{"id":13342,"date":"2008-04-08T00:00:00","date_gmt":"2008-04-08T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13342"},"modified":"2012-05-28T13:51:08","modified_gmt":"2012-05-28T19:51:08","slug":"aconcagua_reportaje_grafico_de_un_ascenso","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2008\/aconcagua_reportaje_grafico_de_un_ascenso\/","title":{"rendered":"Aconcagua: reportaje gr\u00e1fico de un ascenso"},"content":{"rendered":"
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Éste no fue sólo un viaje, una expedición o un aventura, sino toda una lección de vida y algo que marcó la vida de quienes participamos en este gran reto del montañismo mundial: el ascenso al Monte Aconcagua, el techo de América, la cumbre de los Andes… el Centinela de Piedra<\/em>; hasta ahora nuestro máximo reto, un sueño hecho realidad en febrero del 2008.<\/p>\n

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El camino empieza viajando a la ciudad de Santiago de Chile, una ciudad con poca infraestructura pero realmente moderna y con un desarrollo increíble. A Santiago llegamos la noche del 31 de enero.<\/p>\n

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Luego por medio de un impresionante viaje en bus cruzando la cordillera de Los Andes Llegamos a la Ciudad de Mendoza, Argentina.<\/p>\n

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En Mendoza se paga el permiso para el Ascenso al Cerro Aconcagua, jurisdicción del parque provincial Aconcagua.<\/p>\n

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Luego de pagado el permiso para el ascenso, alquilar el equipo necesario, comprar los alimentos para el ascenso y preparar todo el equipaje, compramos el boleto del bus que nos llevaría hacia Puente del Inca, donde se contratan las mulas para llevar lo pesado de  nuestro equipaje, pagamos 2 mulas para transportar más de 150 libras (70 kilos) de equipo y alimentos. Además, llevábamos una mochila con lo necesario para acampar y pasar dos días.<\/p>\n

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Cuando uno viaja hacia Puente del Inca, desde el bus ya se van viendo los cerros nevados de esta parte de la cordillera de los Andes.<\/p>\n

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El famoso Puente del Inca, el primer gran espectáculo natural de esta odisea.<\/p>\n

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En esta pequeña localidad —Puente del Inca— se ubica el cementerio de los andinistas, campo santo donde yacen los cuerpos y\/o recuerdos de algunos andinistas que han dejado su vida en el Cerro Aconcagua.<\/p>\n

Nosotros decidimos ir a visitarlo por voluntad propia, es decir, por la buenas.<\/p>\n<\/div>\n

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El acercamiento<\/strong><\/p>\n

El día 5 de febrero empieza ya la actividad de montaña. Nos trasladamos al valle de Horcones y ahí al puesto de guarda parques donde registramos nuestro ingreso al Parque Provincial Aconcagua, desde la entrada misma del parque es todo un espectáculo.<\/p>\n

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Desde la entrada al parque sobre el valle de Horcones puede verse ya la imponente cara sur del Cerro Aconcagua. Esa primera vista de nuestro objetivo es… simplemente impresionante.  La montaña se ve gigantesca.<\/p>\n

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La vista desde “El Espejo ” es impresionante!<\/p>\n

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Luego de unos minutos de caminata, se llega al puente sobre el río Horcones que marca la entrada a la Quebrada de Horcones.<\/p>\n

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Luego de dos horas y media llegamos al campamento Confluencia, llamado así porque muy cerca de ahí confluyen los ríos Horcones Inferior y Horcones Superior.  Este es un campamento intermedio, localizado a 3,300 metros de altitud y es recomendado como punto de aclimatación.  Este campamento lo engrandecen las grandes carpas de las agencias.<\/p>\n

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Junto al campamento se ven pasar las comitivas de mulas con el equipo de todos los andinistas.<\/p>\n

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Luego de más de seis horas de caminata, apareció a nuestra derecha la imponente cara oeste del Aconcagua, la que sería nuestra inspiración. La veríamos de forma permanente durante la mayor parte de la expedición.<\/p>\n

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Siete horas y media nos tomó llegar a Plaza de Mulas, nuestro campamento base, el lugar donde tendríamos muchas vivencias y experiencias; además, aquí conocimos a muchos montañistas de todas partes del mundo.<\/p>\n

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El campamento Plaza de Mulas es toda una ciudadela de carpas de todos colores, tamaños y estilos.  No sólo hay carpas de habitación sino también de renta, comedores, cocinas, salas, una galería de arte, restaurantes, clínica médica y hasta de Internet.<\/p>\n

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Luego de verificar que ya había llegado nuestra carga, transportada por las mulas y que se nos asignara un sanitario, procedimos a armar nuestra carpa y preparar nuestra área de campamento.  Elegimos el lugar que creímos más cómodo ya que aquí dormiríamos las siguientes cinco noches.<\/p>\n

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Aquí sí que estábamos rodeados de grandes montañas: al oeste el Cerro Catedral, al norte el glaciar de horcones superior y el Cerro El Cuerno y al este el imponente Cerro Aconcagua.  Un entorno y una vista realmente privilegiados.<\/p>\n

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La aclimatación<\/strong><\/p>\n

El periodo de aclimatación fue bastante escalonado y con los debidos descansos para asegurar en lo máximo posible la respuesta positiva de nuestro organismo.  Hubo días de sol, de calor, noches de frío y días de mucho frío.<\/p>\n

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La mayoría de los días podíamos cocinar al aire libre, pero al menos un día nos toco cocinar dentro de la carpa debido al mal clima.<\/p>\n

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La mayoría de los días podíamos cocinar al aire libre, pero al menos un día nos toco cocinar dentro de la carpa debido al mal clima.<\/p>\n

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Y el Aconcagua siempre a nuestro Este, a veces despejado y a veces muy nevado…<\/p>\n

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Hicimos dos caminatas de aclimatación, sobre la ruta; la primera hasta los 5,200 metros y la otra de porteo al campamento Nido de Cóndores, que está a 5,400 metros. Ahí hicimos un pequeño bunker para guardar nuestras provisiones.<\/p>\n

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En la primera caminata encontramos el campamento de Plaza Canadá completamente nevado, ese día nos hizo muy mal clima.<\/p>\n

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En la caminata de asalto encontramos el campamento de Plaza Canadá completamente nevado, ese día nos hizo muy mal clima.<\/p>\n

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Nuestra última noche en el campamento base fue realmente espectacular…<\/p>\n

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El ascenso<\/strong><\/p>\n

El 12 de febrero iniciamos el ascenso definitivo rumbo al sueño de alcanzar la cumbre de la montaña más alta de América.<\/p>\n

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Hicimos el ascenso ya con equipo completo al primer campamento de altura, en Plaza Canadá que se encuentra a 5,000 metros de altura aproximadamente. Llegamos a este punto después de una caminata de dos horas y media.<\/p>\n

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Encontramos una buena terraza (plana) para armar la carpa, limpiamos la nieve de ella y fue allí donde pasamos nuestra primera noche camino hacia la cumbre.<\/p>\n

Desde este punto teníamos una vista panorámica de la parte alta del Aconcagua.<\/p>\n

El atardecer en el campamento fue increíble, fue nuestro primer atardecer en las alturas, desde el campamento base era imposible contemplar una caída del sol, ya que se encuentra rodeado de grandes montañas.<\/p>\n

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El día siguiente tocó desmontar el campamento, preparar mochilas y continuar con el ascenso hacia el segundo campamento, esta vez Nido de Cóndores ubicado a 5,400 metros de altura.<\/p>\n

Llegar a Nido de Cóndores fue un buen esfuerzo. Además sería nuestra primera vez durmiendo a 5,400 metros de altura.<\/p>\n

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Para entonces ya conocíamos a mucha gente, entre guías, expedicionarios, montañistas y porteadores.<\/p>\n

Desde este punto ya se logra ver el macizo rocoso que guarda la cumbre, se empieza a sentir la emoción y nerviosismo de acercarse al objetivo…<\/p>\n

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La mañana siguiente fue igual que la anterior: desmontar campamento, preparar mochilas y seguir subiendo, esta vez hacia lo que sería nuestro último campamento de altura.  Las mochilas pesaban más que nunca ya que debíamos llevar provisiones extras ante cualquier eventualidad en el día o los días necesarios para intentar el ascenso  a la cumbre.<\/p>\n

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Regularmente el último campamento se hace en Berlín (5,930 metros), nosotros siguiendo consejo de guías y porteadores amigos acampamos en la Plaza Cólera ubicado más al norte de la montaña y a una altura de 5,970 metros.<\/p>\n

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A las 2:15 llegamos a Plaza Cólera, con gran esfuerzo por el peso de las mochilas pero con la emoción de acampar y dormir casi a 6,000 metros de altitud.  Desde aquí la cumbre se ve exagerada y engañosamente cerca.  La diferencia del viento y el frío en este campamento sí que se hacía sentir.<\/p>\n

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La cumbre…<\/strong><\/p>\n

El 15 de febrero era el día programado para intentar el asalto a la cumbre. Salimos a las 6:15 tuvimos problemas de inicio de congelación debido al  frío extremo y tuvimos que esperar para el día siguiente. Este día fue supuestamente de descanso pero se volvió de aburrimiento, desesperación e incertidumbre.<\/p>\n

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Entonces planificamos salir el sábado 16 a las 7:30 u 8:00 horas, para que ya hubiese amanecido, calculando hacer entre 7 a 8 horas el asalto a la cumbre… Por cosas de la vida no oímos las alarmas y nos despertamos hasta las 8:10. Tuvimos que descongelar hielo para preparar el desayuno, alistarnos y salir y salimos hasta las 9:30, acompañados de vientos de 40 kilómetros por hora aproximadamente y una temperatura de 30 grados centígrados bajo cero<\/em>.<\/p>\n

Perdimos una media hora al inicio por problemas con el frío.  La ruta se veía vacía, todos habían salido a las seis de la mañana.<\/p>\n

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Al ver hacia atrás, uno nota que está realmente alto. En el Portezuelo del Viento y la travesía hacia la canaleta el viento se incrementó considerablemente y bajó aún más la temperatura.<\/p>\n

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Luego de cuatro horas y media de ascenso y avance, llegamos a la base de La Canaleta, el tramo final hacia la cumbre. Ya habíamos alcanzado a varios grupos y también habíamos visto a mucha gente renunciar a la cumbre por diferentes motivos: problemas físicos, cansancio, deshidratación y, por supuesto, la altura.<\/p>\n

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Aquí en La Cueva del Indio,<\/em> tomamos un descanso de aproximadamente 30 minutos, comimos algo y nos hidratamos.<\/p>\n

Ya en este tramo —muy difícil por cierto— uno ya empieza a creer en el sueño del Aconcagua, en alcanzar su cumbre.<\/p>\n

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Algunas personas que encontramos en el descanso, nos contaron que de ese punto a la cumbre son aproximadamente tres horas de ascenso. Eso nos decía que llegaríamos a la cumbre aproximadamente a las 18:00 horas, muy para hacer cumbre, pues aunque anochece hasta las 22:00 horas el clima se vuelve más hostil conforme avanza el día y también porque el tiempo aproximado de descenso es de entre cuatro a cinco horas.<\/p>\n

Iniciamos el ascenso por la canaleta a las 15:00 horas, mientras subíamos encontramos a muchas personas bajando y no todas habían llegado a la cumbre que estaba a solo<\/em> 300 metros de desnivel… muy difícil de creer.<\/p>\n

En las montañas de Guatemala, por lo regular siempre alcanzamos la cumbre y la decepción de algunos es que no siempre hay buena vista, entonces lo tomamos como que el logro es la cumbre y a veces la vista es un premio o un sueño que puede hacerse o no realidad.  En montañas como el Aconcagua el logro es todo lo que uno vive, siente y aprende durante su estancia en la montaña. La cumbre es un sueño, una ilusión que por diferentes factores no a todos se les hace realidad. Al igual que no tener buena vista en el Acatenango, no lograr la cumbre del Aconcagua no son un fracaso sino lección de grandeza que nos da la montaña y la naturaleza.<\/em><\/p>\n

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Al igual que en todo el recorrido del ascenso a esta montaña, iba yo (Edgar Rivera) como menos rápido marcando el ritmo del paso y un metro detrás de mí siempre el tocayo (Edgar Betancourth).<\/p>\n

Exactamente a las 16:59 nos dimos cuenta que no había más a donde seguir subiendo. Frente a nosotros estaba la esperada cruz de aluminio que marca el final del camino y al fondo la impresionante cumbre sur del Aconcagua.<\/p>\n

¡Estábamos en la cumbre del Aconcagua! A 6,962 metros de altura, la sensación de haber podido alcanzar nuestro sueño era indescriptible: las lágrimas de alegría son inevitables. Un fuerte abrazo  libera todo el estrés del ascenso. La alegría y el orgullo inundan nuestro ser. El amor por nuestra Guatemala y por K’ashem crecen más que nunca, Dios, Guatemala, K’ashem, nosotros, el Aconcagua… somos un todo concentrados en nuestro ser en aquel punto recóndito del planeta…<\/p>\n

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¡Feliz cumbre tocayo! y la repuesta:¡Feliz cumbre tocayo!<\/p>\n

Compartimos la cumbre con cinco holandeses y estuvimos ahí 23 minutos, al bajar aún encontramos a cuatro personas más subiendo.<\/p>\n

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El descenso no fue complicado ni tardado, Aunque muy cansados y deshidratados, alcanzamos a la mayoría de las personas que habían subido ese día. Bajamos al campamento en dos horas exactas y arribamos a las 19:22.<\/p>\n

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Volvimos a dormir en el campamento de Plaza Cólera, haciendo un total de tres noches a casi seis mil metros de altura.<\/p>\n

El 17 de febrero bajamos a Nido de Cóndores, donde desayunamos y descansamos luego de una noche con un viento y frío exagerados, luego de un descanso regresamos de nuevo al campamento de Plaza de Mulas.<\/p>\n

Al ver hacia arriba y atrás, el Aconcagua lucía impecable, como siempre.<\/p>\n

Nosotros no tanto.<\/p>\n

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El 18 de febrero terminó nuestra estancia en la montaña, caminamos los 40 kilómetros que hay de Plaza de Mulas a Puente del Inca.  Salimos del parque provincial Aconcagua llenos de satisfacción, orgullo, amor por lo que hacemos, mucha nostalgia y con el sentimiento de ¡misión cumplida!<\/em><\/p>\n<\/div>\n

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La vista desde aquí es impresionante, el campamento esta custodiado por gigantes de roca y nieve.<\/p>\n

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Haciendo un reconocimiento del área llegamos hasta el glaciar de Horcones Inferior el que le proporciona el caudal principal al río del mismo nombre.  Este glaciar es una impresionante y gigantesca masa de hielo negro.<\/p>\n

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Al día siguiente desmontamos campamento y continuamos nuestro camino hacia el campamento base, el campamento Plaza de Mulas.  Nos esperaba una larga y agotadora jornada…<\/p>\n

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Al principio el camino es muy diverso, hasta que se ve de pronto entre los cerros el gigante Aconcagua.  Pero luego de un par de horas, al llegar a Playa Ancha, el camino se vuelve tedioso y muy desgastante.  Es realmente árido y despiadado, con mucho sol, calor y viento.<\/p>\n

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Casi toda la ruta va a la derecha del río Horcones Superior.<\/p>\n

Por momentos se ven pasar las caravanas de mulas de carga.<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\n\n\n
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Los guatemaltecos Edgar Rivera y Edgar Betancourth ascendieron el Aconcagua el pasado mes de febrero. Un ascenso más. Lo diferente es que presentan un reportaje gráfico para que quienes estén interesados en ir, tengan referencias más detalladas. <\/p>\n<\/td>\n

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