{"id":11730,"date":"2001-04-01T00:00:00","date_gmt":"2001-04-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11730"},"modified":"2012-11-18T22:08:38","modified_gmt":"2012-11-19T04:08:38","slug":"el_pais_fragil","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2001\/el_pais_fragil\/","title":{"rendered":"El pa\u00eds fr\u00e1gil"},"content":{"rendered":"
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Rosa Fern\u00e1ndez Arroyo. El Pa\u00eds fr\u00e1gil. Las monta\u00f1as deben sobrevivir.<\/i> Ediciones Desnivel, Madrid, 1996. 214 p\u00e1ginas. ISBN: 84-87746-77-2<\/p>\n\n\n
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Cuando intentas examinar alguna cosa aisladamente, te encuentras con que todo se halla atado al resto de las cosas del universo.<\/i>\n <\/p>\n

John Muir, cit. en p. 58<\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

El monta\u00f1ismo se realiza en las monta\u00f1as, pero el deporte ha cambiado poco a poco hasta el punto de ser irreconocible para muchos que lo practicaron hace varias d\u00e9cadas:<\/p>\n

“Los tiempos cambian. Cualquiera que lleve diez o quince a\u00f1os (y ya no digamos si son tres o cuatro d\u00e9cadas) andando por esas monta\u00f1as de Dios, puede dar fe de c\u00f3mo antiguamente las monta\u00f1as estaban solitarias, los caminos eran peque\u00f1os y estrechos y mucho, mucho m\u00e1s largos porque no hab\u00eda tantas carreteras, y por eso el monta\u00f1ismo de otros tiempos ten\u00eda muchas m\u00e1s horas de esfuerzo, acci\u00f3n y delicia. Cualquier cumbre, grande o peque\u00f1a, invitaba a\u00fan m\u00e1s al descanso, a la contemplaci\u00f3n; los ojos se alejaban m\u00e1s distancia cruzando paisajes de armon\u00eda.<\/p>\n

“En estos d\u00edas —salvo que sea invierno, entre semana, y la cumbre a la que llegas sea alguna m\u00e1s bien olvidada— sientes a veces la sensaci\u00f3n un poco rara al compartir la punta de la monta\u00f1a con desconocidos; hay quien te mira como diciendo “vaya por Dios, tambi\u00e9n qu\u00e9 casualidad” y casi sientes ganas de marcharte pronto y cederle tu parte de ratito de cumbre.<\/p>\n

“Otros, en cambio, aunque no les conozcas, te parecen viejos conocidos y con la mayor comodidad del mundo charlas y les pasas las galletas y ellos a ti la bota o un trozo de naranja. Tal vez bajas con ellos, y surge un v\u00ednculo de afecto aunque jam\u00e1s vuelvas a verlos… As\u00ed era antes siempre; se hablaba de la camarader\u00eda de los monta\u00f1eros y ahora compruebo que no era un t\u00f3pico; ahora uno se encuentra muchos m\u00e1s usuarios autistas por las monta\u00f1as (por no hablar de las escuelas de escalada, las estaciones de esqu\u00ed, los refugios hoteleros, etc.)<\/p>\n

“Me temo que son los “trasplantados” de otros mundos, que no han engranado bien en \u00e9ste, que no comprenden su esencia y sus encantos complementarios. Es una de las cosas que m\u00e1s me apena de la masificaci\u00f3n. Antes, en las monta\u00f1as, los desconocidos lo eran mucho menos…” (p. 176-177)<\/p>\n

Las monta\u00f1as han cambiado tambi\u00e9n y hoy se las encuentra sobrecargadas de basura y con destrozos de gran tama\u00f1o. El Pa\u00eds fr\u00e1gil centra su objetivo en mostrar los cambios que tienen las monta\u00f1as. Durante casi dos terceras partes del libro, se analizan diversos enfoques. El turismo: “Es preciso reconocer que el “boom” tur\u00edstico produce en los Alpes una serie de conflictos culturales, sociales y ecol\u00f3gicos que pocos est\u00e1n dispuestos a reconocer.” (p. 52); los enfoque sociales: “Decir que la gente pobre del Himalaya, en su af\u00e1n de mejorar la calidad de sus vidas, est\u00e1 degradando el entorno natural de estas regiones, es simplificar demasiado. Y a\u00fan m\u00e1s en un medio como es el Himalaya, donde debido a la inestabilidad geomorfol\u00f3gica y a la fragilidad de sus ecosistemas, es muy dif\u00edcil distinguir el impacto de los procesos naturales de destrucci\u00f3n del relieve, del impacto de los desequilibrios ecol\u00f3gicos originados por el hombre… Pero son los intereses comerciales los responsables de la tala de los bosques para satisfacer las demandas madereras internas y externas, para ganar terreno de cara a la expansi\u00f3n urbana e industrial, o crear explotaciones agr\u00edcolas comerciales.” (p. 67)<\/p>\n

Aunque se hace una valoraci\u00f3n de la situaci\u00f3n de las principales cadenas monta\u00f1osas del mundo, “No es f\u00e1cil hacer el diagn\u00f3stico general de los problemas de las monta\u00f1as del mundo, porque son tan diversos como ellas mismas, y dependen no s\u00f3lo de factores geoecol\u00f3gicos como son la altitud o la latitud sino tambi\u00e9n de los problemas de las gentes que los habitan, tanto nacionales como internacionales. Sin embargo s\u00ed es posible trazar ciertas l\u00edneas comunes en la gestaci\u00f3n de las situaciones conflictivas.” (p. 68-69)<\/p>\n

El cap\u00edtulo m\u00e1s importante de este libro es el que se titula “El monta\u00f1ero en sus monta\u00f1as”, donde se analizan los efectos que producimos como deportistas en la monta\u00f1a: “Ahora, ha llegado el momento de mirarnos un poco el ombligo para ver qu\u00e9 efectos tienen nuestras propias actividades sobre el entorno y sobre las monta\u00f1as.” (p. 127) El objetivo es \u00fanico: “Se trata, por el contrario, de tomar conciencia de los problemas para encontrar los modos de minimizar los, y tambi\u00e9n para saber poner en perspectiva “nuestros” problemas junto a otros que se derivan de altos designios procedentes, por ejemplo, de despachos.” (p. 127)<\/p>\n

Hay un punto de arranque: “…los problemas que causamos los monta\u00f1eros no son cualitativamente graves si los comparamos con los que provoca cualquier actuaci\u00f3n de un bulldozer, un fuerte vendaval o un invierno de grandes nevadas. S\u00ed pueden llegar a serlo cuantitativamente, en la medida en que cada vez somos m\u00e1s y todos queremos ir a los mismos lugares, y que muchos efectos peque\u00f1os se componen para formar uno grande que a veces puede llegar a ser inmanejable.” (p. 127)<\/p>\n

As\u00ed, pues, la masificaci\u00f3n es el verdadero problema de los deterioros causados, pero “…no es realista pretender que los espacios naturales queden para siempre a merced de la naturaleza y libres del influjo humano: somos demasiados, y del mismo modo que los habitantes de las ciudades del mundo rico no estamos dispuestos a renunciar al disfrute de las monta\u00f1as y los espacios abiertos en nuestro tiempo libre, tampoco los habitantes de las \u00e1reas rurales Â?que suelen tener menos tiempo libre y necesidades m\u00e1s perentorias, especialmente en el mundo pobreÂ? desean abandonar su medio vital y las actividades que les procuran sustento y dinero.” (p. 74-75)<\/p>\n

“En su tarea de hallar un equilibrio entre el deseo p\u00fablico de esparcimiento en la naturaleza y la conservaci\u00f3n del medio u objeto del deseo, los gestores de los espacios protegidos definen con mayor o menor clarividencia unos objetivos de gesti\u00f3n, y para lograrlos recurren con mayor o menor fortuna a una combinaci\u00f3n de varios m\u00e9todos:<\/p>\n

“Disminuci\u00f3n del impacto individual de cada usuario.<\/p>\n

“Acondicionamiento de ciertas zonas para que puedan concentrar un mayor uso de lo que soportar\u00edan sin ayuda de ninguna clase.<\/p>\n

“Limitaci\u00f3n del n\u00famero de personas que puedan llegar a ciertos lugares concretos.<\/p>\n

“El primero de estos m\u00e9todos se basa en la educaci\u00f3n ambiental…<\/p>\n

“El segundo se refiere a una serie de intervenciones que contribuyen a limitar los da\u00f1os inevitables debidos al tr\u00e1nsito de personas…<\/p>\n

“El tercer m\u00e9todo comprende, en realidad, toda una gama de estrategias que van desde la disuasi\u00f3n hasta la prohibici\u00f3n estricta de acceso, y que incluyen por ejemplo, la oferta de posibilidades alternativas como las mencionadas “\u00e1reas recreativas” c\u00f3modas y bien equipadas; el no mantenimiento de carreteras o caminos, la limitaci\u00f3n de veh\u00edculos, etc\u00e9tera.” (p. 137-138)<\/p>\n

Como el libro est\u00e1 dirigido a monta\u00f1istas, la autora se dedica a emplear el primer m\u00e9todo: “En general, es adecuado evitar moverse en grandes grupos (no m\u00e1s que cuatro o seis para zonas de alta monta\u00f1a), mantener a los perros (¡y a ciertos ni\u00f1os!) bajo control y procurar ser silenciosos.” (p. 140), “Ojo con las basuras “biodegradables” como pieles de frutas y otros restos de comida: las c\u00e1scaras de los c\u00edtricos y de los huevos no se descomponen ni a tiros y no se las come ning\u00fan animal, as\u00ed que hay que baj\u00e1rselas. En general los restos de frutas y verduras Â?en peque\u00f1as cantidadesÂ? sirven de merienda a algunos animales o acaban por descomponerse, pero pensad en el desagradable efecto a ojos de otras personas.” (p. 142-143), “Prescindamos del “kl\u00ednex” y del papel de cocina, que se descomponen con dificultad. Hay quien quema el papel usado: es una buena idea en glaciares y sobre nieve, donde los procesos de biodegradaci\u00f3n son sumamente lentos. Sin embargo, el procedimiento requiere una atenci\u00f3n extremada en lugares con vegetaci\u00f3n y m\u00e1s vale olvidarlo por completo en temporada de alto riesgo de incendio; es preferible llevarse el papel en la bolsa de basura. Los pa\u00f1ales y los “art\u00edculos para chicas” tampoco son biodegradables porque est\u00e1n llenos de pl\u00e1sticos. As\u00ed que nada de esconderlos debajo de una piedra, y a la bolsa con ellos.” (p. 143)<\/p>\n

Estos son s\u00f3lo algunos comentarios recogidos del texto, pero el verdadero problema se abarca en otros aspectos que casi nadie toca, como el consumismo, que origina que se compre lo que no se necesita y se elimine m\u00e1s pronto de lo com\u00fan: “con unas cuantas fotos lucidas y unas estratagemas publicitarias bien enfocadas se nos convence con toda facilidad de que nuestra seguridad vital, nuestros logros deportivos y la plenitud de nuestra aventura, est\u00e1n en estricta correlaci\u00f3n con nuestra obediencia a la hora de adquirir sus productos, inevitablemente inspirados por la naturaleza, dise\u00f1ados pensando en nosotros… Pretenden que nos creamos que uno va a ser mejor alpinista por llevar sus crampones, sus mochilas o sus calzoncillos largos…” (p. 172)<\/p>\n

Otro punto importante es la creaci\u00f3n de basura: “El volumen de nuestra bolsa de residuos se puede minimizar un tanto si nos preocupamos de “reducir en origen”, es decir, si no porteamos monta\u00f1a arriba grandes cantidades de productos envueltos en basura: en definitiva, si no los compramos.” (p. 142)<\/p>\n

Adem\u00e1s de algunos aspectos generales, se analizan los da\u00f1os que cada actividad de monta\u00f1a provoca, desde el solo hecho de caminar (que produce la compactaci\u00f3n del suelo), los campamentos, la escalada, el alpinismo y el esqu\u00ed de monta\u00f1a, el ciclismo de monta\u00f1a y otras actividades m\u00e1s.<\/p>\n

“En un enclave tradicional de escalada, una gran parte del impacto ya est\u00e1 hecho. Los animales m\u00e1s sensibles a la presencia humana hace mucho tiempo que se marcharon a zonas intocadas. Las plantas que molestaban en las rutas pasaron a mejor vida, el suelo a pie de pared ya est\u00e1 compactado y sin hierba y los caminos est\u00e1n despejados y bien definidos. Todo el mundo sube y baja por los mismos sitios, el musgo que estorbaba desapareci\u00f3 y las piedras sueltas ya cayeron por motivos de seguridad.” (p. 148)<\/p>\n

“Por el contrario, en las zonas intactas, todo el impacto est\u00e1 por hacer. A la hora de plantearse “estrenar” una zona es cuando resulta imprescindible estudiar con lupa los valores que encierra y sopesar escrupulosamente los pasos a seguir.” (p. 149)<\/p>\n

La cr\u00edtica m\u00e1s dura es para el ciclismo de monta\u00f1a: “La propaganda, ciertas publicaciones y los Â?eventoespect\u00e1culosÂ? deportivos han hecho mucho por difundir la idea de que el perfecto usuario de la bici todo terreno, si no es un “blandito”, puede y debe subir por todas partes (siempre que le aguanten el coraz\u00f3n y las piernas) y sobre todo, bajar por todas partes, dando brincos, saltos y derrapajes en un torbellino de adrenalina y con el furor aventurero de quien ha vendido su alma a los frenos. En los USA, cuna del invento, los probos “hikers” y “backpackers” pararon los pies a estos superciclistas con cierta presteza, pero, a excepci\u00f3n de ciertos pa\u00edses como Suiza, aqu\u00ed en Europa Â?como siempreÂ? los halcones del deporte espect\u00e1culo contin\u00faan orde\u00f1ando la lucrativa vaca de los campeonatos y competiciones y por tanto estimulando una modalidad de ciclismo bastante salvaje.” (p. 157-158)<\/p>\n

“…una bici impacta poco, pero muchas bicis impactan mucho, especialmente all\u00ed donde hay pendiente (es decir, en la monta\u00f1a), o r\u00edos, o suelos h\u00famedos, o prados fr\u00e1giles. Y si “no pasa nada” porque nosotros hagamos algo en concreto, con el mismo derecho pueden hacerlo los dem\u00e1s, que pueden ser decenas o centenares de personas, y entonces las consecuencias ser\u00e1n de gran magnitud.” (p. 158)<\/p>\n

“Recorrer monta\u00f1as y pa\u00edses debe ser esencialmente un acto de sensibilidad y cultura, y merece la pena que antes de partir leamos y aprendamos todo lo posible en relaci\u00f3n con los lugares que vamos a visitar, e incluso sepamos usar unas pocas palabras de los idiomas locales.<\/p>\n

“En todo momento debemos recordar que estamos “de visita” y prestar cierta atenci\u00f3n a mantenernos en armon\u00eda, o al menos sin excesivas discordancias, con el entorno humano… la integridad del entorno [de monta\u00f1a] depende en mucha mayor medida de la delicadeza y los conocimientos de los visitantes…” (p. 166)<\/p>\n

Libro al parece de car\u00e1cter ecologista, su contenido es b\u00e1sicamente la \u00e9tica del monta\u00f1ismo, desde el respeto por el medio, los animales, la vegetaci\u00f3n y a otros seres humanos, hasta la clarificaci\u00f3n de ciertos temas que est\u00e1n tomando cada vez m\u00e1s fuerza: “…a mucha gente le satisface la idea de coleccionar cursillos, practicar un monta\u00f1ismo “guiado y apoyado” con bajo grado de incertidumbre, o hacer trekking en lugares ex\u00f3ticos sin preocuparse de log\u00edsticas, idiomas, huelgas de porteadores u otras perturbaciones, y no acaban de darse cuenta de que la tan cacareada “aventura” prometida no es m\u00e1s que un pase\u00edto colectivo y en serie, c\u00f3modo y as\u00e9ptico hasta el punto de poder prescindir si as\u00ed se desea de todo contacto con los pobladores locales y otras fuentes de eventuales interferencias.” (p. 182-183)<\/p>\n

¿C\u00f3mo cerrar un tema que realmente no debe ser cerrado por la urgencia de conservar y recuperar una monta\u00f1a “tal como debe ser”? “El hecho indiscutible de que todos tengamos derecho a disfrutar las monta\u00f1as como parte de un patrimonio com\u00fan a los seres humanos no significa que haya que poner las monta\u00f1as al alcance de todos, especialmente porque eso implicar\u00eda —ya est\u00e1 sucediendo— su inevitable degradaci\u00f3n y por tanto la destrucci\u00f3n del patrimonio. La clave est\u00e1 en usar las monta\u00f1as tal y como son, o dejar\u00e1n de ser monta\u00f1as y ya nadie podr\u00e1 usarlas.” (p. 183)<\/p>\n

“En las monta\u00f1as —y as\u00ed ha sido siempre— deben bastarnos las piernas para transportarnos, los pulmones para respirar y nuestra inteligencia para guiarnos a trav\u00e9s de las maravillas y las dificultades, para dosificarnos y para resolver los problemas.” (p. 186)<\/p>\n

En un libro que toca el tema del respeto hacia los dem\u00e1s, sobresalen dos notas hechas (p. 45 y 73) por uno de los revisores del texto y que no aportan nada al propio texto y s\u00ed llegan a ser precisamente una falta de respeto al lector. Salvo esto, El Pa\u00eds fr\u00e1gil es un libro que deber\u00eda leerse con mucho detenimiento, pues ofrece un enfoque sobre las monta\u00f1as que puede ser el que andamos buscando en una interpretaci\u00f3n personal sobre la monta\u00f1a y el monta\u00f1ismo.<\/div>\n

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Las montañas son un espacio que apenas hace pocos años está siendo acechado de tal manera que los suelos se han erosionado, los bosques están desapareciendo y la cantidad de visitas hace que el daño sea más cuantitativo que cualitativo. Libro con un toque ecologista, lo que más vale la pena de él es el análisis de los daños en diferentes cordilleras del mundo y cuánto y qué daño hacemos las personas que practicamos los diferentes deportes de montaña, algo de lo que se ha hablado mucho pero sin demasiadas bases.<\/p>\n<\/td>\n

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