{"id":11743,"date":"2000-12-01T00:00:00","date_gmt":"2000-12-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11743"},"modified":"2012-11-18T19:11:15","modified_gmt":"2012-11-19T01:11:15","slug":"desde_el_lago_del_cielo","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2000\/desde_el_lago_del_cielo\/","title":{"rendered":"Desde el Lago del Cielo"},"content":{"rendered":"
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Vikram Seth. Desde el lago del Cielo. Viajes por Sinkiang, T\u00edbet y Nepal<\/i>. Ediciones B (Biblioteca Grandes Viajeros), Barcelona. 1998, 288 p\u00e1ginas. ISBN: 84-406-8377-4<\/p>\n\n\n
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Incluso tras haber estado en \u00e9l, el T\u00edbet me sigue pareciendo “un lugar que me gustar\u00eda visitar”.<\/i><\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

Un viaje por los lugares de China que no son f\u00e1cilmente permitidos a los turistas es dif\u00edcil de hacer por el fuerte control que las autoridades ejercen sobre el turismo. Virkam Seth, de nacionalidad india, en un viaje al Lago del Cielo, en el lejano oeste de China, se enfrenta a la incomodidad de este sistema de viajar:<\/p>\n

“…el cariz del viaje empieza a preocuparme. Est\u00e1 bien organizado: el transporte, la comida, el alojamiento, los gu\u00edas… la comodidad de no tener que ocuparse de esos aspectos pr\u00e1cticos ha conllevado dos clases de restricciones. <\/p>\n

“La primera es inherente a un viaje en grupo y, en realidad, a cualquier forma de actividad grupal organizada: la imposici\u00f3n a los participantes de una disciplina, una puntualidad…sin embargo, estoy seguro de que verse empujado por la Voluntad del Grupo a correr de un lugar a otro, sin saborear nada, resulta fastidioso a todos. <\/p>\n

“La segunda clase de restricci\u00f3n es caracter\u00edstica de los viajes por China. El movimiento de los extranjeros est\u00e1 rigurosamente controlado.” (p. 27-28)<\/p>\n

Sin embargo, justo en los alrededores de El Lago del Cielo, consigue hacerse de la visa especial hacia el Tibet y que \u00e9l afirmaba que “Los \u00fanicos capaces de lograr que les estampen en el permiso de viaje los sellos oficiales para llegar a Lhasa son los grupos de turistas adinerados cuyo programa est\u00e1 cuidadosamente apretado para impedir cualquier momento de iniciativa o exploraci\u00f3n individuales”. “En Turfan, consigo hacerme con ese permiso gracias a dos acontecimientos improbables: una canci\u00f3n y un paseo.” (p. 35-36) <\/p>\n

Estos acontecimientos lo llevan a planear r\u00e1pidamente un viaje hacia el Tibet a bordo de autobuses como pasajero “irregular”, sobre todo siendo extranjero. Para entonces ha pasado dos a\u00f1os en China estudiando y conoce bien el idioma y algunas veces, si se viste con el uniforme “mon\u00f3tono”chino, es confundido con uno de ellos, lo cual le causa placer. <\/p>\n

El viaje es algo m\u00e1s que la narraci\u00f3n de un viajero extranjero que ve una tierra que pocos han visto. Es la compenetraci\u00f3n de un esp\u00edritu humano en el paisaje y en su gente, aspecto que hace muy relevante su relato en comparaci\u00f3n con los europeos. En alg\u00fan momento opina acerca de la actitud de los chinos con respecto al extranjero: <\/p>\n

“El contacto entre chinos y extranjeros est\u00e1 impregnado por la sensaci\u00f3n de que la extranjeridad constituye un elemento crucial del car\u00e1cter de uno. Sin embargo, con los amigos m\u00e1s \u00edntimos Â?que es probable que sepan bastantes cosas del mundo exterior o, al menos acepten concebir que la “tierra del centro” puede ser la “tierra de fuera” para los “hombres de fuera”Â?, es posible compartir esa aceptaci\u00f3n, esa reconfortante hermandad sin tensiones que hace que uno, a trav\u00e9s del placer de su compa\u00f1\u00eda, ame el pa\u00eds del que proceden.” (p. 35) <\/p>\n

El viaje realmente importante inicia en Liuyang, a bordo de un autob\u00fas conducido por un personaje digno de ser tomado en cuenta: “Para Sui, a diferencia de nosotros, no es s\u00f3lo un viaje: es un estilo de vida. Pasa m\u00e1s tiempo en la carretera que en Lhasa, y son los contactos y los conocidos a lo largo de la ruta los que proporcionan alivio y sabor a las horas tras el volante.” (p. 163) <\/p>\n

As\u00ed, poco a poco, Seth va mostrando no s\u00f3lo el paisaje, sino las relaciones con la gente, y esto es muy importante: “…aunque s\u00e9 ciertas cosas de la lengua, la literatura y la historia de China, ignoro por completo los cantos, las nanas, las canciones infantiles, los juegos callejeros, las adivinanzas; todo cuanto es de capital importancia en la infancia de los chinos. Los cursos de chino no incluyen nada de eso; en realidad, ¿c\u00f3mo iban a hacerlo? Sin embargo, sin esas cosas, no puede entenderse la riqueza de referencias hechas a un pasado com\u00fan, las presuposiciones fortuitas de las experiencias compartidas que se encuentran detr\u00e1s de la conversaci\u00f3n en cualquier idioma.” (p. 148) <\/p>\n

En el Tibet se enfrenta a la limitaci\u00f3n de una lengua que no sabe hablar: “Si supiera tibetano este viaje ser\u00eda mucho m\u00e1s interesante. Ahora s\u00f3lo puedo comprender el Tibet a trav\u00e9s del filtro de los tibetanos que hablan chino, casi todos ellos de menos de cuarenta a\u00f1os.” (p. 172) <\/p>\n

El hombre que ha decidido regresar a la India cruzando el Tibet y Nepal es un encuentro con la gente misma, a la cual se acerca constantemente y es aceptado mucho m\u00e1s por ser indio (pa\u00eds fronterizo con China) y el lector se da cuenta con un poco de frustraci\u00f3n de que el viaje no puede ir muy lejos y que s\u00f3lo se habla de una l\u00ednea dentro del gran marco de la geograf\u00eda. Sin embargo, es una l\u00ednea importante, pues “Pocos viajeros han realizado el viaje a trav\u00e9s del Himalaya, y no muchos m\u00e1s han hecho el viaje por mar; el comercio, cuando ha existido, siempre se ha visto limitado por la geograf\u00eda.” (p. 285) <\/p>\n

La cantidad de temas abarcados es impresionante y uno de los que llaman la atenci\u00f3n es el del trato hacia el extranjero que habla ingl\u00e9s: “No hay lugar seguro, no hay intimidad que respeten esos “violadores lingü\u00edsticos” a quienes uno s\u00f3lo interesa por el idioma… en ning\u00fan lugar se est\u00e1 a salvo de las maquinaciones de un violador lingü\u00edstico. Sonr\u00ede decididamente e inicia la conversaci\u00f3n: “Hola. ¿Hablas ingl\u00e9s? Yo tambi\u00e9n. ¿De qu\u00e9 pa\u00eds eres?” Las primeras veces tiene cierto atractivo, pero enseguida se hace pesado. No tarda en ser evidente que uno no le interesa. S\u00f3lo si es un simple saco de arena para practicar el idioma.” (p. 193) <\/p>\n

El viaje al Tibet lo inici\u00f3 con premura por temor a que su permiso caducara, as\u00ed que no hizo pr\u00e1cticamente ning\u00fan estudio previo. “…para un intruso como yo, que lo desconoce todo de las minucias de su significado [habla de los templos del Tibet], resultan a la larga una experiencia frustrante. Ahora no le veo sentido a la excusa de que la ignorancia aporta una visi\u00f3n refrescante a un entorno complejo.” (p. 225) Y sin embargo, ha tenido que partir as\u00ed. <\/p>\n

Lo que m\u00e1s llama la atenci\u00f3n es que Seth se ha convertido realmente en viajero, aquel que se convierte en parte del paisaje y, en mayor medida, en parte de las personas a las que conoce: <\/p>\n

“Una y otra vez, sin otra intenci\u00f3n que la de ser amables, la gente me ha ayudado a lo largo de mi viaje. Y esta experiencia es s\u00f3lo una continuaci\u00f3n de lo que he experimentado en todos mis viajes por China: una asombrosa calidez hacia el extra\u00f1o por parte de un pueblo en quien desde muy antiguo se ha inculcado la sospecha hacia los extranjeros. Direcciones, consejo, comida, aliento: lo que convierte el hecho de viajar por China en algo tan placentero es que rara vez siente uno la ausencia de buena voluntad entre la gente o comprueba que est\u00e1n demasiado ocupados para ayudarle a encontrar el camino.” (p. 226) <\/p>\n

Por supuesto, en ese tipo de viajes descubre algo m\u00e1s que la gente y el paisaje y se acerca a la mentalidad del viajero: <\/p>\n

“Me maravillan los viajeros que, por curiosidad o por esp\u00edritu de misi\u00f3n, deambulan por entornos no familiares durante a\u00f1os y a\u00f1os. Hace falta una actitud mental m\u00e1s capaz de satisfacci\u00f3n con el presente que la que yo tengo. Mi impulso de llegar es demasiado fuerte.” (p. 280-281) <\/p>\n

“Con un viaje en avi\u00f3n el choque de la llegada es m\u00e1s inmediato: la familia, el clima, producen un impacto simult\u00e1neo, de tal modo que la mente queda desconcertada y se oscurecen las implicaciones particulares.” (p. 283) <\/p>\n

Desde el Lago del Cielo<\/i> es un t\u00edtulo enga\u00f1oso, pues es ah\u00ed donde se gesta el verdadero viaje hacia el Tibet y el Nepal. \n<\/div>\n

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Desde que fuera invadido por China, el Tibet tiene una restricción importante y prácticamente ningún turista puede viajar por el país sin una autorización que escasamente se da. Vikram Seth logra obtener este visado por casualidad y viaja por el país como uno más de sus habitantes. El resultado es este libro lleno de imágenes escritas con palabras.<\/p>\n<\/td>\n

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