Entre monta\u00f1eros, el hecho de que el K2 vaya en la lista despu\u00e9s del Everest como cima m\u00e1s alta del mundo por 239 metros de diferencia suele considerarse un simple desliz, prueba de la divina injusticia.<\/p>\n

Heidi Howkings<\/p>\n

\n Yo no ten\u00eda miedo. Lo cual, seg\u00fan el tradicional c\u00f3digo de prudencia de nuestro deporte, significaba que hab\u00eda llegado el momento de dejarlo, pues el miedo es el factor que preserva la vida del escalador.<\/p>\n

Heidi Howkings<\/p>\n

\nNosotros, en nuestra calidad de aventureros, dominamos nuestros miedos at\u00e1vicos, actuamos bajo presi\u00f3n y aceptamos con entusiasmo una vida al l\u00edmite de la supervivencia. No demostramos nuestra val\u00eda midi\u00e9ndonos contra una escala relativa de habilidad o m\u00e9rito, sino contra la certeza del riesgo y nuestra fragilidad existencial.<\/p>\n

An\u00f3nimo<\/p>\n

\nEn la monta\u00f1a, la muerte, igual que la vida, no es un asunto privado.<\/p>\n

Heidi Howkings<\/p>\n

\nAguzar las habilidades de escalada en hielo en un cubo de dos pisos de altura no tiene nada que ver con ascender pacientemente una fr\u00e1gil e inestable cascada de hielo de la que pueden desprenderse en cualquier momento muchos cubos de hielo de dos pisos de alto. La primera actividad te llena de orgullo por la autodisciplina y te procura la agradable sensaci\u00f3n de haber logrado algo; la segunda te deja esa sensaci\u00f3n hormigueante del vello erizado cuando piensas lo fr\u00e1gil que es la vida.<\/p>\n

Heidi Howkings\n<\/div>\n

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Yo no tenía miedo. Lo cual, según el tradicional código de prudencia de nuestro deporte, significaba que había llegado el momento de dejarlo, pues el miedo es el factor que preserva la vida del escalador.<\/p>\n