{"id":12937,"date":"2007-09-12T00:00:00","date_gmt":"2007-09-12T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12937"},"modified":"2007-09-12T00:00:00","modified_gmt":"2007-09-12T00:00:00","slug":"el_paso_del_noroeste_a_vela","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2007\/el_paso_del_noroeste_a_vela\/","title":{"rendered":"El Paso del Noroeste"},"content":{"rendered":"
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El Babouche es poco común porque mide 7.5 metros de largo por 5 de ancho, tiene dos quillas y un velamen entre 52 y 120 metros cuadrados. Construido en plástico cubierto con kevlar y reforzado con fibra de carbono, pesa media tonelada vacío y ya con carga sólo mil kilogramos. Eso la hace una auténtica cáscara de nuez” en uno de los océanos más difíciles del mundo.<\/p>\n

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La ruta del Bobouche: el Paso del Noroeste<\/em><\/p>\n

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¿Una embarcación tan “frágil” navegando en el Ártico? ¿A vela? ¿Con esas condiciones de tiempo y en ese terreno tan peligroso para la navegación? Bien, ya les habían dicho en sus respectivos tiempos que eso era imposible a Nansen y a Heyerdhal y sin embargo, lo lograron.<\/p>\n

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Sí, navegando nada menos que el Paso del Noroeste, una vía que sólo ha sido recorrida pocas veces en toda la historia de la humanidad.<\/p>\n

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Cuando la navegación por los mares apenas comenzaba en su auge mayor después del descubrimiento de América, este continente se vio tanto como la promesa de una riqueza que parecía no tener fin. Pero también se vio como un obstáculo que había de ser superado para llegar al lejano oriente, específicamente a China.<\/p>\n

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Cuando la primera expedición que dio la vuelta al mundo llegó a puerto sin Magallanes, los marinos supieron que había una ruta muy al sur para llegar al oriente por mar. Pero era demasiado larga. Los geógrafos comenzaron a especular sobre la existencia de un paso, el Paso del Noroeste, que comunicaba Europa con Asia cruzando por encima de América.<\/p>\n

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Como el mundo no podía ser asimétrico, también debería haber un paso del noreste, que conectara al Atlántico con el Pacífico por encima de Asia y Europa. Ambos pasos fueron buscados por mucho tiempo, pero nadie tuvo éxito. Quienes navegaron primero en esas aguas fueron los inuit, pero no se sabe si lo atravesaron. Probablemente no.<\/p>\n

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Las exploraciones en la búsqueda del Paso del Noroeste llevaron poco a poco al descubrimiento de un océano que los fenicios habían descrito muy bien siglos atrás y que nadie creyó. Allá se habían topado con un lugar donde el agua era tierra y la tierra era agua y las dos eran aire. Todo era igual. Una visión tan cercana a los paraísos sólo corresponde al océano ártico: el agua es sólida y cuando nieva, el cielo es igual al agua y a la tierra.<\/p>\n

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El Paso del Noroeste no podía ser navegado con las embarcaciones con que se contaba entonces pues el hielo las abrazaba en cuanto comenzaba a congelarse el mar y no las dejaba irse. El abrazo era comúnmente mortal: la nave se hundía.<\/p>\n

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Hubo que esperar a que Fritdjof Nansen construyera el Fram<\/em> para tratar de alcanzar el Polo en un navío atrapado por el hielo a propósito. Entonces se dieron cuenta que navegar por cualquiera de los dos pasos del norte era factible. Y el primero que cruzó el Paso del Noroeste fue Roald Amundsen, entre 1903 y 1906. Años después, él y sus hombres, alcanzaban el Polo Sur, ganándoles la carrera a los ingleses.<\/p>\n

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Desde entonces, el Paso del Noroeste ha sido navegado por sólo 25 embarcaciones. Una de ellas, el Vagabond<\/em>, que fue la primera embarcación que cruzó ambos pasos. Y todos usaron motores para evitar los problemas. Aún quedaba por hacer el cruce del paso del Noroeste a pura vela, en un tiempo de bonanza de sólo dos meses.<\/p>\n

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Este fue el reto que el equipo del Babouche<\/em> se plantearon, así que el Babouche<\/em> comenzó a navegar con Sébastien Roubinet como tripulante desde Alaska hasta Groenlandia. Aunque se hicieron algunas pruebas desde 2006, la salida oficial fue el 19 de mayo a las 10:30 de la mañana. En las pruebas estuvo involucrado un equipo de trabajo: Eric André, Clément Giraud y Anne-lise Vacher-Morazzani. Sin embargo, el viaje completo lo haría sólo Sébastien.<\/p>\n

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Con sus 7.5 por 5 metros, Babouche<\/em> es un catamarán (embarcación de dos quillas) que puede navegar con rapidez en el agua y deslizarse con facilidad sobre el hielo. Pensando en este terreno, nació insumergible y muy ligero. Eso le da una velocidad de maniobra alta, necesaria para navegar por el ártico.<\/p>\n

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El Babouche<\/em> partió con un objetivo doble: hacer el primer recorrido del Paso del Noroeste en una embarcación a vela y hacer conciencia en el mundo de los problemas ecológicos a gran escala, como el calentamiento global. Y lograría eso al regresar a lo más básico. Como los montañistas, regresar a lo más sencillo (estilo alpino) es una forma que siempre estará a la punta.<\/p>\n

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Cuando Babouche tocó tierra en Groenlandia con Sébastien y Boris a bordo, se habían cumplido los objetivos del equipo de trabajo. De regreso a lo simple.<\/p>\n

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El domingo 9 de septiembre una embarcación poco común tocaba tierra en Groenlandia: el Babouche<\/em>. Había estado tres meses y 21 días navegando el Océano Ártico por encima de América para hacer el primer cruce del Paso del Noroeste, que tan sólo había sido cruzado 25 veces antes. <\/p>\n<\/td>\n

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