{"id":12547,"date":"2006-08-15T00:00:00","date_gmt":"2006-08-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12547"},"modified":"2006-08-15T00:00:00","modified_gmt":"2006-08-15T00:00:00","slug":"tres_cumbres_en_la_cordillera_blanca","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2006\/tres_cumbres_en_la_cordillera_blanca\/","title":{"rendered":"Tres cumbres en la Cordillera Blanca"},"content":{"rendered":"

\"Tres<\/p>\n

<\/p>\n

\"\"<\/div>\n

<\/p>\n

Para abreviar, en lo que el guía “no encontraba” el camino, Marco y Memo, con su guía Persi, nos alcanzaron y nos unimos para sacar los pasos difíciles. Como dije, las condiciones eran duras y empeoraron. Escalamos primero un paso de 30 o 35 metros pasando un puente de hielo de 30 cm y un pasito ligeramente extraplomado sobre la grieta. Saliendo de la escalada, el viento te goleaba muy fuerte las manos y pronto quedaban entumecidas, así que las cosas más sencillas, como asegurarse al piolet resultaban complicadas.<\/p>\n

<\/p>\n

\"Mark<\/p>\n

<\/p>\n

Después, ascender hasta el siguiente paso de escalada todo el tiempo bajo el azote del viento. Nos alcanzó un japonés que subía en solitario pero que a partir de allí se unió al grupo. El segundo paso era de un largo de 60 metros,  una travesía a la izquierda de varios metros para luego escalar unos 15 metros y después llegar caminando a la cima.<\/p>\n

<\/p>\n

\"En<\/p>\n

<\/p>\n

El domingo 23 de julio salí sin demora al campamento base de la quebrada del Ishinca en un taxi a Paspa compartido con Mark, un inglés muy buena onda. De allí, 18 kilómetros de trekking (al menos eso dicen, pero no me pareció tanto)  al campo base. Para no hacer el cuento largo, al día siguiente subí el Urus (5,495 metros) con calma y solo.<\/p>\n

<\/p>\n

\"En<\/p>\n

<\/p>\n

Tiene un glaciar pequeño en comparación a las otras montañas que subí pero más profundo y complejo de los que había visto antes, unas cuantas grietas de respeto y unos cuantos pasos de mixto al final, muy divertidos, un tanto expuestos en lo que parece una pirámide de piedra y hielo. La cima es repentina. Cuando estás esperando el siguiente paso en mixto ya llegaste, la vista es muy buena.<\/p>\n

<\/p>\n

\"Ishinca\"<\/p>\n

<\/p>\n

Todo se ha dado de forma apresurada, y en muchos momentos he dudado de realizar este viaje. Como siempre, el azar ha tomado un papel fundamental y eso en el fondo me agrada, sobre todo cuando he platicado con personas allá, que sus expediciones se han planificado incluso durante años y sin lograr sus objetivos, otras con menos planificación y todas con esa gran emoción de alcanzar algo que se ha soñado. <\/div>\n

<\/p>\n

 <\/div>\n

<\/p>\n

\"Campo<\/p>\n

<\/p>\n

Salí el viernes 21 de julio con mucha emoción, mucho desconocimiento y con muchos buenos consejos, pero sobre todo con el apoyo de personas que estimo sobremanera. Llegué a Lima por la tarde y fue una dificultad para encontrar boleto a Huaraz. Sufrí lo que creí en su momento una injusticia, pero me sobrepuse. Como siempre las cosas pasan por algo. Finalmente llegué a Huaraz el sábado por la madrugada, donde fui recibido por Milú, quien se convertiría en mi mentora.<\/p>\n

<\/p>\n

\"Urus\"<\/p>\n

<\/p>\n

<\/p>\n

Tuve que adaptarme a la situación, pues el hotel que supuestamente podría ocupar estaba "full", lo cual resultó mejor porque fui acogido en "la casa de los mexicanos", algunos sin duda sabrán a lo que me refiero, allí conocí a algunos montañistas que escalan duro y tienen proyectos que despiertan mi más alta admiración y me recordarían en más de un sentido que en esto sólo soy un recién llegado.<\/p>\n

<\/p>\n

\"Glaciar<\/p>\n

<\/p>\n

Durante el día me di a la tarea de investigar y definir que podía hacer en solitario y qué seis mil estaba a mi alcance dada mi situación. El resultado fue que intentaría el Urus e Ishinca, que servirían de paso como aclimatación. Tendría que pagar un guía para el Tocllaraju, para la primera semana y, si todo iba bien, intentar otro seis mil más complicado que me llevaría cuatro o cinco días.<\/p>\n

<\/p>\n

\"Desde<\/p>\n

<\/div>\n

<\/p>\n

El martes intenté el Ishinca (5,500 metros). En teoría saldríamos Mark, Marco, Olivia, Paul y Memo (unos mexicanos que llegaron el lunes) y tal vez   Cristina, una mexicana de Zacatecas que es toda una historia. Al final sólo salimos Mark y yo (o el “Sr. González”, como él me llamaba por aquello del ratón de las caricaturas).<\/p>\n

<\/p>\n

\"Ishinca\"<\/p>\n

<\/p>\n

Pronto nos separamos, tal como lo habíamos previsto, ya que él se estaba aclimatando mal y yo me sentía bastante bien. De hecho, durante todo el viaje no tuve tomar ni una aspirina. La caminata de aproximación fue larga, y encontrar el camino de madrugada difícil. Mark siguió mis huellas y mi lámpara y no se le complicó. En cambio, yo tuve varias confusiones temporales y tuve que regresar sobre lo andado.<\/p>\n

<\/p>\n

\"Nevado<\/p>\n

<\/p>\n

Antes de entrar al glaciar hay una sección de acumulación de piedras enormes donde hay grietas en la tierra y se escucha pasar el agua del deshielo pero no se ve una gota. A diferencia del Urus, en el Ishinca una vez estando en el glaciar, todo el tiempo se ve la cima. En cierto sentido es como el Pico de Orizaba pero hay un buen de grietas y tiene un paso al final algo difícil por lo expuesto. Subí sin novedad lo que está descrito en los libros como una montaña de "aclimatación". Sin embargo, el tiempo empezó a descomponerse y para cuando llegué a la cima estaba nevando ligeramente.<\/p>\n

<\/p>\n

\"En<\/p>\n

<\/p>\n

No tardé mucho: unas fotos y para abajo. Temí que se borraran las huellas. Abajo encontré a Mark, le comenté del clima pero no le importó, estaba decidido a llegar a la cumbre, así que subí de nuevo para acompañarlo. La visibilidad era mala. Sin novedad hasta arriba y en la bajada, pues, nos agradecemos el volver a subir juntos.<\/p>\n

<\/p>\n

\"En<\/p>\n

<\/p>\n

El miércoles 26 de julio subí al campo alto del Tocllaraju (6,034 metros). Me sentía fuerte. Con calma subimos en dos horas lo que el guía William consideraba un trecho de cuatro a cinco horas. El tiempo, mucho más descompuesto, me preocupaba. Unas horas después ya nevaba. La gente arriba nos comentaba que las condiciones habían estado malas, que se despejaba un poco y luego nevaba o granizaba.<\/p>\n

<\/p>\n

\"En<\/p>\n

<\/p>\n

El jueves a las dos de la mañana empezamos el ascenso. Desde que salimos había neblina con visibilidad de cuatro o cinco metros, sin huella en la nieve por las nevadas en la noche. Así que a abrir huella. Empezó a nevar y a granizar, el viento comenzó, todo se volvió complicado. Además, el guía apostó a que yo abandonaría por las condiciones y jugó a pasearme por el glaciar esperando a que desistiera del asunto. Pero no sucedió. Tomé una foto y para mi sorpresa la cámara dejó de funcionar: el lente estaba atascado de nieve.<\/p>\n

<\/p>\n

\"El<\/p>\n

<\/p>\n

Escribirlo ahora es fácil pero fue muy pero muy duro. En más de una ocasión temí por mi vida y no sin razón, sobretodo en la última parte, donde cometí un grave error. Sólo tomé una foto por que se congeló de nuevo la cámara, en el cambio de manos con el japonés.<\/p>\n

<\/p>\n

Me permito compartir con ustedes un fragmento textual de mis impresiones de la cima del Tocllaraju en mi diario de viaje:<\/p>\n

<\/p>\n

\"El<\/p>\n

<\/p>\n

Las cumbres que he visitado han sido todas distintas. La del Tocllaraju, sin embargo, es muy especial, pues en todas las anteriores he llegado y he pensado “¿Cómo? ¿Tan rápido? ¿No podría costarme mas esfuerzo?” Y estando arriba me han regalado hermosas vistas aunque sea por momentos. Al Toclla, en cambio, llegue dando gracias, temiendo por mi vida, reventando en toda clase de emociones y sin nada que ver mientras en las anteriores llegué vacío y con tanto que ver. Acá llego lleno por dentro, desbordado y no veía algo y en el fondo no fue necesario, la mirada cambió hacia dentro…<\/em><\/p>\n

<\/p>\n

\"Campo<\/p>\n

<\/p>\n

No los aburriré mucho más, concluiré contándoles, que la neblina y el viento sólo cedieron hasta que descendimos los dos trechos de rapel y se abrió por poco el cielo. Al llegar al campamento alto empezamos a levantarlo y volvió a nevar y granizar. Continuamos el descenso al Base, adonde llegamos a las 4:30 de la tarde. Así fueron llegando más tarde Marco, Memo y el japonés. Hasta el día siguiente apareció un par de ingleses que intentaron cumbre el mismo día que nosotros.<\/p>\n

<\/p>\n

\"En<\/p>\n

<\/p>\n

El viernes llegué a Huaraz, el clima empeoró y decidí adelantar mi vuelo a México. El sábado me encontré en el aeropuerto con una expedición mexicana conformada por algunos conocidos en la montaña que intentaron el Alpamayo. El mal clima nos le permitió hacer mucho. Compartimos experiencias y platicamos con gusto.<\/p>\n

<\/p>\n

\"En<\/p>\n

<\/p>\n

Regresé a México con mis tres pequeños logros. Sin frustrarme. Tranquilo. Con muchos nuevos amigos y con muchas ganas de regresar al Perú y su Cordillera Blanca.<\/p>\n

<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\n\n\n
\n

La Cordillera Blanca en el Perú es el destino de muchos montañistas en los meses de junio a agosto. Pero, ¿qué subir y, sobre todo, yendo solo? Martín Meraz elige tres montañas: dos que le servirán para aclimatarse y una que le dejará una vivencia que no olvidará, como ninguna de las tres montañas.<\/p>\n<\/td>\n

\n
\"\"<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

<\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1235,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1015],"tags":[],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-3gn","_links":{"self":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12547"}],"collection":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1235"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12547"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12547\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12547"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12547"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12547"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}