{"id":13783,"date":"2009-05-13T00:00:00","date_gmt":"2009-05-13T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13783"},"modified":"2012-04-15T12:20:43","modified_gmt":"2012-04-15T18:20:43","slug":"61_horas_fotografiando_la_oscuridad_travesia_en_la_cueva_del_rio_la_venta","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2009\/61_horas_fotografiando_la_oscuridad_travesia_en_la_cueva_del_rio_la_venta\/","title":{"rendered":"61 horas fotografiando la oscuridad: traves\u00eda en la cueva del r\u00edo La Venta"},"content":{"rendered":"
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A finales de febrero recibí la invitación formal de Tullio Bernabei para participar en la travesía de la Cueva del Río La Venta, de “13 kilómetros de desarrollo y 400 m de desnivel que está destinada a convertirse en una travesía clásica de la espeleología mundial.” Era como una vieja deuda, un viaje pactado hace doce años en el que Tullio, Ciccio y yo no participamos. Ahora parecía una realidad.<\/p>\n

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La preparación técnica me llevó a ajustar mi equipo, ya que dentro de ERM (Espeleo Rescate México) decidimos utilizar la técnica francesa como estándar pero esta vez, con la visita de mis amigos italianos, volvíamos a incluir un cabo extra de seguridad además del “baricentro” (cinta plana que pasa por las “orejas del arnés”) como nos enseñaron en los primeros cursos en Chiapas hace ya trece años.<\/p>\n

Este reacomodo fue perfecto. Incorporar un cabo exclusivo para el ascensor, permitió disponer en todo momento de los dos cabos de seguridad para los múltiples pasamanos; el baricentro siempre fue versátil para transportar el pesado costal de equipo colgado debajo de nosotros.<\/p>\n

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La Cueva del Río La Venta está localizada a 22 km al norte de la cabecera de Cintalapa de Figueroa, Chiapas, en la margen izquierda del cañón del Río La Venta y corresponde a un complejo sistema subterráneo conformado por 13 kilómetros de pasajes inundados, derrumbes y galerías fósiles. La comunidad Adolfo López Mateos, a 2:30 horas de Tuxtla Gutiérrez, está integrada por 577 habitantes que aún hablan zoque y es el último sitio de abastecimiento para internarse entre las selvas medianas, acahuales y potreros que conducen al Sumidero II, el acceso a esta imponente travesía subterránea.<\/p>\n

Un año atrás, Tullio Bernabei, Francesco Sauro, Mauricio Náfate, Carlos Sánchez y seis exploradores más, entre ellos dos guías locales, se dedicaron a recorrer y “armar” la cueva con los anclajes, cuerdas necesarias y señales reflejantes para facilitar el recorrido.<\/p>\n

Nos acercamos al Sumidero II, en el fondo de una dolina junto a un platanar, inaccesible en temporada lluviosa. Preparamos nuestras luces e iniciamos el trabajo fotográfico aproximadamente al medio día.<\/p>\n

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“¿Pronti? ¡Viaaa…! ¡Stop! ” Eran las indicaciones de Giuseppe Savino, al momento de realizar una exposición de 20 segundos en uno de los largos y oscuros pasajes de esta impresionante cueva. Alicia (Beba) y Tono posaban inmóviles para la foto contemplando una enorme concreción; mientras, el resto de la cuadrilla: Ciccio, Nanni, Manuel y yo dirigíamos las lámparas a base de LEDS hacia los puntos acordados y Mauricio manipulaba dos potentes flashes.<\/p>\n

Savino, De Vivo y Lo Mastro eran los fotógrafos de nuestro grupo; los demás esperaríamos sus indicaciones para dirigir las lámparas o los flashes hacia los detalles y modelos. Con las cámaras digitales es posible revisar la toma y mejorarla, aunque la distribución de los integrantes, las posiciones (algunas incómodas), y la repetición de la foto van haciendo cansado el trabajo.<\/p>\n

Las técnicas empleadas a base de iluminación con LEDs (propuestas por La Venta y Mastrel), los mismos flashes y la cámara digital, permiten estudiar la escena, mejorar los resultados y que el experimentado fotógrafo sea más creativo, mas nunca sustituirán su “ojo experto”.<\/p>\n

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Pasos estrechos, cascadas, tirolesa, pozas, arenas movedizas… foto tras foto. La estancia dentro de la cueva duró 61 horas y demandó jornadas de trabajo de 12 a 14 horas, descanso de 6 a 7 horas y 3 más para preparativos (alimentación, levantar campamento, revisión de topografía, redistribución de equipo, entre otros).<\/p>\n

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Los dos campamentos realizados en el interior fueron seleccionados de manera estratégica aproximadamente a 4 y 8 km de la entrada. Se establecieron en amplios salones de suelo arenoso.<\/p>\n

La primera “noche” después del trabajo fotográfico, Beba y yo seleccionamos los sobres de comida liofilizada para la cena. Eran las 1:30 h del segundo día, y mientras el agua hervía me quedé totalmente dormido por la fatiga. En el siguiente campamento Manuel y yo preferimos dormir y no cenar. Mauricio, muy atento al desarrollo de la expedición, nos despertó para que comiéramos y estar en buenas condiciones para el tramo final.<\/p>\n

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La última parte del recorrido nos correspondió fotografiar esa gran colada conocida como “La Medusa Gigante” (llamada también “la primera medusa”), fue la última foto que se tomó antes de iniciar la salida. Eran aproximadamente las 14:00 h del tercer día.<\/p>\n

El último descenso considerable fue de 25 metros en el “gran salón de la Cascada”, después de pasar por un complejo y caótico derrumbe de gigantescos bloques. Los que tuvimos la suerte de descender primero nos colocamos en una zona alta y alejada que permitía contemplar las enormes dimensiones del lugar y observar las luces de nuestros compañeros al realizar las maniobras sobre complicado descenso compuesto de dos fraccionamientos. Contábamos las luces una a una hasta juntar 18.<\/p>\n

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El aroma del aire era distinto, tenía un ligero olor a vegetación y el cansancio era evidente en algunos de nosotros. A lo lejos, alcancé a ver dos luces que alumbraban en nuestra dirección; pensé que se trataba del equipo 1 al cual habíamos alcanzado, pero no era así. Eran Lucas y Manuel que habían llegado al cañón del río La Venta al medio día para recibirnos.<\/p>\n

El aire externo se percibía con mayor intensidad, este gran reto que habíamos asumido estaba a punto de finalizar satisfactoriamente. Llegamos en la salida, eran las 00:30 del cuarto día.<\/p>\n