{"id":12571,"date":"2006-09-26T00:00:00","date_gmt":"2006-09-26T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12571"},"modified":"2006-09-26T00:00:00","modified_gmt":"2006-09-26T00:00:00","slug":"pagar_o_no_pasar_la_libertad_a_prueba","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2006\/pagar_o_no_pasar_la_libertad_a_prueba\/","title":{"rendered":"Pagar o no pasar: la libertad a prueba"},"content":{"rendered":"
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Cambiando de lugar, pero no de tema, en el Everest, hay una propuesta hecha por la compañía Himex a la CTMA (China\/Tibet Mountaineering Association<\/em>) para que la cara norte sea monopolizada por una compañía que obligará a cada ascensionista a 1) usar las cuerdas que coloque, cuando hasta el momento, todas las expediciones han usado cuerdas dejadas ahí por otros de forma gratuita;  2) contratar una seguro obligatorio para cubrir la transportación.<\/p>\n

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\"Everest,<\/p>\n

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Como Himex es una compañía que lleva gente a la cima del Everest, obviamente el costo de 500 dólares por persona no recaería en ellos, por lo que se posicionaría como un monopolio en la montaña más alta del mundo. Y recordamos la cita de Juan Oiarzábal: “Esa montaña (Everest) se volvió un circo hace años y está poniéndose peor. Y no tengo el más ligero interés en regresar ahí, nunca. Además, realmente trato de evitar leer qué está pasando ahí. Simplemente no me importa más.”<\/p>\n

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El Everest es un sitio de comercio para unas empresas y tratan de arrebatarle la libertad a quienes no quieren contratar una empresa. En Perú, los montañistas están obligados, por decreto, a contratar alguien para subir una montaña o hacer un paseo pero dejando manos libres a la minería. En el Mont Blanc, la libertad también se está poniendo en a prueba.<\/p>\n

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¿Hacia dónde va el montañismo? Si se sigue tratando de monopolizar sobre la montaña en aras del comercio, la libertad se verá enclaustrada y desde nuestro punto de vista, es precisamente esto lo defendible, pese a lo abstracto que es.<\/p>\n

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Hace pocos días, el alcalde de Saint Gervais hablaba de restringir seriamente el acceso al Mont Blanc porque la máxima cumbre de los Alpes está siendo deteriorada por la enorme cantidad de gente que anda en sus laderas. El impacto ambiental era la causa de ponerse a legislar sobre el tema, algo que a ningún montañista le gusta porque consideran que legislación y montañismo no se llevan de la mano. En principio la idea de legislar sobre este tema parece tener sentido pese a las protestas que ha habido sobre ello.<\/p>\n

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\"Mont<\/p>\n

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Sin embargo, no hace mucho, la reglamentación en el Parque Nacional Huascarán, en la Cordillera Blanca de Perú, está siendo tratada por el gobierno de ese país para lograr el aprovechamiento del parque con “objetivos primarios de conservación del PNH (protección, conservación y mantenimiento de la biodiversidad) con impactos negativos ambientales y sociales mínimos, que beneficie a las comunidades locales y contribuya a la sensibilización del visitante respecto de temas ambientales”.<\/p>\n

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Entre las acciones para lograr esto, estaba la restricción de paso a los montañistas en dos aspectos fundamentales: 1) deberían llevar siempre un guía de Huaraz y 2) no podrían ir a ningún lugar que no fuera estipulado. Por supuesto, los montañistas reaccionaron pero el furor se vio aplacado —o al menos postergado— con el tiempo que le lleva a la burocracia responder.<\/p>\n

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Sin embargo, aún a la burocracia tiene su fecha de vencimiento y el reglamento comenzó a funcionar después de la temporada alta en la Cordillera Blanca, así que habrá un largo año para que los montañistas se acostumbren a la idea y junten su dinero para pagar a “prestadores de servicios turísticos quienes se hacen responsables de la seguridad y comportamiento de los visitantes durante su permanencia dentro del PNH [Parque Nacional Huascarán] ”.<\/p>\n

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Las intenciones del reglamento parecen ser buenas porque todos los montañistas queremos disfrutar de un lugar protegido, seguro, limpio y siempre nuevo. Pero en el Parque Nacional Huascarán, decretado como tal en 1970, han venido funcionando varias empresas mineras, a quienes no se les acota la restricción pues esta actividad “dentro del parque proviene desde antes de la creación del área natural protegida y es por ello que se permite su permanencia.”<\/p>\n

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La pregunta entonces es: ¿quiénes formaron este decreto?<\/p>\n

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\"Huascarán\"<\/p>\n

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“Los principales miembros del Grupo de Trabajo Huascarán son:  el Instituto Nacional de Recursos Naturales INRENA, el Comité Peruano de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN, Instituto de Montaña, Fundación Pronaturaleza, Conservación Internacional, CARE – Perú, Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, Gobierno Regional de Ancash, Secretaría Ejecutiva Regional para Ancash y La Libertad del Consejo Nacional de Medio Ambiente CONAM, Dirección Regional de Energía y Minas Ancash, Asociación Urpichallay, Asociación de Municipalidades del Callejón de Huaylas, Universidad Nacional Santiago Antunez de Mayolo, Compañía Minera Antamina, Compañía Minera Barrick Misquichilca, Compañía Minera Mitsui Mining & Smelting Co., Proyecto Pallca, Compañía Minera Arequipa, Compañía Minera Toma la Mano, Compañía Minera Nueva California, Administración Técnica del Distrito de Riego Ancash, Instituto Nacional de Cultura, Duke Energy y el Comité de Gestión del Parque Nacional Huascarán.” (Parkswatch.com<\/a>)<\/p>\n

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Es decir: al menos ocho empresas mineras y ninguna agrupación de montañismo. Y eso pese a la nota de la UNESCO:<\/p>\n

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“Durante los últimos años se han expresado temores por las repercusiones de las actividades mineras en cierto número de sitios naturales y mixtos del Patrimonio Mundial, entre otros en el Parque nacional de Kakadu (Australia), el Parque nacional Lorentz (Indonesia), el Parque nacional Huascarán (Perú), el Parque nacional de Doñana (España) y el Parque del humedal de Santa Lucía (Sudáfrica).”<\/p>\n

UNESCO España<\/a><\/p>\n

UNESCO Cuba<\/a><\/p>\n

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El Parque Nacional Huascarán está localizado en la zona norte-centro del territorio peruano, en el departamento de Ancash, sobre un área de 340 mil hectáreas, en cuya superficie están una gran cantidad de montañas que son ascendidas anualmente por cientos de montañistas.<\/p>\n

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En Internet se ven pocas páginas que se declaran sobre el tema, al parecer poco difundido pese a que el decreto está on line<\/em>. <\/p>\n

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\"Alpamayo\"<\/p>\n

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Un argumento que ha sido usado por los montañistas de punta para debatir en torno al reglamento es que ellos entran a rutas que difícilmente pueden seguir guías de montaña. No hay que olvidar la diferencia entre el montañismo guiado y el montañismo deportivo, cuyas finalidades son muy distintas una de la otra: la primera es ofrecer un viaje todo asegurado y la segunda es ir siempre más lejos.<\/p>\n

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Difícilmente se encontrará a un guía que acepte ir a una pared de alta dificultad que no haya sido escalada nunca. El reglamento incluye un apartado que menciona que “Los expedicionarios que pretendan acceder a rutas de escalada que se encuentren zonificadas como zonas de protección estricta deberán obtener previamente una autorización especial de la Intendencia de Áreas Naturales Protegidas del INRENA.”<\/p>\n

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Sin embargo, no se trata sólo de escalar nuevas vías o de liberar las ya existentes sino de algo más importante: el espíritu de exploración se vería detenido por completo de esta forma. El montañismo guiado y reducido sólo a los lugares señalados, reduciría a nuestro deporte a la categoría de repetitivo y eliminaría toda creatividad, lo que le es más característico que el sólo alcanzar una cumbre.<\/p>\n

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Los montañistas peruanos solicitan que cada montañista que esté inconforme con el decreto, envíe correos a determinadas direcciones electrónicas. Alpinist<\/a><\/em> y Barrabés<\/a> <\/em>tienen un artículo sobre el tema y seguramente seguirán Desnivel<\/a><\/em>, Climbing<\/a>, Klettern<\/a><\/em> y otras más.<\/p>\n

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En los Alpes, los Andes y el Himalaya, se está legislando en torno al montañismo con el objetivo de que sea más seguro. Sin embargo, los motivos reales son otros. En el Everest, un monopolio, en la Cordillera Blanca, compañías mineras y en los Alpes… habrá que esperar para saber los motivos. Pero los montañistas no están de acuerdo con que se lucre con la libertad.<\/p>\n<\/td>\n

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