De igual forma que los montañistas buscan las montañas más altas y por eso una de sus principales aspiraciones es acudir a la cordillera del Himalaya, donde están las 14 cumbres con más de ocho mil metros, los espeleólogos buscan las cavernas más profundas para llegar a su fin.<\/p>\n

Hasta hace pocos años, ninguna sima había llegado a los dos kilómetros de profundidad pero en el 2004 una expedición alcanzó los 2,080 metros y así rompía con una marca más después de haber roto la de los mil metros. Como bien se puede imaginar, explorar y descubrir una caverna de más de mil metros de desarrollo vertical es todo un acontecimiento. En América, México es el único país que tiene cavernas con esa profundidad.<\/p>\n

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Fotografía: Gustavo Vela Turcott<\/em><\/p>\n

El sábado pasado, 28 de marzo, un grupo de 13 espeleólogos compuesto por cinco mexicanos, dos franceses, dos estadounidenses, dos australianos, un suizo y un español, se sorprendieron cuando la cueva que estaban explorando (“El Santito”, en la Sierra Negra, estado de Puebla), sobrepasaba los 527 metros que habían esperado. Siguieron explorando y al final llegaron a los 1,127 metros.<\/p>\n

Se trata de la primera ocasión en que una expedición internacional donde participan mexicanos exploran una caverna de más de mil metros por primera vez.<\/p>\n

Entre los mexicanos estuvieron Gustavo Vela Turcott y Franco Attolini. Vela Turcott, fotógrafo profesional, se ha desarrollado como espeleólogo de alto nivel e incluso bajó a Voronja en el 2006.<\/p>\n

A reserva de conocer los nombres de los demás participantes de la expedición y más detalles, este es un logro importante en la espeleología: descubrir un menos mil y rebasar esa cota “mágica” es algo que pocos han logrado, muchos de ellos con muchos años de esfuerzo y en varias expediciones.<\/p>\n

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En Voronja, durante el 2006
\n Fotografía: Alan Warild<\/em><\/p>\n

El grupo piensa continuar la zona donde está El Santito pero hasta el año que viene, pues esta expedición les costó a ellos y no a ninguna institución ni patrocinador. Habrá que descansar, estudiar, analizar datos y regresar a la zona. Posiblemente haya alguna otra caverna cercana que alcance esa cota, que rebase incluso a la actual. Esto ya ha pasado antes y seguramente es lo que tienen en mente los espeleólogos.<\/p>\n

En su libro Un viaje al México profundo<\/em>, Gustavo Vela señala que hay otras ocho cavernas de más de mil metros de profundidad descubiertas hasta el momento de su edición (2005), con lo cual, la tabla de cavernas y profundidades quedaría así:<\/p>\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n
<\/td>\n \n
Nombre<\/strong><\/div>\n<\/td>\n
\n
Estado<\/strong><\/div>\n<\/td>\n
\n
Profundidad<\/strong><\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
1<\/td>\n Sistema Cheve<\/td>\n \n
Oaxaca<\/div>\n<\/td>\n
\n
1,484 m<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
2<\/td>\n Sistema Huautla<\/td>\n \n
Oaxaca<\/div>\n<\/td>\n
\n
1,475<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
3<\/td>\n Cueva Charco<\/td>\n \n
Oaxaca<\/div>\n<\/td>\n
\n
1,278<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
4<\/td>\n Akemati <\/td>\n \n
Puebla <\/div>\n<\/td>\n
\n
1,226<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
5<\/td>\n Kihaje Xontjoa <\/td>\n \n
Oaxaca<\/div>\n<\/td>\n
\n
1,223<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
6<\/strong><\/td>\n El Santito<\/strong><\/td>\n \n
Puebla<\/strong><\/div>\n<\/td>\n
\n
1,127<\/strong><\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
7<\/td>\n Sistema Ocotempa<\/td>\n \n
Puebla <\/div>\n<\/td>\n
\n
1,070<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
8<\/td>\n Akemabis<\/td>\n \n
Puebla <\/div>\n<\/td>\n
\n
1,015<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
9<\/td>\n Soconga<\/td>\n \n
Oaxaca <\/div>\n<\/td>\n
\n
1,014<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n
Referencia: Gustavo Vela Turcott. Un viaje al México profundo<\/em>. 2005. Santillana, México. 179 páginas. ISBN: 970-29-1272-5, página 172.<\/p>\n<\/div>\n
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Alcanzar un menos mil es, en espeleología, comparable a alcanzar un ocho mil de la alta montaña. Pero descubrirlo está reservado a pocos. El pasado sábado 28 de marzo, un equipo internacional alcanzaba los 1,127 metros de profundidad en la caverna "El Santito", en México.<\/p>\n<\/td>\n
\n
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