{"id":11687,"date":"2001-11-01T00:00:00","date_gmt":"2001-11-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11687"},"modified":"2003-05-20T00:00:00","modified_gmt":"2003-05-20T00:00:00","slug":"de_cronicas_y_sus_vicios","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2001\/de_cronicas_y_sus_vicios\/","title":{"rendered":"De crónicas y sus vicios"},"content":{"rendered":"
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La literatura de viajes es en sí misma un género muy amplio y siempre presente aunque no se le dé notoriedad como tal. Las crónicas de viaje comenzaron desde hace mucho tiempo y tenían la misma finalidad con que se escribe actualmente: dar a conocer lo que se vio, lo que se vivenció. Los escritores son viajeros que piensan dejar testimonio de cómo es el mundo visto por ellos o que sólo quieren explicar lo que vivieron. Así de sencillo. La literatura de montaña es ya un género que se produce y se vende al lector y aunque poco conocida y difundida en muchos países, los títulos y se reimprimen o se agotan, dejando al lector con un ansia de conseguir algunos títulos, como el caso de varias obras de Messner o Los conquistadores de lo inútil<\/em>, de Lionel Terray, que no han vuelto a imprimirse en español porque le editorial desapareció. Pero esa es la literatura hecha, procesada. ¿Qué hay detrás de tantos títulos aparecidos anualmente? Miles de crónicas que se pierden fuera del pequeño círculo en que los autores la dieron a conocer. Quizá por falta de calidad, que en la mayoría de los casos es así. <\/p>\n

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Actualmente algunas editoriales tienen instaurados premios que apoyan este tipo de labor literaria, pero aunque los escritores no ganen ni siquiera mención por su trabajo, las crónicas se siguen escribiendo y tienen la más variada colección de relatos, aunque en la actualidad son más introspectivos que descriptivos. Los relatos de las primeras expediciones al Himalaya y todos los escritores ingleses de hasta mediados de la década de 1950, por ejemplo, son muy cansados por la abundancia de detalles que en la actualidad no funcionan mucho porque las guías y manuales de viaje han sustituido la necesidad de esa información; por el otro lado, los libros de Messner son precisamente una joya de introspección que tienen reflexiones personales, pero que también aportan datos, generalmente no de la montaña sino de la historia misma del hombre en esa montaña en especial. El extremo de la introspección es la carencia de datos con qué ubicar el relato. <\/p>\n

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¿Cómo saber cuándo un relato es bueno? Si hablamos de literatura —y todo lo que se escribe y publica, aunque sea en foros electrónicos, lo es— estamos hablando de varios procesos. <\/p>\n

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EL AUTOR<\/strong><\/p>\n

Desde su punto de vista, el relato puede estar acabado o, por el contrario, será una carga constante de la cual prefiere deshacerse lo más pronto posible. Esto es un hecho cotidiano en los escritores (e incluyo a todos los que escriben crónicas dentro de este gremio). Borges prefería deshacerse de un manuscrito pronto porque era una labor de nunca acabar. Pero de cualquier forma, se trata de un consentimiento por parte del autor a que se conozca. <\/p>\n

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EL LECTOR<\/strong><\/p>\n

Cuando una obra ha pasado a ojos de los lectores, la obra deja de pertenecer al autor. Es el lector el que da una interpretación (si llega a hacerla) a lo que el autor ha escrito. Muchos la aceptan como es, sin críticas al respecto. Ejemplos famosos de la aceptación son el ascenso al Cerro Torre (Patagonia) por Cesare Maestri y el ascenso al Monte McKinley (Alaska) por el doctor Frederick Cook. En ambos casos, la crítica posterior demostró que los ascensos no se habían realizado. <\/p>\n

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En lo particular, me gustaría mucho apegarme a lo que Casimiro Ferrari dice: "…creo que entrar en estas polémicas no está en el espíritu de un alpinista: dudar de lo que uno declara es dudar de toda la historia del alpinismo." Pero no dejo de pensar que los seres humanos somos muy falibles y que el ser montañistas, espeleólogos, sacerdotes o políticos, nos librará de los males morales de la humanidad y nos hará mejores. La historia de la envidia alrededor de los montañistas más famosos es un ejemplo clarísimo de esto y tanto Messner como Bonatti dan testimonio de ello en sus libros. <\/p>\n

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EL RELATO<\/strong><\/p>\n

¿Qué debe contener un relato para que sea importante? Primero que nada, el autor debe tener algo que decir. Ese algo es importante: su tema, su vivencia, sus ideas. Lo que sea, pero debe estar puesto ahí y ser algo así como el objetivo del relato. La forma en que se expresa es algo totalmente diferente y puede obviarse, pero es muy importante que en esa falta de forma literaria (que es prescindible) no haya contradicciones con el tema. Cada relato, para ser coherente y completo, debe reunir seis puntos básicos de información: <\/p>\n

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