando débil. Sin embargo, había dado los pasos necesarios para dar su ubicación. En la base Nobile había dejado al capitán Romagna pero no hizo nada por preparar un rescate pues se consideraba que la preparación de montaña de varios de los tripulantes y el hecho de ser italianos, era suficiente para que salieran con bien.<\/p>\n

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Parte de la película, en ruso. Se puede apreciar lo que sucede.<\/em><\/p>\n

Con tanto tiempo sin hacer nada, la ayuda de los exploradores polares, tardó en concretarse, pero Noruega, Suecia y Finlandia, sobre todo, emprendieron la búsqueda aérea. Entre ellos estaba Amdunsen, que ya no regresó. Sin embargo, un avión pudo aterrizar cerca del lugar del accidente. El piloto, Einar Lundborg se negó a llevar a nadie que no fuera Nobile. Lundborg regresó por más heridos pero su avión también chocó y quedó atrapado con los sobrevivientes, quienes fueron rescatados por el rompehielos soviético Krasin.<\/p>\n\n\n\n