{"id":14070,"date":"2010-03-22T00:00:00","date_gmt":"2010-03-22T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=14070"},"modified":"2012-03-27T19:55:08","modified_gmt":"2012-03-28T01:55:08","slug":"corazon_de_fuego_y_hielo","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2010\/corazon_de_fuego_y_hielo\/","title":{"rendered":"Coraz\u00f3n de fuego y hielo"},"content":{"rendered":"<p><script language=\"javascript\">function imgGrandeChica_old(nombreImagen, formato, ancho, alto){\tdocument.write('<a href=\"javascript:;\" onClick=\"window.open(\\'..\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_g.'+formato+'\\',\\'nombreImagen\\',\\'width='+ancho+', height='+alto+'\\')\"> <img decoding=\"async\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_k.'+formato+'\" border=\"0\" \/><\/a>')\t}<\/script><\/p>\n<div align=\"justify\">\n<p>Estaba ah&iacute;, como siempre. Todos los  amaneceres miraba por la ventana. En d&iacute;as claros estaba majestuosa, libre,  virgen. No escalada porque estaba prohibida. Resguardada. Y para todos era un  s&iacute;mbolo. Es una monta&ntilde;a.<\/p>\n<p>En el fondo no era para m&iacute; s&oacute;lo cuesti&oacute;n  de religi&oacute;n, ni tampoco de leyes o de protecci&oacute;n civil. Quiz&aacute; es esa necesidad  que tenemos de establecer l&iacute;mites. Es creer en algo, como una imagen. Es como  decir: &ldquo;All&aacute; est&aacute; dios&rdquo; o &ldquo;Ah&iacute; no puedes estar porque ese lugar no es para ti&rdquo;  o &ldquo;Te van a meter a la c&aacute;rcel.&rdquo; Son formas de decir la misma cosa. Hay l&iacute;mites  que para confort social, que es m&aacute;s f&aacute;cil respetar.<\/p>\n<p align=\"center\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"400\" height=\"300\" border=\"0\" align=\"middle\" alt=\"\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/montvirg00.jpg\" \/><\/p>\n<p align=\"center\"><em>&quot;Es mi llamado. Es la diferencia entre lo sublime e innecesario.&quot;<\/em><\/p>\n<p>Miraba &ldquo;mi&rdquo; monta&ntilde;a. Dicen que est&aacute;  prohibido subirla porque es peligroso, porque es sagrada, porque uno no est&aacute;  preparado, porque&hellip; no. As&iacute; de sencillo.<\/p>\n<p>Pero ese &ldquo;no&rdquo; es invisible cuando  uno siente que la monta&ntilde;a lo llama. Un d&iacute;a vas caminando por la calle, o ves un  comercial de televisi&oacute;n, o aspiras el aire de la ma&ntilde;ana, o te sofoca el gent&iacute;o en  el metro, o alguien te dice algo. En cualquier lugar te llega&hellip; y de repente  empiezas a pensar en todo aquello que necesitas: el lugar m&aacute;s fr&iacute;o del mundo o  el m&aacute;s alto, una escalada mixta o la pared del hielo m&aacute;s puro, soledad total o  un glaciar interminable, un acercamiento brutal o una t&eacute;cnica depurada. Hay una  monta&ntilde;a con un esp&iacute;ritu especial para cada cosa. Y en el camino de aprendizaje  personal, hay una monta&ntilde;a &mdash;y s&oacute;lo una&mdash; que te da cada vez esa combinaci&oacute;n en  particular.<\/p>\n<p>Mi cuerpo y mi mente cambian cuando  el llamado llega. Hasta mi manera de comer porque ya hay una fecha. Inicia una cuenta  regresiva y se van acumulando entrenamiento, habilidades, dinero, amigos. A  pesar de los planes, puede suceder lo que no me imagino y entonces habr&aacute; que  pensar r&aacute;pido, ajustarse, superar los fracasos, hasta llegar a la cumbre. No  importa si es un tres mil, una sima de menos mil o un viaje de 30 mil. No  importa si sale en la televisi&oacute;n, o ponen pegotes de colores en la ropa. Es mi llamado.  Es la diferencia entre lo sublime e innecesario.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('montvirg01', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>&quot;Escalar una monta&ntilde;a no es una batalla en contra de un enemigo, sino a favor de una creencia. Es merecer estar ah&iacute; porque hasta ahora ha estado en soledad&quot;<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p>Este llamado no lleg&oacute; de  improviso, como los otros. Lo sab&iacute;a pero no lo not&eacute; hasta que era fuerte. Era la  sensaci&oacute;n de abrir huella no repetida. De pasar por una ruta que no se ha  pisado.<\/p>\n<p>A esta monta&ntilde;a se le rinde culto.  Es un volc&aacute;n. Hay historias sobre su coraz&oacute;n de fuego y hielo. En otros tiempos  ha pasado momentos de paz, pero tambi&eacute;n de furia, como ahora. Ha unido pueblos  enteros pero, como todas las fuerzas de la naturaleza, no est&aacute; para ser  doblegada. Escalar una monta&ntilde;a no es una batalla en contra de un enemigo, sino  a favor de una creencia. Es merecer estar ah&iacute; porque hasta ahora ha estado en  soledad&hellip; y me llama. En ese momento decid&iacute; creer eso.<\/p>\n<p>Ten&iacute;a que hacerlo en silencio,  por la prohibici&oacute;n y porque no iba a interrumpir su soledad. Si no est&aacute;s  dispuesto a dar tu vida entera por algo en lo que crees, no vale la pena,  aunque te equivoques. Siempre hay margen para corregir si sabes de verdad lo  que quieres.<\/p>\n<p>Esper&eacute; una se&ntilde;al, el momento  preciso. Era una ma&ntilde;ana fr&iacute;a y soleada, de &eacute;sas que en la ciudad es un  delicioso d&iacute;a con sol de invierno. Paseaba, haciendo cosas cotidianas. Sent&iacute; el  viento fr&iacute;o en la cara, voltee. La mir&eacute;. Y lo sent&iacute;: &ldquo;Ven&rdquo;. Dej&eacute; lo que hac&iacute;a y  me desped&iacute; de mis amigos como cualquier otro d&iacute;a. Era media tarde. <\/p>\n<p>Me gusta el estilo de velocidad  en la monta&ntilde;a. Tengo mi propia cadencia. Ropa en capas, arn&eacute;s, cuatro  mosquetones sin seguro, un par de tornillos de hielo de 15 cm, un nuevo juego  de piolets que no hab&iacute;a estrenado, una cuerda de 7 mil&iacute;metros de 30 metros, agua,  barras de muesli, m&uacute;sica, y mi c&aacute;mara. Era todo.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('montvirg02', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>&quot;No hab&iacute;a rastro alguno de un ser humano. Est&aacute;bamos solos. Ella y yo.&quot;<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p>Emple&eacute; parte de la madrugada para  el acercamiento. La luz de la luna, el viento y la silueta de la monta&ntilde;a eran  mi gu&iacute;a. En el ritual de inicio, abres tus sentidos, sincronizas tu  respiraci&oacute;n, tu ritmo card&iacute;aco; sientes el viento fr&iacute;o, el peso de tu mochila,  el ajuste de tus botas, tu propia temperatura corporal. Hueles la nieve, oyes  el viento, tus pasos, el crujido de la nieve sobre tu casaca. Escuchas tu  cuerpo y lo que te pide, pero tambi&eacute;n atiendes a la monta&ntilde;a y lo que te exige.  Lo disfrutas. Empieza la comuni&oacute;n. Esos primeros pasos, esas horas en silencio  antes de realmente iniciar y no dar paso atr&aacute;s, es cuando sabes si la monta&ntilde;a  te va aceptar o no.<\/p>\n<p>El acercamiento fue largo y  pesado. La fuerte nevada y el pasto alto lo complicaron. No me di cuenta cuando  entr&oacute; mi esperado &ldquo;segundo aire&rdquo;. La excitaci&oacute;n por lo prohibido me hizo llegar  lejos muy r&aacute;pido sin apenas sentirlo. Muy avanzada la madrugada, estaba al pie  del cono volc&aacute;nico. Justo enfrente de la ruta que hab&iacute;a trazado a vista. No  hab&iacute;a huellas, veredas, amontonamientos de rocas para vivac, marcas de  campamentos ni plataformas. No hab&iacute;a rastro alguno de un ser humano. Est&aacute;bamos  solos. Ella y yo. Habr&iacute;a otros subiendo monta&ntilde;as por todos lados pero en este  momento, &eacute;sta era s&oacute;lo para m&iacute;. Y yo era de ella.<\/p>\n<p>El viento amain&oacute; y escuch&eacute; un  rugido que me record&oacute; que estaba frente a un volc&aacute;n activo. A lo alto, como aura  lechosa, se ve&iacute;a una fumarola. &ldquo;Si me acepta, podr&eacute; presentarle mis respetos  pero no vengo a arriesgar mi vida sino a hacerla m&aacute;s grande&rdquo;. <\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('montvirg03', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>&quot;No vengo a arriesgar mi vida sino a hacerla m&aacute;s grande&quot;<\/em><\/p>\n<\/div>\n<p><!--nextpage--><\/p>\n<p><script language=\"javascript\">function imgGrandeChica_old(nombreImagen, formato, ancho, alto){\tdocument.write('<a href=\"javascript:;\" onClick=\"window.open(\\'..\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_g.'+formato+'\\',\\'nombreImagen\\',\\'width='+ancho+', height='+alto+'\\')\"> <img decoding=\"async\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_k.'+formato+'\" border=\"0\" \/><\/a>')\t}<\/script><\/p>\n<div align=\"justify\">\n<p>Eleg&iacute; mi ruta sobre los bordes de  una ca&ntilde;ada que llevaba hacia la mitad de la monta&ntilde;a. Los trozos de roca afilada,  las bombas &iacute;gneas de muchos a&ntilde;os. Al parecer en &eacute;poca fr&iacute;a la actividad  volc&aacute;nica es reducida. Pero hay que subir y bajar a toda velocidad. Nieve dura  y viento fuerte pero soportable: podr&iacute;a subir este tramo en tres horas. El  amanecer me alcanz&oacute; a&uacute;n por debajo de donde yo esperaba estar. La nieve tintineaba  con los fragmentos de hielo que iban desliz&aacute;ndose por encima de ella. Un sonido  casi musical. <\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('montvirg04', 'jpg',820,572)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>&quot;El amanecer me alcanz&oacute; a&uacute;n por debajo de donde yo esperaba estar&quot;<\/em><\/p>\n<p>Escuchaba m&uacute;sica y disfrutaba las  manchas rojas del sol sobre la nieve y el hielo. Jugaba con mi sombra sobre el  ventisquero. Iba abriendo huella y era sumamente placentero. La pendiente se  hac&iacute;a m&aacute;s pronunciada. Ya iban para cinco horas lo que pens&eacute; que ser&iacute;an tres.  Alrededor, la soledad y su pulcritud.<\/p>\n<p>Cuando la luz aument&oacute; lo  suficiente, not&eacute; trozos de hielo del tama&ntilde;o de mi pu&ntilde;o rodar hacia arriba. El  viento se hab&iacute;a vuelto muy violento. Eran las primeras horas del d&iacute;a y la turbulencia  cambiaba de golpe de direcci&oacute;n: arriba y abajo. M&aacute;s fuerte mientras m&aacute;s alto  estaba. <\/p>\n<p>Llevaba siete horas de ascenso. Con  cielo despejado no pod&iacute;a ver bien porque llegaban cristales de hielo  pulverizado que lastimaban p&aacute;rpados y nariz a pesar de la balaclava y los gogles.  En alg&uacute;n momento termin&eacute; subiendo en cuatro puntos, usando los piolets t&eacute;cnicos  fin de no ser arrancado del piso a pesar de que la pendiente era de 35 grados. No  pod&iacute;a ni siquiera levantar la cara de frente. No pod&iacute;a ver mi ruta. Sab&iacute;a que  estaba bastante alto, sent&iacute;a el olor a azufre y yo sent&iacute;a una confianza interna&hellip;  y no par&eacute;.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('montvirg06', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>&quot;La nieve tintineaba con los fragmentos de hielo que iban desliz&aacute;ndose por encima de ella.&quot;<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p>La tersa y empinada nieve fue  dando paso a rocas y hielo blanco y luego a hielo negro. No pod&iacute;a avanzar sin  abrazarme a las rocas. Pero ya no hab&iacute;a muchas. En alg&uacute;n momento no tuve de  donde asirme: a unos metros del borde del cr&aacute;ter y sin ning&uacute;n punto de apoyo. Tom&eacute;  un tornillo de hielo y me ancl&eacute; a &eacute;l. Por primera vez me empez&oacute; a ganar el miedo.<\/p>\n<p>Mir&eacute; hacia abajo y vi la  pendiente que hace horas comenc&eacute; a subir. El hielo pulverizado viajaba ahora a  los valles, arrastrado todo con &eacute;l. &ldquo;Ser&aacute; complicado bajar&rdquo;. Arriba, una  peque&ntilde;a pared de hielo gris&aacute;ceo y negro con unos 70 grados de pendiente. En  condiciones normales no tomar&iacute;a mucho tiempo escalarla, pero ah&iacute; era donde el  viento hac&iacute;a m&aacute;s turbulencia. &ldquo;Perder&iacute;a el equilibrio&hellip;&rdquo; Demasiados riesgos que  no pod&iacute;a controlar. Pero tambi&eacute;n estaban mis emociones y mi curiosidad, la  intoxicaci&oacute;n de endorfinas. &ldquo;Ya estoy aqu&iacute;&hellip; &iexcl;tengo que mirar!&rdquo; Asomarme, dar  una mirada al coraz&oacute;n de hielo y fuego.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('montvirg07', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>&quot;Ten&iacute;a todo para escalar esa pared, pero las condiciones meteorol&oacute;gicas exactas para sufrir un accidente&quot;<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p>Cerr&eacute; los ojos y me sent&eacute; con la  espalda pegada a la pared sin opci&oacute;n de cobijo ante el viento. Hab&iacute;a un gran  estruendo de viento y de volc&aacute;n. Procur&eacute; guardar silencio y escuchar. Ten&iacute;a todo  para escalar esa pared, pero las condiciones meteorol&oacute;gicas exactas para sufrir  un accidente&hellip; y no poder ser rescatado.<\/p>\n<p>Apret&eacute; los pu&ntilde;os y busqu&eacute; otra  se&ntilde;al hasta que escuch&eacute; un &ldquo;Ahora, &iexcl;ve!&rdquo;. Puse mi segundo tornillo lo m&aacute;s alto  que me permiti&oacute; mi estatura, quit&eacute; el primero y empec&eacute; a escalar. Las hojas de los  piolets entraban s&oacute;lo medio cent&iacute;metro, pero firmes. Poco antes de que  terminara el muro, puse el &uacute;nico tornillo que ten&iacute;a libre. Me asegur&eacute;&hellip; y una  fuerte r&aacute;faga de viento que me arranc&oacute; de la pared. Vol&eacute;, literalmente. Pero el  anclaje hizo su trabajo. Mirando hacia arriba, estir&eacute; mi brazo y toqu&eacute; la  salida de la pared con el piolet. Ya no ten&iacute;a miedo. No tanto. Estaba colgado  del tornillo y respir&eacute; hondo. Con toda serenidad, baj&eacute; de nuevo, recog&iacute; mi  anclaje, y volv&iacute; a subir. Dos brazadas m&aacute;s y me mont&eacute; sobre el borde del  cr&aacute;ter.<\/p>\n<p>El estruendo no par&oacute;, pero  recuerdo ese momento como si todo estuviera en total silencio: inmensas paredes  de roca y hielo resguardaban una boca de lava candente y agua, chimeneas con  fumarolas a toda presi&oacute;n, cascadas de hielo, y azufre. El coraz&oacute;n se me sal&iacute;a  del pecho de la emoci&oacute;n. Lo hab&iacute;a logrado y ve&iacute;a el coraz&oacute;n de la monta&ntilde;a. De  fuego y hielo.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('montvirg09', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>&quot;No pod&iacute;a avanzar sin abrazarme a las rocas. Pero ya no hab&iacute;a muchas.&quot;<\/em><\/p>\n<p>Mir&eacute; a mi derredor. El cr&aacute;ter,  irregular, ten&iacute;a paredes humeando. Yo mismo estaba sobre una arista sumamente  adelgazada donde me sentaba a horcajadas para no perder el equilibrio. La ruta  que hab&iacute;a elegido era la &uacute;nica posible para llegar ah&iacute;. Cualquier otra  variaci&oacute;n, no me hubiera llevado a un punto de acceso al cr&aacute;ter.<\/p>\n<p>Siempre es posible para un  monta&ntilde;ista lograr la cumbre de cualquier monta&ntilde;a. Eventualmente lograr&aacute;s tener  lo que necesitas para lo que t&uacute; quieras, tarde o temprano. Pero no hay programa  de entrenamiento ni entrenador que te prepare para bajar de la cumbre de una  monta&ntilde;a con todo lo que implica y sus consecuencias: cuando llegas ah&iacute;, te  llenas de magia, tu vida cambia radicalmente.<\/p>\n<p>Cuando comenc&eacute; a bajar, surgieron  las l&aacute;grimas de emoci&oacute;n. Con el ritmo interminable del piolet y el cansancio, tuve  recuerdos de cada cumbre que he descendido. De las cosas que pasan por la mente  despu&eacute;s de cada &eacute;xito y tambi&eacute;n de cada fracaso. De lo que sacrificas antes y  de las consecuencias al regresar. Me di de cumbres en mi haber que no hab&iacute;a  terminado de bajar. Con la emoci&oacute;n y la satisfacci&oacute;n de &eacute;sta, empezaba a  cerrarlas todas.<\/p>\n<p>El viento nunca par&oacute; y el cielo  siempre fue azul y brillante. M&aacute;s abajo, con equilibrio suficiente para caminar  de pie, bajaba a pasos lentos, con una sonrisa enorme en la cara porque me  llevaba un secreto que me susurr&oacute; y que guardar&eacute; junto con la visi&oacute;n de su  coraz&oacute;n de fuego y hielo.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('montvirg08', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>&quot;Llevaba un secreto que me susurr&oacute; y que guardar&eacute; junto con la visi&oacute;n de su coraz&oacute;n de fuego y hielo&quot;<\/em><\/p>\n<\/blockquote><\/div>\n<div align=\"right\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"15\" height=\"14\" alt=\"\" src=\"\/images\/upload\/puma.gif\" \/><\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<table width=\"100%\" cellspacing=\"2\" cellpadding=\"2\" border=\"0\" summary=\"\">\n<tbody>\n<tr>\n<td width=\"329\">\n<p align=\"justify\">&iquest;Qu&eacute; se siente ser el &uacute;nico que ha alcanzado la cima de una monta&ntilde;a? El siguiente es un relato de ficci&oacute;n que pretende adentrarnos en el mundo de aquella persona que vive en la ciudad pero va a una monta&ntilde;a que lo llama, una monta&ntilde;a virgen. Y hace su primer ascenso.<\/p>\n<\/td>\n<td width=\"129\">\n<div align=\"center\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"110\" height=\"100\" align=\"center\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/k_montvirg.jpg\" alt=\"\" \/><\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n<p> <a href=\"http:\/\/montanismo.org\/2010\/corazon_de_fuego_y_hielo\/\"><\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1019,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1012],"tags":[],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-3EW","_links":{"self":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14070"}],"collection":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1019"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=14070"}],"version-history":[{"count":2,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14070\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":18081,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14070\/revisions\/18081"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=14070"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=14070"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=14070"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}<!-- html is corrupted -->