Clint Willis. Al l\u00edmite 2. Historias de supervivencia en roca, nieve y hielo. <\/i>Ediciones Desnivel, Madrid. 2003. 204 p\u00e1ginas. ISBN: 84-96192-15-6<\/p>\n\n\n
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…ma\u00f1ana, la vida empezar\u00eda de nuevo y se nos acabar\u00eda la tregua.<\/p>\n
Daniel Duane<\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n
A ra\u00edz de la muerte de Alex Lowe en el Shisha Pangma, Clint Willis se pregunta qu\u00e9 tendr\u00e1 de atractivo el monta\u00f1ismo y, en espec\u00edfico, la escalada. "Tal vez visitemos las monta\u00f1as para ofrecerle nuestros respetos a la muerte, que no es ni m\u00e1s ni menos que una p\u00e9rdida, y a la vida, que del mismo modo supone una serie de p\u00e9rdidas…" (p. 11)<\/p>\n
Fuera del objetivo que Willis se plante\u00f3 al reunir los textos para esta antolog\u00eda, se pueden encontrar en ellos diversos puntos de vista sobre la escalada: un rescate, una escalada en solo integral que pudo haber terminado en tragedia, la misma tragedia del Cervino con Whymper y muchos m\u00e1s. Es entonces que uno reconoce que si los textos publicados en una revista pueden pasar desapercibidos para muchos si no se hace este tipo de compilaciones.<\/p>\n
De los relatos m\u00e1s importantes que se refieren al objetivo de Willis est\u00e1 en primer lugar, el de David Roberts, "Momentos de duda", un texto donde el autor se remonta a los a\u00f1os en que comenzaba y los accidentes que han sucedido a su alrededor, incluso a su compa\u00f1ero de cordada, para preguntarse si "eso" val\u00eda la pena. Pero termina diciendo:<\/p>\n
"…cuando trato de responder a mi propia pregunta sobre si vale la pena, dudo entre considerar rid\u00edcula la pregunta y tratar de hallar una respuesta magistral, y siempre regreso, por muy sentimental y ego\u00edsta que sea, a un s\u00ed<\/i> visceral como respuesta… En las monta\u00f1as han tenido lugar algunos de los peores momentos de mi vida… Pero en ning\u00fan otro lugar de la tierra, ni siquiera al abrigo del amor mutuo, he sentido c\u00f3mo la pura felicidad se adue\u00f1aba de m\u00ed y me acariciaba como a un cachorrillo, haciendo que yo, y los conspiradores con los que hab\u00eda llegado all\u00ed, nos encaram\u00e1ramos a un resalte de roca o de nieve con la incertidumbre a nuestros pies y nos jact\u00e1ramos de nuestras balandronadas gritando al cielo. Entonces mereci\u00f3 la pena." (David Roberts, cit. en p. 29)<\/p>\n
Uno m\u00e1s que realmente mueve la conciencia es el de John Long, en una escalada en solo integral, donde, trepado en un lugar de donde no puede bajar y siente que tampoco podr\u00e1 subir, reflexiona:<\/p>\n
"…comprendo cu\u00e1l es la \u00fanica blasfemia: arriesgar mi propia vida." (Joh Long, p. 201)<\/p>\n
Para Greg Child,<\/p>\n
"El Everest siempre ha sido un deporte aparte del resto del monta\u00f1ismo. Hay un tipo de alpinista que s\u00f3lo se interesa por esta monta\u00f1a y que est\u00e1 dispuesto a pagar in dineral… Es el no va m\u00e1s de un viaje de aventuras y la m\u00e1s emocionante de las citas a ciegas, pues hasta que no llegas a Katmand\u00fa no conoces a tus compa\u00f1eros." (Greg Child, cit. en p. 34)<\/p>\n
Pero salvo este art\u00edculo que ya dejaba ver los problemas de las expediciones comerciales en el Everest en 1995, esta vez, Willis se ha quedado en las monta\u00f1as m\u00e1s "accesibles" por una raz\u00f3n muy simple:<\/p>\n
"…son pocos los escaladores que desean asumir los riesgos del monta\u00f1ismo extremo en lugares como Alaska o el Himalaya… La mayor\u00eda de los escaladores obtienen lo que buscan en terreno m\u00e1s seguro." (p. 10)<\/p>\n
As\u00ed que busca la motivaci\u00f3n del escalador, del monta\u00f1ista, en personas que se han destacado, pero no en paredes legendarias y remotas, sino pr\u00e1cticamente "en casa".<\/p>\n
De entre todos, quiz\u00e1 el que menos tenga que ver con el tema principal del libro es un relato de H. G. Wells titulado "Mami sube al MÃ¶rderberg", un cuento de excelente calidad que vale la pena leer por su sutil sarcasmo (y hay que poner cuidado en los nombres en alem\u00e1n, pues todos tienen un significado).<\/p>\n
La antolog\u00eda en s\u00ed es buena, aunque no excelente como la primera, pero de mejor nivel que la segunda (Hielo, historias de supervivencia en la exploraci\u00f3n polar<\/i>). Sin embargo, debe hacerse la aclaraci\u00f3n de que esta vez no se trata de una colecci\u00f3n de relatos de supervivencia, algo que es irritante desde el comienzo.<\/p>\n
De nueva cuenta, el autor se limita a los casos editados en lengua inglesa, sin tomar casos igualmente importantes de otros pa\u00edses que tambi\u00e9n han sido publicados.<\/p>\n

\n ERRATAS<\/b><\/p>\n
P\u00e1gina 58, l\u00ednea 3, parece faltar un espacio de informaci\u00f3n.<\/p>\n
P\u00e1gina 59, final del cuarto p\u00e1rrafo, dice: "…el Pilar Bonatti del Petit Dru, obra de Walter Bonatti , quien la abri\u00f3 en solitario y en cinco d\u00edas, en 1953." LA v\u00eda Bonatti, como ahora se le conoce, fue abierta hasta 1955, un a\u00f1o despu\u00e9s de que Bonatti estuviera en el K2.<\/p>\n
P\u00e1gina 115, l\u00ednea 2 de la entrada al art\u00edculo, dice: "…guarda de monta\u00f1a en los Tetones". Debe decir: "…los Tetons".<\/p>\n
P\u00e1gina 133, l\u00edneas 8-9, dicen: "…pero una vez que llegara, me revelar\u00eda." Debe decir: "me rebelar\u00eda".<\/p>\n
P\u00e1gina 147, final de la entrada del art\u00edculo, dice: "…la Salath\u00e9 Wall, v\u00eda de novecientos metros en el Capit\u00e1n, Yosemite." El Capit\u00e1n tiene en efecto 900 metros pero la propia v\u00eda Salath\u00e9, con todos los cruces sobre la pared que tiene, mide m\u00e1s de mil metros.<\/p>\n<\/div>\n
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\n La escalada conlleva riesgo y cuando un alpinista muere las conciencias de quienes están alrededor se estremecen y se la pregunta de si vale la pena ir allá arriba estremece a todos. Clint Willis presenta aquí una antología de textos que, lejos de tratarse de supervivencia, son de motivaciones verdaderas y auténticas. Quienes han escrito se han visto conmocionados por ese \u201c\u00bfVale la pena?\u201d<\/p>\n<\/td>\n
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