{"id":11740,"date":"2001-09-01T00:00:00","date_gmt":"2001-09-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11740"},"modified":"2013-02-12T02:14:35","modified_gmt":"2013-02-12T08:14:35","slug":"por_el_nilo_en_kayak","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2001\/por_el_nilo_en_kayak\/","title":{"rendered":"Por el Nilo en kayak"},"content":{"rendered":"
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John Goddard. Por el Nilo en kayak<\/i>. Editorial Juventud, Barcelona. 1981. 270 p\u00e1ginas. ISBN: 84-261-1788-0. Tambi\u00e9n existe en edici\u00f3n de bolsillo en Plaza y Jan\u00e9s Editores. Barcelona. 1998. 378 p\u00e1ginas. ISBN: 84-01-54051-8<\/p>\n

“Cuando yo era muy joven me hice una lista de 127 metas a alcanzar, y la n\u00famero 68 era nadar en el lago Victoria. Este prop\u00f3sito lo llev\u00e9 a cabo con un refrescante chapuz\u00f3n en las gris\u00e1ceas aguas de una tranquila bah\u00eda…” (p. 43)<\/p>\n

Nadar en el lago Victoria, la fuente del Nilo, bien pod\u00eda ser un objetivo m\u00e1s entre esos 127, pero la manera como John Goddard lleg\u00f3 a hacerlo es m\u00e1s importante que la mera meta: recorrer “El Nilo, con sus 6,632 kil\u00f3metros, constituye el r\u00edo m\u00e1s largo de la Tierra y una de las mayores maravillas naturales.” (p. 9) Entonces (estamos hablando de 1950) el Nilo se ten\u00eda por el r\u00edo m\u00e1s largo del mundo y la sola idea de recorrerlo desde sus fuentes hasta su desembocadura en el Mediterr\u00e1neo era una locura, y aunque las cosas no cambiaron mucho entre el recorrido del Nilo y el del Amazonas en 1984, el escepticismo entonces era todav\u00eda mayor. El Nilo hab\u00eda sido navegado s\u00f3lo en tramos y el hecho de que tres j\u00f3venes sin experiencia en kayak y menos a\u00fan en aguas bravas se dirigiesen al r\u00edo con el objeto de recorrerlo era la demostraci\u00f3n de lo que la gente pensaba de ellos.<\/p>\n

“¿Un viaje por el Nilo en esos cascarones de nuez? —pregunt\u00f3 asombrado el oficial de Aduanas brit\u00e1nico al inspeccionar nuestro equipamientoÂ?. ¿Es que est\u00e1n locos?<\/p>\n

“…numerosos amigos y parientes no llegaban a comprender c\u00f3mo est\u00e1bamos dispuestos a dejar la seguridad de la civilizaci\u00f3n y a sacrificar nuestro ambiente familiar y confortable para embarcarnos en tal proyecto. Nosotros intentamos hacerles ver nuestra necesidad de experimentar lo desconocido, nuestro deseo de enfrentarnos a visiones y gentes desconocidas, a la aventura, y de gozar del hechizo de la vida salvaje. Siempre me fue dif\u00edcil hacer comprender a estas personas el sentimiento de \u00edntima satisfacci\u00f3n y realizaci\u00f3n del propio ser que yo hab\u00eda adquirido por esos medios.” (p. 11)<\/p>\n

Por supuesto, no faltan personas bien intencionadas que les proponen desistir. “Yo pens\u00e9: “Otra vez con lo mismo.”” (p. 18)<\/p>\n

En la parte alta del r\u00edo, uno de los kayaks se da\u00f1a y en conjunto, los tres exploradores eval\u00faan las posibilidades:<\/p>\n

“—Ya hemos visto que los kayaks no son lo bastante resistentes para el Nilo; por eso creo que lo mejor ser\u00eda venderlos en Kampala y continuar el viaje utilizando medios nativos.” Menciona Andr\u00e9 Davy, a quien se le hab\u00eda da\u00f1ado la embarcaci\u00f3n. (p. 38)<\/p>\n

Pero, ¿abandonar el recorrido cuando apenas se ha iniciado? “Consult\u00e9 el manchado mapa de viaje. Hab\u00eda por lo menos 1,600 kil\u00f3metros de r\u00edo desde el lago Victoria a Malakal, 16,00 kil\u00f3metros que perder\u00edamos, o que \u00fanicamente recorrer\u00edamos en barco, sin poder pararnos, explorar y recoger en pel\u00edcula, diario y bloc de dibujos documentos detallados de cuanto nos saliera al paso. Pens\u00e9 que si adopt\u00e1bamos tal salida, nuestra expedici\u00f3n habr\u00eda fracasado, ya que hab\u00edamos partido con la intenci\u00f3n de explorar todo el Nilo.” (p. 39)<\/p>\n

Por supuesto, la elecci\u00f3n fue continuar con Andr\u00e9 a bordo de una piragua porque “Una piragua ser\u00e1 m\u00e1s lenta que un kayak, pero me sentir\u00e9 m\u00e1s seguro contra los hipop\u00f3tamos y cocodrilos.” Adem\u00e1s, es s\u00f3lo por un tiempo, mientras les llegan los repuestos para reparar el kayak averiado. De esta forma, van descubriendo un mundo que no es alcanzado de ninguna otra forma:<\/p>\n

“Navegando cerca de la costa con los kayaks, Andr\u00e9 y yo, que llev\u00e1bamos bastante ventaja a los otros, o\u00edmos de repente unos ruidos extra\u00f1os procedentes del otro lado de un recodo del r\u00edo. Dejamos de remar y nos acocamos a la orilla aguzando el o\u00eddo para identificar los ruidos. As\u00ed, reconocimos que eran barritos de elefantes. Nos aproximamos m\u00e1s a tierra y, remando silenciosamente, doblamos el saliente de la curva y presenciamos una escena trascendental: treinta y ocho magn\u00edficos elefantes, agrupados en una verde pradera paciendo y abrevando junto al Nilo…<\/p>\n

“—Habr\u00eda remado cien kil\u00f3metros para ver esto —dije a Andr\u00e9.
“—Tambi\u00e9n yo —replic\u00f3. (p. 90)<\/p>\n

El recorrido del Nilo no tiene toda la tensi\u00f3n emocional y f\u00edsica del Amazonas, pero est\u00e1 plagado de mundos diferentes. Hay que recordar que el Nilo tiene mucha m\u00e1s historia escrita: lo que en los miles de kil\u00f3metros del Amazonas se lee como una cortina de selva y poblaciones, en el Nilo se nota como diferentes grupos que se distinguen entre s\u00ed por m\u00e1s que el atuendo, el pa\u00eds o el idioma, am\u00e9n de hipop\u00f3tamos, cocodrilos, malaria y grupos guerrilleros y asaltantes. El cambio es continuo desde el inicio del r\u00edo hasta el mar, como lo son las experiencias:<\/p>\n

“Mientras com\u00edamos vol\u00f3 sobre nosotros un avi\u00f3n DC-6 de pasajeros a unos 3,000 metros, lo que acentu\u00f3 nuestro aislamiento. Sent\u00ed una especie de nostalgia al ver deslizarse la aeronave llena de gente que iba de un lugar civilizado a otro…, pasando sobre este mundo primitivo, pero son verlo ni comprenderlo. Sin embargo, no me hubiera cambiado por ning\u00fan viajero del avi\u00f3n.” (p. 152)<\/p>\n

“Nunca he tenido los sentidos tan receptivos. Esta vida inmersa en la naturaleza, verdaderamente ha agudizado mis facultades, y oigo y veo y siento con fin\u00edsima percepci\u00f3n cosas que normalmente no habr\u00eda captado en un ambiente de civilizaci\u00f3n.” (p. 155)<\/p>\n

La monta\u00f1a se va convirtiendo en llanura y los bosques en desierto hasta que los exploradores se enfrentan a un r\u00edo que transcurre bordeado por las arenas del desierto, ah\u00ed donde no se puede encontrar a nadie m\u00e1s.<\/p>\n

“A pesar del despiadado sol y del hambre y la sed constantes, hemos llegado a amar la soledad y la pureza de los desiertos v\u00edrgenes de Nubia. Ha sido un verdadero placer vivir en un mundo pr\u00edstino, lleno de paz indecible y alejado del cemento, el ruido y la contaminaci\u00f3n. Va a resultar dif\u00edcil volver a la edad moderna y a una existencia limitada por carreteras, paredes y relojes.<\/p>\n

“Nuestros d\u00edas transcurren sin restricciones de tiempo ni de espacio, plenos de vistas amplias de cielo y tierra, que ensanchan nuestras mentes y agrandan nuestras almas. Aunque puede ser peligroso y duro, a veces el desierto nos premia con su especial belleza, sobre todo durante las horas frescas de la ma\u00f1ana y del atardecer. Las noches salpicadas de estrellas son, asimismo, estimulantes. Nunca he visto el cielo de la noche tan radiante como a trav\u00e9s del transparente aire del desierto, lejos de la niebla y el resplandor de las ciudades. Ahora comprendo por qu\u00e9 tantos grandes profetas de la Antigüedad proced\u00edan del desierto o cultivaron en \u00e9l su espiritualidad. Como los nubios, somos pobres en bienes materiales y estamos apartados del mundo moderno, pero experimentamos una gran sensaci\u00f3n de contento y libertad. Carecemos de un verdadero hogar, de comida abundante, de lujos modernos; tenemos la arena por lecho y el cielo por dosel; mas gozamos de juventud, amistad, salud, aventura, nuevas experiencias, y nos recreamos con la belleza natural y una sensaci\u00f3n sin precedentes de estar cerca de Dios. Por lo que a m\u00ed respecta, no puedo pedir m\u00e1s en la vida.” (p. 223)<\/p>\n

Adem\u00e1s de las vivencias, Por el Nilo en kayak ofrece mucha informaci\u00f3n hist\u00f3rica y geogr\u00e1fica, adem\u00e1s de datos sobre los pobladores de las m\u00e1rgenes del r\u00edo.<\/p>\n

“En este viaje hemos aprendido a saborear las esencias de la vida. Los placeres m\u00e1s sencillos se nos antojan delicias: una s\u00fabita brisa que refresque nuestros abrasados cuerpos; el sabor relajante del agua del Nilo; la sensaci\u00f3n inigualable de una zambullida en el r\u00edo; el reflejo del sol en las alas de un cuervo; la fragancia, que nos hace agua la boca, de los guisos de alg\u00fan pueblo ribere\u00f1o, que llega hasta nosotros; la maravillosa sorpresa en los ojos de los ni\u00f1os cuando les estrechamos la mano. \u00c9stas son las peque\u00f1as alegr\u00edas que nos hacen felices y llenan nuestros d\u00edas.” (p. 240-241)<\/div>\n

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\n Considerado por mucho tiempo el río más largo del mundo, las cascadas que tiene impedían su exploración y su navegación integral con las embarcaciones convencionales. En 1950 un hombre que se había puesto como una de las 127 metas de su vida llegar al Lago Victoria, lo hace en kayak con dos compañeros. Narración interesante de un hombre que sabe lo que quiere de la vida.<\/p>\n<\/td>\n

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