{"id":11920,"date":"2003-08-01T00:00:00","date_gmt":"2003-08-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11920"},"modified":"2013-02-18T12:15:02","modified_gmt":"2013-02-18T18:15:02","slug":"mal_de_altura_a_la_pantalla_","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2003\/mal_de_altura_a_la_pantalla_\/","title":{"rendered":"Mal de altura, a la pantalla"},"content":{"rendered":"
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En 1996, un grupo de hombres y mujeres llegaban a la cima del Everest por la ruta del Collado Sur. Una tormenta que se formaba en lo bajo de la monta\u00f1a los sorprendi\u00f3 y varios murieron. Esta fue la primera tragedia que llegaba a dominio p\u00fablico con todos sus detalles en el mismo momento en que se estaba desarrollando por la magia de Internet, incluyendo la muerte de Rob Hall en la cumbre sur y su llamada telef\u00f3nica privada a su mujer, que fue radiada a todo el mundo.<\/p>\n

Dicho en las palabras de otra persona, “”Informar” es un t\u00e9rmino generoso para definir lo que algunos de los miembros de la expedici\u00f3n hac\u00edan en los comunicados por Internet. Despotricar es m\u00e1s adecuado. “Despotrinet” lo llam\u00f3 Iv\u00e1n, nuestro m\u00e9dico…” (K2, la lucha de una mujer por la cumbre<\/i>, p. 210) <\/p>\n

Pero si esto lo hizo conocido, cuando apareci\u00f3 el libro de Jon Krakauer, Mal de altura<\/i> (Into the thin air<\/i>) tuvo un alcance m\u00e1s amplio. En su libro, Krakauer menciona: “De los seis alpinistas del grupo de Hall que llegamos a la cima, s\u00f3lo Mike Groom y yo bajamos sanos y salvos: cuatro compa\u00f1eros de equipo… perdieron la vida…. La mancha que ello ha dejado en mi conciencia no es algo que pueda borrar con unos meses de aflicci\u00f3n y remordimiento.” (p. 323) <\/p>\n

Un grupo comercial m\u00e1s era el de Scott Fischer, quien se hab\u00eda hecho de un grupo de excelentes gu\u00edas, entre ellos Anatoli Boukreev, de origen ruso. Y Mal de altura<\/i> parece destinado a golpear a Boukreev como uno de los culpables indirectos de la tragedia porque ascendi\u00f3 sin ox\u00edgeno. Boukreev, por su parte, escribi\u00f3 otro libro: Everest 1996<\/i>, en donde da su versi\u00f3n, m\u00e1s t\u00e9cnica, aunque la primera mitad del libro se pasa defendi\u00e9ndose de los ataques emitidos por Krakauer. <\/p>\n

<\/a>Hace pocos d\u00edas vi la pel\u00edcula llamada Camino a la cima: muerte en el Everest<\/i>, aparecida en 1997 como una serie de programas para televisi\u00f3n. Supuestamente basada en el libro de Krakauer, la pel\u00edcula no tiene nada que ver con los hechos narrados por el mismo Krakauer o por Boukreev y se convierte en una pel\u00edcula de mala calidad y con hechos distorsionados de tal manera que Krakauer se convierte en un h\u00e9roe y su grupo en v\u00edctimas de la irresponsabilidad del grupo de Fischer y de la apat\u00eda de Boukreev. <\/p>\n

Una escena llam\u00f3 mi atenci\u00f3n: En el Escal\u00f3n Hillary, un sherpa y el personaje que hace de Krakauer deciden poner las cuerdas fijas. Eso me hizo revisar Mal de altura<\/i> y hall\u00e9 lo siguiente: <\/p>\n

“A eso de las 11:40, Beidelman pregunt\u00f3: “Oye, Ang Dorje, ¿vas a poner las cuerdas o qu\u00e9?” La respuesta del sherpa fue un r\u00e1pido “no”; quiz\u00e1 porque ninguno de los sherpas de Fischer estaba all\u00ed para echar una mano. Cada vez m\u00e1s alarmado por la multitud reunida en la antecima, Beidelman habl\u00f3 con Harris y Boukreev y los inst\u00f3 a instalar las cuerdas entre los tres; al o\u00edrlo, me ofrec\u00ed a ayudarlos.” (p. 224) Al final, Boukreev se adjudic\u00f3 el honor (era el \u00fanico que hab\u00eda escalado previamente el Everest), con Beidelman dando cuerda, el ruso hizo un magn\u00edfico trabajo de ascensi\u00f3n.” (p. 225) <\/p>\n

<\/a>Uno se puede preguntar si la pel\u00edcula es producto de la fantas\u00eda de Hollywood, que hace llegar a la cima a todos en cinco d\u00edas sin etapas de aclimataci\u00f3n y adem\u00e1s por la cara norte. Bien puede ser, pues una producci\u00f3n en el Everest ser\u00eda muy cara. Pero lo que no ha dejado de molestarme es la frase “basada en el libro de Jon Krakauer”. Eso significa que el autor, siguiendo los r\u00edgidas reglas de derechos de autor, tuvo que estar de acuerdo en la filmaci\u00f3n de la secuencia, lo que no dice mucho a favor suyo, sobre todo despu\u00e9s de haber escrito: <\/p>\n

“Mi intenci\u00f3n en aquel art\u00edculo [en Outside Magazine<\/i>], y todav\u00eda m\u00e1s en este libro, era contar lo que ocurri\u00f3 en el Everest con la m\u00e1xima precisi\u00f3n y honestidad posibles, y hacerlo de manera respetuosa. Creo firmemente que alguien ten\u00eda que contar la historia.” (Mal de altura<\/i>, p. 343) <\/p>\n

La historia ha llegado ya a un p\u00fablico muy amplio y los “buenos” resultaron ser los estadounidenses, mientras los “malos” estuvieron representados por un ruso. Entre ambos extremos, todos los dem\u00e1s fueron v\u00edctimas. Pero vale recordar que Anatoli Boukreev recibi\u00f3 el premio Memorial David A. Sowles, del American Alpine Club el 6 de diciembre de 1997. El premio se otorga a aquellas personas que “se han distinguido, con generosa devoci\u00f3n, con riesgo personal o con el sacrificio de un importante objetivo, acudiendo en ayuda de sus compa\u00f1eros escaladores”. A Boukreev se le dio por su labor realizada en el Everest el 10 de mayo de 1996. <\/p>\n\n\n
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