{"id":13014,"date":"2007-11-08T00:00:00","date_gmt":"2007-11-08T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13014"},"modified":"2012-08-11T16:05:28","modified_gmt":"2012-08-11T22:05:28","slug":"como_escribir_un_articulo_de_aventura","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2007\/como_escribir_un_articulo_de_aventura\/","title":{"rendered":"C\u00f3mo escribir un art\u00edculo de aventura"},"content":{"rendered":"
Comenzó por ser una pregunta. Sencilla y casi discreta: “¿Cómo debo escribir un artículo de lo que pasé en la montaña o en un descenso en el río o en una escalada?” Si estás leyendo estas líneas es porque te interesa escribir y porque quieres hablar de algo que has vivido y te parece una aventura. Si es por pura curiosidad, entonces lees muchos relatos de aventura y ya estás comenzando a cansarte de ellos porque parecen decir lo mismo. Bueno, veamos cómo hacer las cosas más divertidas para el lector.<\/p>\n
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¿Qué se necesita?<\/strong><\/p>\n Para escribir se necesitan dos cosas fundamentales: tener algo qué decir y conocer la forma de decirlo. De ellas dos, la más importante es la primera. Si no tienes nada qué decir, tu escrito no tendrá eco alguno; incluso a ti te sonará vacío cuando lo leas de nuevo después de unos meses. Esto sucede porque sólo estarías jugando con palabras o ideas pero será sólo eso: un ejercicio de escritura. Lo que a tu lector le interesa son los hechos.<\/p>\n Cómo debes decirlo es algo muy personal pero siempre importante. Por supuesto, debes conocer algunas reglas gramaticales, ortográficas y manejar los tiempos en que hablas (presente, pasado, etc.), pero no es requisito indispensable, como mucha gente piensa. Es mejor centrarse en la estructura de lo que vas a escribir y plasmarlo así porque hay personas que se dedican a “limpiar” tu relato. Se llaman redactores, correctores de estilo o algún amigo que tenga fluidez al escribir. Llamémoslos redactores, para generalizar.<\/p>\n Lo más importante es el contenido. Como estamos hablando de aventura, lo principal es lo que has vivido. Ten presente que lo que la escalada, el rafting, la caminata o la expedición que quieres narrar ha sido vivida ya por muchos, salvo que seas de los pocos que hacen cosas únicas por primera vez.<\/p>\n Entonces ¿qué es lo que tiene de especial eso que quieres narrar? Esta es la primera pregunta que debes hacerte. Hillary, Herzog, Messner, Terray, Heyerdahl y muchos otros antes y después que ellos, han tenido la increíble oportunidad de escribir sobre algo que nadie había hecho hasta entonces: el primer ascenso a un ochomil, el primer ascenso al Everest, el primer ascenso en solitario de un ochomil, el ascenso al Fitz Roy en la Patagonia, el primer cruce del Pacífico en una balsa de troncos… ¿Qué pueden decir los que vienen detrás de ellos?<\/p>\n <\/p>\n Si has leído algunos libros de ellos, te darás cuenta que los relatos van desde lo más descriptivo posible (el relato de las expediciones al Everest de 1921-1924 son un ejemplo) hasta algo que parece no tocar un sitio definido, como las vivencias de Messner en solitario, que se hacen cada vez más interiores, más profundas y que son vividas muchas veces en cada montaña por personas completamente diferentes.<\/p>\n ¿Qué hiciste? Una escalada. ¿Qué es lo que quieres decir de lo que hiciste? Para la mayoría, esta segunda pregunta se reduce en contar todo<\/em> lo que vivieron. Y con todo, me refiero a todo<\/em>. Hay personas que me han mandado escritos de más de veinte páginas y unos pocos han llegado a la maravillosa cifra de 120 páginas. Hay que centrarse en la realidad: la experiencia puede ser la mejor de nuestras vidas, pero pocas personas están dispuestas a leer toda las situaciones tal como le fue dado vivirla al escritor.<\/p>\n <\/p>\n En fotografía, cuando se ve a través de la mirilla y se ve a la persona a la que se quiere fotografiar, comúnmente se le pone en mitad de la foto y se dispara. Cuando se ven los resultados, hay muchos objetos que se ven mucho mejor que la persona a quien queríamos fotografiar. Para ello, el fotógrafo tiene que aprender a quitar la “basura” de la posible foto o a utilizarla en su favor.<\/p>\n Es lo mismo en un escrito: de todo lo que viviste, quita la basura. A nadie le interesará el horario de los autobuses o lo rica que estuvo la comida salvo, claro, aquellos con los que fuiste. Para ellos y para ti esos detalles dicen algo. Pero si lo lees un año después, verás que esos detalles se han perdido y resultan “basura” que no te permite llegar a la esencia de lo que quieres decir.<\/p>\n Nadie te puede decir qué debes escribir. Eso lo decides tú. Después de todo, es tu vivencia y lo que tú experimentaste. Eso es irrepetible. Sin embargo, esa experiencia que ha sido única para ti no debería perderse en un texto que nadie lea o que sea uno como muchos otros. Un ejemplo de texto común que algunos han dado en llamar “crónica”::<\/p>\n “Nos reunimos el viernes y decidimos que la próxima salida sería a la montaña para el fin de semana completo. El sábado me levanté temprano, arreglé mi mochila y salí a tomar el transporte para llegar al lugar de la cita. Ahí estaban ya algunos pero no fui el último. De todas maneras, tuvimos que esperar a los demás. Tomamos el transporte y al llegar al pueblito desayunamos y tomamos un refresco…”<\/p>\n ¿Te atrapó este escrito? Si continúas así durante una sola página, el lector se habrá aburrido antes de que empieces realmente a subir la montaña. Pese a ello, proliferan este tipo de relatos. Las lee quien las escribe y unas cuantas personas más. Pero, ¿quién más?<\/p>\n <\/p>\n Si tu objetivo al escribir es hacer una bitácora de ese viaje específico, poco a poco te llenarás de muchos elementos que no son indispensables para la mayoría de la gente. Pero si tu objetivo es decirle a los demás lo impresionante que estuvo tu viaje, entonces habla de ello y no te detengas en describir el desayuno o los problemas de transporte. Los detalles irán apareciendo poco a poco, con imágenes, con narraciones de algunos sitios.<\/p>\n ¿Por qué no hablar del miedo que sentiste y que te estaba motivado a seguir? ¿Por qué dejar de lado el sueño que sentías o la pereza que te deba levantarte? Recuerda que es lo que viviste y tú no eres un personaje de novela ni un héroe. Mientras más humano y falible parezcas, más creíble será tu relato.<\/p>\n Si abundan las descripciones de desayunos, las representaciones de héroes que en un “último esfuerzo” evitan morir y salvan la situación, también son numerosas. Recuerda: eres tan mortal y falible como tus lectores y ellos han llegado a tu artículo esperando encontrar la forma de saber cómo alguien supera lo que ellos aún no han vivido o no se han atrevido a hacer.<\/p>\n No basta decir que un paisaje es bonito pues eso lo hace cualquier persona. Recuerda que todo lo que veas puede ser visto por alguien más. Entonces da tu propia visión, tu punto de vista. El Himalaya es grandioso, sí, pero quienes no han ido ni irán, no sabrán por qué si no les hablas de las nieves, de la gente, de los ríos enormes que se originan en la montaña, de los cientos y miles de metros que hay que subir hasta una cumbre, del esfuerzo que se necesita sólo para estar ahí.<\/p>\n
\n Tener algo qué decir<\/strong><\/p>\n
\n ¿Qué debo decir?<\/strong><\/p>\n
\n Trabajar con los redactores<\/strong><\/p>\n