{"id":12444,"date":"2005-10-10T00:00:00","date_gmt":"2005-10-10T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12444"},"modified":"2005-10-03T00:00:00","modified_gmt":"2005-10-03T00:00:00","slug":"algunas_consideraciones_acerca_del_montanismo_actual_en_el_himalaya","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2005\/algunas_consideraciones_acerca_del_montanismo_actual_en_el_himalaya\/","title":{"rendered":"Algunas consideraciones acerca del montañismo actual en el Himalaya"},"content":{"rendered":"
\"\"Subir un ochomil no es como subir una montaña de los Andes. Abstracción hecha del tema de la altura, existen otras cuestiones que convierten a ésta en una actividad aparte. Las diferencias comienzan en la ciudad: permisos que cuestan una fortuna y una burocracia interminable (y tanto más si el destino de uno es China).<\/p>\n

Ya en la montaña uno comprende el significado del rótulo “Expedición”: toneladas de equipo “necesario” para montar un campamento base cuasi urbano que permite “asediar” la montaña durante largo tiempo, subiendo y bajando para ello de sus laderas cuantas veces sea necesario. <\/p>\n

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Toda esta infraestructura supone una caravana de yaks y, para los más ortodoxos, lujos que van desde porteadores de altura que instalan campamentos donde sea hasta campos base con grupo electrógeno, luz, música, teléfono e Internet. Y esto no es percibido, excepto por las “elites”, como un estilo preferible sobre otros sino como la única opción. <\/p>\n

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“No se puede subir un ochomil de otro modo”, me dijeron. Aún cuando en el Cho Oyu el Campamento Base Avanzado (CBA) se halla a una altura en la cual no hay confort que detenga el proceso de deterioro del cuerpo y las largas estadías en él resultan indudablemente contraproducentes a pesar de la contraria ilusión generalizada. <\/p>\n

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Y se debe considerar además que del lado tibetano las aproximaciones no son de más de dos o tres días. “Y… pero tenés que aclimatar en el CBA sin cocinero…” Tres o cuatro días en una North Face<\/em>, ¡qué espanto! Y… “Pero tenés que montar y desmontar tus campamentos…” <\/p>\n

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Te invito a los Andes. Subir un ochomil se ha convertido, en definitiva, en un ejercicio para aristócratas de la montaña, que no pueden vivir 20 días sin cocinero. <\/p>\n

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Esta filosofía genera campamentos que parecen ciudades, enormes basurales y contaminación de todo tipo, comenzando por la de la experiencia. Se altera en definitiva la esencia del deporte, aquella de llegar donde quiero ir por mis propios medios y llevando lo mío, que me cuesta y por ende lo valoro y debe ser no más que lo indispensable. <\/p>\n

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Quizás el único ejemplo de algo parecido a esto que describo en nuestras montañas sea el Aconcagua. Quizás quien esté leyendo esto se pregunte: “¿Y éste que es, un talibán del purismo montañístico?” No. Sólo soy un tipo hecho a andar por los Andes salvajes shockeado por la experiencia de ver los Himalayas domesticados. <\/p>\n

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\"\"Todo esto afecta también la libertad de decisión. Las montañas en general ofrecen una “línea natural”, por donde ascenderlas resulta más simple y directo. Allí se constituyen habitualmente las rutas normales. En los ochomiles están tapizadas de cuerdas fijas. Es decir que para ascender a una cumbre hace falta sólo un par de buenas piernas y saber jumarear. No es necesario “pensar” la montaña, no importa la calidad del ascenso, sólo basta bajar la cabeza y seguir como un cordero un recorrido diseñado por otros. <\/p>\n

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Si bien en su gran mayoría las cuerdas pueden ser simplemente evitadas e ignoradas, excepto desde el punto de vista de la contaminación visual, existen ciertos pasos en donde o se las utiliza o se las pasa por encima. Intentar ignorarlas no siempre resulta agradable a la corriente de gente que por ellas se desplaza. <\/p>\n

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—Ayer un imbécil subió en piolet tracción el serac y me tuvo 15 minutos esperando abajo— me comentaron. <\/p>\n

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El imbécil era yo. <\/p>\n

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Todo esto dejando de lado el hecho de que una de las mayores causas de accidentes en el Himalaya son las caídas de (con) cuerdas fijas viejas o mal colocadas. Para evitar estas “facilidades” la única alternativa son las nuevas rutas, las caras inhóspitas, las temporadas más hostiles. Y eso, naturalmente, queda reservado para quien ya conoce cómo su cuerpo funciona a esa altura y está dispuesto a la soberbia de ignorar la vía natural que ofrece la montaña.<\/p>\n

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\"\"Es decir que la cosa funciona así: el primero que llega disfruta de la libertad de subir el cerro a su aire, pero como la lógica incuestionable del “asedio” lo impulsa a instalar enormes campamentos y kilómetros de cuerdas fijas, precisa de un ejército de yaks y porteadores. Para quien quiera subir estas montañas en estilo puramente alpino no hay lugar en sus rutas normales en las épocas más razonables. Son hermosos cerros cuyo interés ha sido menoscabado por el negocio de lo masivo.<\/p>\n

Yo no soy un gran lector de temas de montaña, y creía que el estilo de las grandes expediciones de la década de 1950 había caducado en favor de ascensos de estilo más alpino. No es así. Una forma comercial de la gran expedición es lo que está en boga, y goza de una salud inmejorable dada la concepción de incuestionable que tiene a ojos de la enorme mayoría de los montañistas que van por allá. <\/p>\n

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Esto naturalmente facilita que mucha gente no preparada acceda a la montaña, con la ya conocida alta tasa de accidentes —los cuales también en muchas oportunidades alteran la experiencia propia—. Pero por otro lado no implica que la cantidad de gente que hace cumbre sea igualmente alto. Es decir que este estilo facilita que mucha gente ande por la montaña, no que mucha haga cumbre. <\/p>\n

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A modo de ejemplo, durante el tiempo que nosotros estuvimos en el Cho Oyu, había 200 montañistas en el cerro, y cuando nos fuimos sólo 13 habíamos hecho cumbre. La otra cara de la moneda son los “esponsoreados” : no pueden fallar, lo único que importa es la foto en la cumbre; casi no disfrutan y como “todo vale”, contribuyen en gran parte a la polución. <\/p>\n

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\"\"Yo, invitado a una expedición ya organizada, fui en parte víctima de este confortable estilo. En principio intenté sin éxito apostar un dinero que no tenía a que era posible subir una montaña como el Cho Oyu desde el vehículo sin apoyo alguno, quizás debiendo hacer un porteo al CBA. Luego, a decir verdad, tuve la posibilidad de mantener mi independencia y no contratar yaks ni porteadores, pasar de las cuerdas fijas (o en casos extremos utilizarlas sólo como seguro) y minimizar al máximo las idas y vueltas entre el C1 y el CBA, así como el tiempo de permanencia en ese campamento. <\/p>\n

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Sin embargo, dado que habíamos comprado toda la comida de base en conjunto y ellos habían contratado tal servicio, tuve que someterme al falso confort de la carpa cocina\/comedor en el CBA. Éticamente no es ni mejor ni peor que un refugio, pero genera una serie de inconvenientes que, al menos desde mi punto de vista, daban al tema un balance negativo. No obstante, para ser justo, nada de esto era grave. Más molestaban los basurales, los despojos de cuerdas fijas, el robo de equipos y bienes, el negocio omnipresente y determinante. <\/p>\n

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Subir el Cho Oyu por su ruta normal en el post-monzón no es en estos días un logro del montañismo ni mucho menos. Fue sólo tener una oportunidad. De hecho muchos montañistas argentinos no lo han subido simplemente porque no la han tenido. Cuando me preguntan si vale la pena ir hasta allá, contesto que en Argentina tenemos 4,000 kilómetros de Andes, de los cuales el 90% está esperando ser descubierto. No hay basura ni amontonamientos ni polución. <\/p>\n

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Sin embargo ahora yo iría al Everest. Eso sí, me gustaría hacer algo diferente. <\/p>\n

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Subir un ochomil se ha convertido, en definitiva, en un ejercicio para aristócratas de la montaña, que no pueden vivir 20 días sin cocinero. Esta filosofía genera campamentos que parecen ciudades, enormes basurales y contaminación de todo tipo, comenzando por la de la experiencia. Se altera en definitiva la esencia del deporte, aquella de llegar donde quiero ir por mis propios medios y llevando lo mío, que me cuesta y por ende lo valoro y debe ser no más que lo indispensable.<\/em><\/p>\n<\/td>\n

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